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"El aniversario " de Chéjov a la venezolana

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Unos payasos a la venezolana.
No todo está dicho sobre el pasado Festival Internacional de teatro de Caracas. Se nos quedaba por ahí una breve reseña del espectáculo El aniversario, el cual se presentó en el Laboratorio teatral Anna Julia Rojas, ese mágico espacio que comanda Carmen Jiménez, a la salida Sur del Metro de Caracas, en Bellas Artes.
Lo logrado es una atrevida versión de un grupo de jóvenes artistas que trabajaron a partir del texto original la pieza El aniversario de Antón Chéjov. Lo obtenido resultó ser un trabajo libérrimo, escrito y dirigido por Adrián Jiménez y actuado por grupo de muchachos, protegidos por “el paraguas” del grupo Teatro Tracodra.
Se trata de una venezolanización donde se muestra a un grupo de disparatados personajes que coinciden en la oficina del presidente de un banco y donde los insólitos enredos no se harán esperar. Este es el punto de partida de espectáculo El Aniversario, original del célebre Antón Chejov, que en esta ocasión vuelve a la escena venezolana en una versión libre escrita y dirigida por el novel director Adrián Jiménez.
Con esta propuesta se pretende “venezolanizar” esta pieza escrita a mediados del siglo XIX,  la cual, salvando las distancias entre la sociedad rusa de ese momento y la sociedad venezolana actual, permite en tono de farsa permite plasmar de la manera más ridícula y grotesca algunos de los aspectos más oscuros de nuestra sociedad contemporánea, donde la corrupción, el oportunismo, la ineptitud, la explotación, la mediocridad, entre otros vicios, quedan expuestos ante el espectador a través de unos personajes que carecen de valores positivos y que lamentablemente en muchos casos vemos reflejados en la vida real.
El director Jiménez resalta que es un remontaje, ya que la primera  versión  fue estrenada durante en la temporada del 2015 para representar a la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo en el Festival de Teatro del Autor que se realizó ese mismo año.
Jiménez destacó que “dentro de mi proceso de capacitación como director en la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo tuvimos la oportunidad de participar en el FESTEA 2015 con El aniversario, y en esa oportunidad recibimos la sorpresa de resultar ganadores en las categorías de mejor vestuario, mejor maquillaje, mejor escenografía, mejor producción y mejor actor de reparto”.
"Gracias al apoyo de Bruno Mateo y de la Asociación Civil Tracodra la pieza realizó dos exitosas funciones en la octava edición del Festival Internacional de Teatro de Caracas. Luego de esto mi equipo tiene planes de realizar una gira por algunas ciudades del interior del país a partir de este mes de mayo, para finalizar realizando una temporada en   Caracas"
Además, Jiménez afirmó que: “esta producción es posible gracias al trabajo comprometido de un grupo de jóvenes, que a pesar de las innumerables dificultades, apostamos por seguir llevando al público venezolano  una serie de trabajos entretenidos  y que al mismo tiempo inviten a la reflexión, sobre todo tomando en cuenta el momento histórico que atraviesa nuestro país”.
El elenco en orden de aparición está conformado por: Leomar Aponte en los papeles de Pedro Pérez y el dueño, Javier González como el presidente Pantaleón Verdi, Yordano Marquina y Wilson Medina compartiendo el rol de Tatiana Estefanía y Michael Pérez quién interpreta a la señora Dolores del Carmen. La producción está a cargo de Isaías Herrera y Sandra Jiménez. El diseño y la realización del vestuario, escenografía y la utilería son obra de Sandra Jiménez y Adrián Jiménez.
Jiménez explica que parte de la propuesta de Chejov, o llega a él por casualidad. “Resulta que en el año 2015 yo estaba en mi segundo año de formación en la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo y en la cátedra de Dirección 1 nos colocaron como asignación final montar una pieza para participar en la edición de ese año del Festival Teatral de Autor (FESTEA) que en ese oportunidad dedicó su edición a los autores: Ibsen, Strindberg, Wilde y Chejov.  Debo confesar que me aterroricé, era la primera vez que me tocaba dirigir formalmente y todos estos autores eran extremadamente complejos e interesantes, no sabía que elegir y seleccioné a Chejov, me enamoré de su obra; pero me costó mucho conseguir una pieza en la cual me sintiera cómodo para intentar abordar el trabajo y que el resultado no terminara siendo un desastre. Resumiendo lahistoria, gracias a mi mejor amigo conseguí El Aniversario, me encantó la crítica tan aguda, tan mordaz, las denuncias de la pieza y los paralelismos entre la Rusia de finales del siglo XIX y la Venezuela actual. Luego junto a mis compañeros de estudio y la tutoría de mis profesores logramos sacar adelante un trabajo que gustó bastante, incluso ganamos cinco premios en esa edición del FESTEA; pero solo hicimos tres funciones. Quede en deuda con el trabajo de meses y por eso desde finales del año pasado (2018) me propuse realizar un remontaje del trabajo junto a un nuevo elenco. 
Jiménez puntualiza que no se atreve a decir que usa al clown en su propuesta, “lo que si tomo del clown es la estética, algunos símbolos y códigos. Los personajes no están concebidos, ni pensados para ser clowns. Lo que quise lograr o transmitir utilizando esta estética o la de imagen del payaso trágico es el papel que muchas veces nos toca encarnar en nuestra vida real. En donde atravesamos situaciones dignas de un número de payasos, en un circo patético y de mal gusto. 
Desde un principio Adrián Jiménez les planteó a sus actores que realizarían una farsa con una obra de Chejov, que buscarían lo grotesco, lo circense, elementos de clown y de la comedia del arte.
“También les pedí que desde la técnica del animal crearan la corporalidad de sus personajes, y que también tuvieran formas muy peculiares de hablar y moverse. La idea era deshumanizar a los personajes, que fueran dibujos animados, muñecos, caricaturas... Además se les agregó el uso de la máscara desde un principio de los ensayos para que lograran transmitir sus expresiones y emociones con todo el cuerpo y no solo con el rostro. Los personajes como en todo proceso fueron resultado del ensayo y el error, incluso con cada presentación se van alimentando más, van creciendo, ya que las reglas que plantea la obra crea un interacción con el público que hace que los personajes está cada vez más vivos en escena”. 
“No tengo miedo de caer en el histrionismo exagerado, pero si tengo pánico de caer en este montaje no solo por el uso de la estética de payasos, sino porque la manera que está planteado tiende a la exageración, a lo barroco, a lo excesivo y en cada función estamos en una frontera muy delgada entre generar risas o aturdir al público. La obra está recargada de elementos visuales y sonoros, todo con la intensión de crear un caos colectivo, pero si no se tiene cuidado puede ser desastroso y terrible”. 
¿Y después que viene?
En un principio presentar el trabajo en todos los espacios posibles, mi intención es viajar con la pieza. La concebimos como una "obra portátil" que se adapta a cualquier espacio. A corto plazo tenemos, después de nuestra reciente participación en el Festival Internacional de Caracas 2019, tenemos compromisos en el oriente del país, también estamos en la búsqueda de salas en Caracas. 


El molino no es solo teatro

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El  teatro de Angola Heredia en escena.

Temo a ese día cuando la tecnología sobrepase a nuestra humanidad, porque así el mundo solo tendrá una generación de idiotas, dicen que dijo el judío Albert Einstein, el más grande científico del siglo XX, quien no creía en Dios, porque era ateo, pero si advertía de que existir aquel no estaría jugando dados.
 Y cito ahora al maravilloso Einstein porque vive y existe en esta vivaz Venezuela un director y productor teatral, José Tomás Angola, quien insiste, tozudamente, en hacer sus montajes aplicando las más modernas tecnologías teatrales existentes, las cuales no todos sus coterráneos dominan o conocen, como pueden ser la iluminación, el video, el multimedia y mapping, estereoscopia virtual, digitalización y virtualización de personajes y escenografías, etcétera. Ver uno de sus montajes es una experiencia totalmente diferente a los que hacen o se exhiben en otras las salas caraqueñas.
 Se trata, pues, de una creación de Angola Heredia, todo un artista sensato, profundamente comprometido con la sociedad venezolana, quien no le teme a los incesantes desarrollos tecnológicos aplicados al arte teatral, porque así busca la mayor y la mejor comprensión y satisfacción de sus espectadores, porque él, como lo predicaba Carlos Giménez, ha sabido combinar la dirección con la producción, columnas básicas para el teatro contemporáneo en el mundo, aunque en Venezuela eso se esté ignorando.
Y la prueba de que Angola Heredia ha combinado sabiamente la tecnología y la eterna y perene humanización del milenario arte teatral, está presente en su más reciente espectáculo, El molino, que es la saga del capitán José de Jesús Sánchez Carrero, cuasi mítico militar venezolano que luchó a favor de la Legión Extranjera Francesa y murió en el Chemin des Dames a un mes de finalizar la Primera Guerra Mundial (1914/1918), defendiendo el Molino de Laffaux, en el norte de Francia.
El molino es un drama histórico antibelicista sobre el honor y los héroes de esa Gran Guerra, para lo cual ha requerido de Manuel Troconis (iluminación), Ángel Fernández (sonido), José Martínez (video, multimedia y mapping), Fabiola Neri y Elizabeth Yrausquín (vestuario), quienes son sus importantes actores-tecnológicos. Contando además con las conmovedoras actuaciones, de carne, hueso y sangre de un ejemplar Ignacio Serrano, como José de Jesús Sánchez Carrero; Andrea Mariña, interpretando a Nicole; Andrea Miartus, representando a la Esposa; Carlos Abbatemarco, dándole vida al soldado viejo; Salvador Pérez Castro, encarnando al veraz Paul Steiner; e Ignacio Marchena en la voz del soldado joven. Asimismo, con el profesional Carlos Silva en la producción general. Un equipo de lujo para aplaudir en el teatro de la Asociación Cultural Humboldt, en la calle Juan Germán Roscio, en San Bernardino
 Este regalo a la sensibilidad antibélica que es El molino, de Angola Heredia, ofrece música original de Kevin MacLeod, compositor norteamericano, creador de más de 2000 piezas musicales libres de regalías, varias de las cuales fueron incluidas en la película Hugo.
En El molino el estruendo de los cañones se acompaña con utilería real de la Primera Guerra Mundial, para recrear una trama de ficción construida a partir de una historia verdadera, dividida, narrativamente, en cuadros que alegan en contra de las muertes absurdas ocurridas en las guerras, bajo consignas de honor y heroísmo.
Apoyados en el libreto de El Molino hemos rescatado algunos textos que muestran el sentir humanista de esos artistas y sus técnicos ahí comprometidos: “Quien no tiene un motivo para morir, no tiene un motivo para vivir”.  Pero una de las premisas de El molino que para nosotros define la globalidad del espectáculo, es cuando el legionario venezolano le dice a su rival alemán: “En la guerra no hay compañeros. Sólo hay gente que dispara de un lado y gente que dispara del otro. Uno simplemente se para con los unos o los otros y ruega haberlo hecho del lado de los que ganarán. Esa es la guerra mi buen mariscal”.
Ver, pues, El molino es disfrutar de un texto, bien dicho, apoyado o ayudado por imágenes y acciones que nos llevan a una sala de cine o ante un televisor gigante, logrando así esa catarsis tan necesaria para que sus predicas penetren o calen en los sentidos y en las siquis de la múltiple audiencia. Es un regalo ver El molinoporque es buen teatro, tecnológicamente ayudado o apuntalado para evitar que los venezolanos seamos tomados por idiotas.
¡Texto y espectáculo muy oportunos para los tiempos que vivimos en esta patria de Bolívar!

POR SI MUERO MAÑANA

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El colega periodista Albor Ruiz nos hizo llegar, desde Nueva York, un ejemplar de su libro Por si muero mañana, por intermedio de un matrimonio de amigos, María Clemencia López y José Ignacio Jiménez. Leerlo fue como comernos un plato grande de dulce de lechosa y ahora debemos de comunicárselo los lectores. Una tarea fácil.
Albor nací el 27 de noviembre de 1940, en Cárdenas, una ciudad costera tranquila e histórica: en ella fue donde ondeó la bandera cubana por primera vez. Pertenece a la provincia de Matanzas, y queda a unas tres horas de La Habana. Es su primer libro de poemas, aunque algunos de sus versos datan del año 1974. Es decir, entre 1974 y 1981 escribió lo que conforma la mitad del libro más o menos.
“Después no hice más poesía hasta hace unos tres años. Estos últimos componen la otra mitad aproximadamente. Entre esos dos períodos me dediqué al periodismo. Siempre me ha parecido un atrevimiento atribuirse el título de poeta, después de todo creo que la poesía es lo más depurado del lenguaje y seguramente lo más hermoso. Pero como suele suceder, los amores tormentosos e intensos avivan los sentimientos y los deseos de expresarlos y de ahí surge lo poesía en mi caso, en particular durante los primeros años”.
“Luego, ya con el peso del tiempo sobre los hombros, es la nostalgia, la casa donde nací, el mar, los amigos, la patria, los recuerdos y el deseo de dejar en claro quién soy y en qué creo Por si muero mañana”.
“Además, sencillamente me encanta la poesía, lo mismo leerla que escribirla y me sorprendió cuando alguna gente sugirió que debía publicar mis poemas. De ahí, y sin grandes pretensiones, este libro de 62 páginas que en tres capítulos compilan a no menos de 38 poemas”
Albor, con más de 50 años fuera de Cuba, advierte que mucha gente lo conoce como columnista político y algunos se han sorprendido de que en este libro se revele su parte más íntima, más vulnerable quizás. “No parece escrito por la misma persona”, me han comentado varios amigos. Es que esta es la otra cara de mi moneda, es decir, la otra dimensión de quién soy”, afirma en una mini entrevista que le hicimos a la distancia
“De los lectores sencillamente espero que les guste, que lean mi poesía y se identifiquen con el hecho de que están escritos con el corazón, y en definitiva que quieran leerme más de una vez”.
Tendrán ustedes, los lectores interesados buscarlo, posiblemente en Amazon, o pedirlo a alguien que se los traiga desde la famosa Capital del Mundo.
EN nuestra intensa lectura topamos, en la página 24 con “Puesta de sol”, donde dice:

No sé si hay vida después de la muerte,
Aunque sería bonito levantarse andar
Solo sé que cuando se pone el Sol
Hay muerte después de la vida
(2017)
 Y más adelante, en la página 41, regala esto, muy íntimo y hermoso, además:

“Una tarde”
El silencio de la tarde y su misterio
En el cuartito de estudiante
La vieja cama y un extraño
Hilo de sombra en la ventana
La luz abrumadora y secreta
De tu guardada desnudez
(2018)

Y cierra con, en la página 62, con
“Por si muero mañana”
Lo escribo en el muro de los sueños
Sepan todos que nunca tuve dueños
En Nueva York, San Juan, Miami ni La Habana
 Volver al suelo, tierra cubana
Extranjero soy y ella me llama
Sepan todos que Cuba me reclama
Por si muero mañana
(2018)
Albor Ruiz no anuncia más poemarios pero es posible que si lo haga, mientras espera el final de ese e inevitable largo viaje.

Vivamos a pedazos con Diana Carvallo

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Con el título Vivimos a pedazos será inaugurada la segunda muestra individual de la artista venezolana Diana Carvallo, el domingo 19 de mayo de 2019 a las 11 am, en la sala La Caja del Centro Cultural Chacao, en El Rosal.
 La muestra está integrada por un total de 16 instalaciones con piezas escultóricas realizadas en cerámica y  elementos orgánicos como hojas, arena y troncos, hierros oxidados, conchas de mar entre otros, para expresar el  sentir de la artista de que “vivimos a pedazos”.
 “Mi proceso creativo es muy orgánico. Uso la cerámica al igual que uso los otros materiales y me dejo llevar por la sensibilidad del día a día, por la reflexión, por el dibujo y la escritura y allí fluyen ideas que luego, eso que sale de allá adentro, lo miro desde afuera y lo empiezo a intervenir con otros elementos que pueden ser  hierros, telas, cuerdas o arena, y algunos elementos que arropan, envuelven y rodean a la pieza en arcilla, que pueden o no  ser muy fuerte, provocadora, viva”, afirma Carvallo.
 Con la figura femenina siempre presente en su obra, Diana Carvallo desarrolla su trabajo artístico en arcilla, que para ella es el elemento más primario y elemental que tenemos los seres humanos, más leal y auténtico de nuestra conexión con el planeta,  la que tomamos de la tierra y la trasformamos para expresarnos desde el principio de los tiempos. 
 También utiliza el hierro, los alambres, los clavos y las grapas, que enlazan, cocen y unen los distintos elementos que nos conforman como seres humanos, así como objetos que recoge en la calle o en el mar, guardados por mucho tiempo, a los que llama su basura personal. “Son como nuestros huesos, que unen fragmentos de nuestra vida. Son mi abecedario personal, mi lenguaje a la vez que ellos me hablan”, expresa la artista.
 Con estudios de diseño gráfico en el Instituto de Diseño Hans Newmann y de sociología en la UCAB, Diana Carvallo trabajó durante 12 veranos, como asistente del  curso de pintura, en la Escuela Internacional de Arte de Salzburgo, Austria, creada por Kokoshka. Además ha trabajado como diseñadora en revistas, catálogos e ilustraciones. Durante años se ha relacionado con las artes visuales, bien sea realizando escenografías de obras teatrales, dibujando, o desde su taller de cerámica trabajando arcilla, maderas, textiles, hierro y otros materiales. Sus esculturas fueron exhibidas en una individual en la galería GSiete del Centro de Arte Los Galpones en 2015, en la muestra Manifiesta Calle, 2017 y en la Feria Internacional de Arte de Aruba en 2018.
 El público tendrá la oportunidad de apreciar la obra de Diana Carvallo a través de la exposición Vivimos a pedazos, que cuenta con el apoyo de la Fundación Fenice Larralde y la misma se estará presentando  del 19 de mayo hasta finales de junio de 2019 en la sala La Caja del CCCH-Centro Cultural Chacao, ubicado en la Avenida Tamanaco de El Rosal, Caracas. El horario es de martes a viernes de 10 am a 2 pm y sábados y domingos de 11 am a 5 pm. La entrada es libre.
 Para mayor información seguir las cuentas del Centro Cultural Chacao en twitter e instagram @cculturalchacao

Vivimos a pedazos

Sonreímos en trozos

Lloramos lágrimas rotas

Caminamos en zigzag

Nos atrevemos de a poquito

Nos rompemos con coraje

Batallamos cada respiro

Respiramos cada batalla

Como un hipo constante nos ilusionamos,
Y tercamente nos aferramos
a cada rota ilusión.                                 

Para no seguir rompiéndonos

.... vivimos

Hacemos pausa…
Amarramos nuestras entrañas
Engrapamos los pellejos.

 Nos cosemos unos a otros.
Empaquetamos nuestros sueños   

   Amamos a bocanadas
En clave Morse pensamos
Cantamos cómo fieras
Lloramos entre líneas
Pescamos trozos de sueños antes de que se hundan en el lodo


atreviéndonos
... de a pedazos

Para no seguir rompiéndonos

.... vivimos

 Diana Carvallo


El regreso de los Anunnaki

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Álvaro Pérez Capiello,escritor con obras propias.
Álvaro Pérez Capiello nos obsequió una pieza literaria de ficción, realmente una novela, corta en su formato y en el número de páginas (60), y nos vimos, pues, casi obligados a entrevistarlo, ya que el presentar al venezolano autor de Relatos de la tierra negra/El regreso de los anunnaki así lo exigía. He aquí las respuestas a nuestros interrogantes, pero antes recomendamos a nuestros lectores que se busquen esa obra por su calidad y su estilo, muy personal.
¿Cuántas obras literarias tiene hasta ahora?
He publicado 14 libros, en los géneros del cuento, la novela y el ensayo. Aunque, hay algunos, seis más, que todavía esperan su turno para ver la luz.
¿Cómo nació esta pasión o vocación?
Pienso que el verdadero artista nace, empero, con los años, se perfecciona el oficio del escritor. En mi caso, desde los ocho años de edad, escribo cuentos. Tal vez, mis padres se sorprendieron cuando les pedí de regalo una máquina de escribir, junto a otros juguetes apetecidos, como los rompecabezas, los ladrillos de Lego, o aquellos sets de construcción con tornillos, llaves de tuercas, arandelas y planchas de metal.
 ¿Satisfecho?
En verdad sí. Quizá, no desde el punto de vista financiero, pues es bien sabido que, tanto hoy como antaño, resulta muy difícil vivir del arte. Durante el Renacimiento, grandes mecenas, como: los Médici, los Sforza, algunos reyes coronados y papas, acogieron a los artistas para que pudieran desarrollar su trabajo. Claro, con grandes y variadas limitaciones en la escogencia de los temas… Estudié economía en la Universidad Católica Andrés Bello y, quizá, eso me haya servido bastante para capotear las facturas pendientes de pago y lograr difundir mi trabajo. Una de mis grandes alegrías supuso recibir un cheque de 150.000 bolívares (de los viejos) por un cuento que se publicó en una antología, para mí fue el mejor dinero ganado hasta aquel momento.
¿Y la poesía?
Es un género que no he cultivado… Sin embargo, muchos críticos literarios y amigos escritores, advierten matices poéticos en mi obra. El arte va unido a la belleza, si bien ello no significa caer en ese preciosismo meloso, en esa adjetivación innecesaria que, lejos de cautivar al lector, degrada el lenguaje.
 ¿Cómo inicia o qué alista primero cuando se dispone a escribir ficción o narrativa intimista?
Dicen que las primeras líneas de un libro son las más difíciles de escribir… Algunos hablan de “la angustia que supone enfrentarse a la página en blanco”, al vacío que debe ser vencido bajo el imperio de las palabras. Yo creo que el escritor trabaja a diario aunque no tenga un lápiz entre los dedos, y las cosas más simples pueden convertirse, por derecho propio, en un buen pretexto para narrar. No tengo un método de trabajo, cada obra dicta sus propios códigos y, a veces, no tener claras todas las opciones que se encaminan hacia un desenlace, permite que los personajes de una novela se sientan vivos y asuman posturas, tal vez bastante alejadas a las del novelista emplazado en una situación similar.
¿Cómo surgió Relatos de la Tierra Negra?
La pregunta es interesante… De niño nunca fui un campeón en los deportes. Recuerdo que, cuando me tocaba jugar al fútbol en el campo del Colegio San Ignacio, el capitán del equipo coincidía conmigo en designarme como defensa. La elección no podía resultar mejor, pues como mis compañeros eran tan buenos futbolistas, rara vez tenía que proteger la portería de un peligro inminente… Aquellos momentos, los desquitaba con mi amigo Miguel Ángel García (defensa como yo) hablando de seres que transitaban ese nebuloso terreno que media entre la realidad y la ficción. Me refiero, por ejemplo, al Abominable Hombre de las Nieves, el Monstruo del Lago Ness, y los visitantes venidos del espacio exterior. Creo que Relatos de la Tierra Negraes un homenaje a esas pláticas perdidas en las arenas del tiempo.
¿Por qué el subtítulo El regreso de los Anunnaki?
Según los antiguos pobladores de Mesopotamia, los Anunnaki vivían en un planeta del sistema solar llamado Niburu, el cual chocó haciéndoles emprender una expedición a la Tierra para buscar ciertos metales necesarios para el desarrollo de su civilización. En mi novela Relatos de la Tierra Negra, las acciones discurren en una misteriosa y aislada villa de Phoenix (Arizona. EUA), llena de leyendas y extraños fenómenos lumínicos que, inevitablemente, nos conectan con mundos lejanos y seres venidos del espacio exterior.
¿Satisfecho con lo logrado? ¿En qué escuela literaria se ubica?
No soy proclive de circunscribir el trabajo literario dentro de los estrechos corredores de un movimiento, o de una generación de escritores. Hoy en día, los “ismos” están abolidos… En una conversación informal con Ana Teresa Torres, intelectual a quien admiro, ella me hizo notar que mi trabajo no se parecía en nada a lo que estaban haciendo los creadores de mi generación. Por ello, no dudó en incluir mi cuento “Una cifra conveniente”, obra de por sí bastante experimental que apela por las placas de los automóviles para inventariar la ciudad, dentro del volumen Quince que cuentan, publicado por la Fundación para la Cultura Urbana. ¿Satisfecho? Sí, no hay que temerle a las diferencias…
¿Cree que esta temática está agotada o que le falta todavía una gran obra?
Los temas son inagotables, me temo que como la vida misma… Eso, para el caso de quienes creemos que la muerte no es el final sino el transitar a otro nivel más elevado de conciencia. En mi caso, cada nueva obra es un desafío, y la última es siempre la mejor… El día que deje de cultivar el asombro frente a lo que escribo, simplemente dejaré de hacerlo…
¿No escribe para el cine o para la televisión?
No, pero me gustaría… Muchas de mis novelas pudieran funcionar bien en La Pantalla Grande. Concretamente; El bar de Luso, El desván de lo oOculto, Las pinceladas de la inmortalidad e, incluso, Relatos de la Tierra Negra. Quizá, esta creencia se derive del hecho de que son obras donde la atmósfera pesa mucho, hasta el punto de convertirse en un personaje más de la trama. Ojalá, un buen día, algún director de cine se anime a leerlas…
¿Qué está escribiendo ahora?
Acabo de terminar una novela del género negro, sobre un candelabro maldito que, por circunstancias de la vida, acaba asociado a una familia. La leyeron en una editorial de Madrid, y ya estoy en conversaciones para publicarla. Dios quiera este año tengamos un nuevo libro.

Compañía Nacional de Teatro cumple 35 años de labores culturales

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Carlos Arroyo hace un balance de la CNT.

Todo un gran desafío para la cultura venezolana comenzó el 22 de mayo de 1984, cuando el Ejecutivo Nacional publicó en la Gaceta Oficial No.32982, el Decreto No. 133 para crear la Compañía Nacional de Teatro; en sus artículos 1 y 4 se consignaron que la nueva institución, una asociación civil del Estado, tiene como objetivo apoyar la labor de los profesionales que han contribuido al desarrollo del teatro venezolano, así como propiciar la promoción y capacitación de los nuevos valores, y que su repertorio debería incluir las mejores obras del teatro venezolano e internacional para el disfrute del público de todo el país; un decreto siguiente, el 134,designó a Isaac Chocrón Serfaty como director general de la Compañía Nacional de Teatro.
La CNT a lo largo de 1984 comenzó a estructurar sus planes y asegurar la infraestructura económica y laboral de la institución; formó un grupo de colaboradores, aseguró como sede permanente el Teatro Nacional (en la esquina de Cipreses), consiguió los indispensables locales para las oficinas y salas de ensayo, gracias a los directivos del Complejo Cultural Teatro Teresa Carreño y aseguró los servicios escenográficos y de vestuario, así como un taller para las realizaciones escenográficas.
La respuesta a todo ese trabajo colectivo se hizo evidente en la noche del 27 de febrero de 1985, cuando a solo nueve meses de creada oficialmente, la CNT realizó su primer estreno con la pieza Asia y el Lejano Oriente, de Isaac Chocrón Serfaty, y bajo la dirección de Román Chalbaud. En 49 funciones unos 14 mil espectadores respaldaron el trabajo que se iniciaba.
Así arrancó una tarea que no ha cesado y la cual ha  permitido la participación de un centenar de actores y técnicos, además del estreno o debut de dramaturgos nacionales y extranjeros, además el desempeño de un personal administrativo y las gerencias responsables de profesionales como Elías Pérez Borja, Pantelis Palamides,  María Cristina Lozada, Ugo Ulive, Néstor Caballero, Héctor Manrique, Eduardo Gil, Alfredo Caldera y llegamos hasta Carlos Arroyo, un conocido artista llanero que tiene su agrupación en Guanare, desde hace un treintena de años y está ahora “prestado” a la CNT.
Arroyo respondió así a nuestras preguntas.
¿Cuál es su balance profesional sobre su trabajo y el de la CNT durante estos dos años y lo que significa para la institución, ahora que cumplirá 35 años de labores?
Al arribar a sus primeros 35 años, la CNT debe iniciar toda una campaña nacional poder hacer así una serie de ajustes de carácter histórico en lo gerencial, lo artístico, y lo político. La CNT deberá definir y adelantar sus planes actuales y los venideros, pero en su primera instancia deberá analizar el gran legado social de nuestro país y, muy en especial, su teatralidad venezolana.
 Con respecto a la teatralidad venezolana, insistió en que el público actual está ávido de un teatro que permita abordar diversos temas, realidades y necesidades de nuestro, país, desde la actual contemporaneidad. Además, hay que revisar los pensum y programas académicos con el fin de integrar o reforzar la dramaturgia nacional, también realizaremos lecturas dramatizadas de las autores emergentes, para así rescatar la teatralidad y la historia venezolanas a través de la investigación de sus artes escénicas, así como también el regreso del Festival Nacional de Teatro.
Destacó que la CNT proseguirá con su V Premio Apacuana para una dramaturgia cuya temática promueva el análisis y la discusión de la actualidad venezolana mediante el reconocimiento de nuevos planteamientos discursivos y estéticos de la dramaturgia nacional. Es un concurso válido para todos los creadores venezolanos dentro y fuera del territorio y extranjeros (con 10 años de residencia en el país) con una obra de teatro inédita y original de cualquier temática, que no haya sido galardonada ni escenificada anteriormente. El ganador (a) obtendrá un premio único en metálico, diploma, publicación y el montaje de la obra por la Compañía Nacional de Teatro. El premio forma parte de las políticas de fortalecimiento de la dramaturgia nacional para el enaltecimiento de la capacidad creativa y de producción artística criolla.
Por primera vez, la CNT, al arribar sus 35 años, tiene su sede artística, el teatro Alberto de Paz y Mateos. ¿Cómo ha sido esa gerencia y cuáles son los alcances de la misma, especialmente por la consecución de una nueva audiencia?
El teatro Alberto de Paz y Mateos fue el escenario del lanzamiento durante mediados del siglo pasado de la dramaturgia de Chocrón, Román Chalbaud, José Ignacio Cabrujas, Rodolfo Santana y Elio Palencia entre otros. Hay que aceitar nuestros sistemas de promoción   para captar más espectadores. No es una tarea fácil.
¿Cuáles son los espectáculos que llevará la CNT a escena, después del montaje Popol Vuh?
El Popol Vuh, dirigido por José Luis León y con la participación esmerada del elenco estable de la CNT, demostró que se si pueden hacer auténticas producciones artísticas, contando además con la  Orquesta Filarmónica Municipal, dirigida por Daniel Gil, y con la valiosa colaboración de un compositor como Federico Ruíz, quien compuso una especial partitura para ese texto, cuyo original es atribuido a los indígenas centroamericanos, el pueblo maya.
Para este año vamos a reponer Oscuro, de noche, de Pablo García Gámez. Estamos ensayando Fin de mundo de Rubén Joya, y alistamos los ensayos y la producción de Un dorado llamado pais, centrado en la explotación petrolera, escrito y dirigido por Franklin Tovar. Es posible que desde Guanare traigamos al grupo Teatro Estable de Portuguesa con su creación Los inmigrantes, basada en un cuento de Rómulo Gallegos, dirigida por Aníbal Grunn.
¿Cuál es la programación formal para celebrar los 35 años de la CNT?
Seguimos ajustando los proyectos que hemos anunciado para ejecutar desde nuestra sede. Realizaremos una temporada de Oscuro, de noche, en la sala Anna Julia Rojas de Unearte. Y para este domingo las 11 de la mañana, cuando se presentará, por ahora, la última función del Popol Vuh, cuya versión y direccion general es de Jose Luis León en el  Teatro Municipal de Caracas, haremos unos reconocimientos a personalidades de nuestra cultura como Saúl Rivas Rivas, Reinaldo Mijares, Jericó Montilla, Gloria Núñez y Lusvio Ramírez.

La profecía de Isaac Chocrón

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Un melodrama que tiene vigencia.
Mientras se monten sus obras teatrales y estas susciten cultas polémicas entre los artistas y los espectadores, él seguirá vivo y sus prédicas no se habrán perdido. Decimos esto porque hace temporada en Caracas el espectáculo La máxima felicidad (1975), una versión escénica sobre la homónima obra teatral de Isaac Chocrón Serfaty (Maracay, 25 de septiembre de 1930 / Caracas, 6 de noviembre de 2011); la cual se presenta en la sala experimental del Celarg, bajo la precisa direccion de Leonardo Mendoza y con la participación profesional de Gonzalo Velutini, John Vicent y María Jaimes. El resto del equipo artístico es conformado por Jesús Carreño, encargado del montaje lumínico de la propuesta, y Óscar Salomón Ley, quien se ocupó del levantamiento escenográfico de la propuesta.
La máxima felicidad sí escandalizó a los caraqueños de los años 70, como también lo había hecho antes con La revolución, y ahora en este agitado y acalorado siglo XXI relanza al economista y célebre escritor por su visión profética sobre los cambios que se suscitan en las sociedad venezolana, ya que ahí se materializa un triángulo de tres seres humanos íntimamente preocupados por el amor y la soledad. No es el clásico y estremecedor triangulo pasional, sino una formación o una propuesta de tres humanos que buscan la máxima felicidad, la cual puede interpretarse o materializarse como una indagatoria de los vínculos amorosos posibles y capaces de abordar inquietudes sobre las contexturas que el grupo familiar ha ido adquiriendo a través del tiempo, no solo en Venezuela sino en otras sociedades.
El homosexual Pablo, la turbulenta Perla y el joven Leo forman, pues, un triángulo familiar para compartir el amor y la convivencia. No se trata del clásico triángulo donde interfiere un tercero, sino que es una formación de tres que buscan “la máxima felicidad” humana posible, donde el sexo es secundario. Ahí, uno de sus personajes proclama que “la familia es la gente que nos fue legada automáticamente, uno escoge gente extraña para crearse otra familia: la que se elige”.
Para la crítica argentina los personajes de esta pieza construyen una partitura para un trío, en la que los instrumentos marchan al unísono, se apartan y regresan de formas diferentes. “En esas tensiones y distensiones se crea una música que canta al amor, a intentar maneras de vivirlo cuando zozobra el sistema tradicional”.
Chocrón dijo que “el amor es todo, que lo demás son contingencias, avatares que se convierten en noticias de unos hacia otros”. Esto es lo que el autor quiere mostrar: no existe amor sin compromiso, no importa la fórmula que se use. Las alternativas de este trío son un camino que si bien no lleva a “la” felicidad, sí lleva a la “máxima felicidad” posible.
Para Chocrón, y no es desechable reiterarlo, su texto gira en torno a un trío de seres desarraigados, que se debaten entre soledades compartidas y el deseo, nunca satisfecho, de encontrar ese estado pleno de armonía definido como felicidad. Y hasta se ha demostrado que ‘la máxima felicidad’ se traduce en metáfora de vida, en ‘anhelo constante’, que no cesa y que da aliciente para la lucha y la búsqueda de ese supremo objetivo: ser feliz, a pesar de ciertas críticas de grupos conservadores.
Seguramente el dramaturgo Chocrón, al escribir su obra, no pensó en la categoría que estaba creando como referencia de los niveles de vida satisfactoria y plena de las personas. Esa es una de las cualidades del arte: ser testigo de su tiempo y visualizar lo que el común de los mortales, pudieran no percibir. Hoy, pues, su teatro sigue vigente.
Hoy en día, ‘la máxima felicidad’ es, en Venezuela, mucho más que el título de una exitosa obra de teatro. Es la certeza de un país que decidió, con su pueblo, salir a escena para ser libre, próspero y soberano, a cualquier precio, pero sin desechar al amor que todo lo iguala.
Nos sorprendió, gratamente el ritmo del espectáculo y la veracidad de las actuaciones ahí logradas, especialmente del ya veterano Velutini, quien fuera uno de los comediantes que formara Carlos Giménez hacia los años 80, bien secundado ahora por Vicent y Jaimes, valiosos jóvenes.

Entre Chocrón y los mayas

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El Popol Vuh en escena.
 La comedia dramática Asia y el lejano oriente, de Isaac Chocrón, fue estrenada el 12 de marzo de 1966 en el Teatro Municipal de Valencia, bajo la égida de Román Chalbaud y con la participación  actoral de América Alonso, Luis Abreu, Doris Wells, Asdrúbal Meléndez, Eduardo Serrano, Conchita Obach, Hilda Breer, Enrique Benshimol, Daniel Farias y Marta Lancaster. Y sirvió como semilla artística para la creación de El Nuevo Grupo, a mediados de la temporada de 1968, el cual debutó con la pieza Trick Track, el Teatro de Camara de las hermanas Contreras, sala que después adoptó el nombre de Teatro Alberto de Paz y Mateos.
 Y recordamos esto, porque cuando es creada la Compañía Nacional de Teatro, el 22 de mayo de 1984,según el Decreto No. 122, publicado en la Gaceta Oficial No, 32981, fue designado Isaac Chocrón como director general de la nueva institución, asociación civil del Estado, según el Decreto No. 134, para iniciar así un gran desafío que era, y sigue siendo, apoyar la labor de los profesionales que han contribuido al desarrollo del teatro venezolano, así como propiciar  la promoción y capacitación de los nuevos valores, y cuyo repertorio debe incluir las mejores obras del teatro venezolano e internacional para el disfrute de todo el país.
Y Chocrón no lo pensó dos veces: el 27 de febrero de 1985, dispuso que la CNT debutara, precisamente, con Asía y el lejano oriente, nuevamente dirigida por Chalbaud. El espectáculo, ahora en el Teatro Nacional de Caracas,   hizo 49 funciones para contabilizar unos 14 mil espectadores. Y  el histórico elenco  lo integraron, entre otros,  Rafael  Briceño, Francis Rueda, Manuel Salazar, Marcelo Rodriguez, Javier Paredes, Saul Arocha, Costa Palamides,  Aura Rivas, Marta Track ,Tania Sarabia, Eva Moldofi, Aleska Díaz Granados y Gabriela Martínez.
Cuando Asia y el lejano oriente fue mostrada por la CNT, Venezuela era otro país. Chocrón tomó el extraño absurdo que proponía su texto para presentarle a los espectadores una reflexión sobre los excesos con la deuda pública, el perenne caso de los políticos corruptos y los banqueros ladrones, además de un cierto deseo de fuga antipatriótica en algunos sectores de la población.
Y comenzó así la CNT una empresa cultural en la cual los teatreros depositaron sus esperanzas para que ayudara al siempre soñado y anhelado el desarrollo de las artes escénicas nacionales y además formara nuevos actores y atrapara más espectadores. Una tarea que no ha cesado y que permitido la participación de un centenar de actores y técnicos, además del estreno o el debut de escritores nacionales y extranjeros, y el importante adiestramiento del desempeño de un personal administrativo y las gerencias responsables de profesionales como Alfredo Caldera, Eduardo Gil, Néstor Caballero, Ugo Ulive, Pantelis Palamides, Hector Manrique y llegamos hasta Carlos Arroyo, un artista llanero que tiene su agrupación en Guanare, desde hace un treintena de años y está ahora prestado, por así decirlo, a la CNT.
Y como la historia de las artes escénicas criollas no se detiene en la contemplación del pasado sino que se proyecta con fuerza en el presente y prepara a las nuevas generaciones, La Compañía Nacional de Teatro (CNT), al arribar a su 35 años de labores artísticas,  ejecutó la producción y exhibición de un monumental espectáculo basado en Popol Vuh, el libro sagrado del pueblo maya, también conocido como El libro del consejo o El libro de la comunidad,para la apertura del Octavo Festival Internacional de Teatro de Caracas, el viernes 12 de abril, a las 11 de la mañana, en el teatroMunicipal, histórica sala donde permaneció hasta el 26 de mayo, tras hacer no menos de 14 funciones para casi unos diez mil espectadores.
Habría que subrayar que el Ministerio del Poder Popular para la Cultura avaló este proyecto de la CNT, cuyo director general es Carlos Arroyo, ya que está consciente de “la urgente necesidad de reafirmar nuestros valores como pueblo, venezolano y de nuestra América”, y para eso nada mejor que llevar a escena uno de los textos más poéticos y génesis de la creación del hombre como es Popol Vuh, texto que ha sobrevivido a las traducciones y otras amputaciones propias de la cultura colonial española, aunque las nuevas generaciones han revisado sus textos.
Cabe puntualizar que la contemporánea y ambiciosa propuesta artística de este trabajo de la CNT con el Popol Vuh está basada en la historia de la región latinoamericana y adaptada, como es lógico, a las diferentes culturas indígenas de nuestro país, como un aporte fundamental para el fortalecimiento de nuestra identidad.
Este Popol Vuh, sobre el cual ha estado trabajando la CNT, está basado en el mito de la creación según la leyenda maya quiché. Ahí, los dioses en consejo hacen la palabra y en acuerdo se proponen crear el mundo,  emerge la tierra de la magia, montañas, mares, ríos y cielo, luego dan vida a los animales esperando su reconocimiento y adoración, al no ser adorados por aquellos seres, deciden condenarlos a vivir errantes en la tierra y ser devorados entre ellos. En un tiempo sin tiempo donde no existía el sol ni luna ni los días ni las noches. Los dioses continúan su cometido en busca del ser que los adorara, el consejo, moldeo barro y madera en busca de la máxima creación: el hombre.
La propuesta escénica del espectáculo Popol Vuh ha sido llevada a cabo por el maestro José Luis León, bajo un concepto minimalista en sus elementos, pero con mucha riqueza visual y sonora. Los personajes son representados por actores-bailarines y manipulación de objetos. La escenografía refleja el carácter mágico de la obra, con tecnología audiovisual y lumínica, sobre fondo en completo blanco, con escasos elementos corpóreos. La iluminación refleja el vacío, la nada, tomando luego un juego de tonos haciendo alusión al sol y la luna. La música, creada por el maestro Federico Ruiz e interpretada por la Orquesta Filarmónica, es parte esencial de la historia, se relaciona en todo momento con los elementos agua, tierra y aire y acompañará la pieza durante unos 90 minutos de duración. Y, como es lógico, el elenco estable de la CNT aportó su musculo y su sangre, además del talento de ese grupo de profesionales ahí reunidos, donde destacaron Aura Rivas y una pléyade de nuevas figuras actorales.
No es la primera vez que en Caracas se escenifica a este mágico y extraño texto para el público criollo. Sin lugar a dudas que ahora se hizo con una producción ambiciosa, como pocas se han ejecutado de dicho texto, demostrando una capacidad creativa más que digna, una muestra indudable de la madurez que el teatro está alcanzado a lo largo y ancho del país por la fortaleza y el talento de sus nuevas generaciones.
Durante el segundo semestre de este 2019 se podrá ver una segunda temporada del Popol Vuh con mayores rigores estéticos, como se debe hacer en una CNT

Venezuela en Bienal de Venecia con la metáfora de las tres ventanas

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La República Bolivariana de Venezuela ha presentado en la 58° edición de la Bienal de Venecia una casa abierta llena de propuestas para la reflexión, desde las herramientas que aportan las artes contemporáneas y la actitud crítica de sus artistas. Metáfora de las tres ventanas, Venezuela: identidad en tiempo y espacio es el nombre de la exposición que habita, desde el pasado domingo 19 de mayo y hasta el próximo 24 de noviembre de 2019, el Pabellón de Venezuela en los jardines de la Bienal de Venecia, ofreciendo al espectador la oportunidad de comprender parte de la idiosincrasia venezolana a partir de ciertos elementos característicos en el país: el petroleó, la migración, lo ancestral y lo rebelde anti-imperial, empleando el impacto estético y filosófico de las artes.
 Ricardo García, Natali Rocha Capiello, Gabriel López y Nelson Rangel son los cuatro artistas que en conjunto desarrollaron las propuestas visuales que componen la muestra. García retrata una metamorfosis del hombre y la mujer ante las bestias de la razón, mediante la pérdida y adquisición de conductas y discursos que la dinámica del petróleo ha incorporado a Venezuela desde el factor económico y social. Por su parte, Rocha Capiello compuso para el Pabellón una frontera de corazones -tejidos a mano por diferentes personas migrantes- que representan la diversidad y pluriculturalidad del mundo ante los procesos de migración y desplazamiento. López presenta a partir de máscaras y acciones performáticas el impulso poderoso de lo ancestral que en larga duración se mantienen a través del tiempo en la ideología venezolana. Rangel ha decidido mostrar con sus imágenes cambiantes los dos extremos de quienes padecen las guerras del mundo, obra que visibiliza, a la par, rostros de quienes padecen la guerra y rostros de quienes la ejecutan.
El petroleó, la migración, lo ancestral y lo rebelde anti-imperial se articulan en las mentes y cuerpos de estos cuatro artistas, quienes con el acompañamiento de Oscar Sotillo como comisario y curador  principal, Clemente Martínez en el desarrollo museográfico y Janette Rodríguez, Tarim Gois y Kelvin Arévalo como vicecuradores, configuraron una experiencia colaborativa de intercambio teórico, práctico y visual con el fin de presentar al mundo la casa que es Venezuela, el hogar que abre sus puertas y ventanas para compartir sus realidades.
 Oscar Sotillo curador de la muestra nos comenta que en Venezuela el panorama efervescente genera las tensiones necesarias para que, a lo largo del territorio, surjan individualidades y colectivos con una profunda vitalidad creadora que echan mano de los legados históricos, de la riqueza ecológica, de las contradicciones políticas y de la diversidad cultural para hacer un arte con una carga emocional significativa que cabalga lo universal desde unas raíces profundas.
Desde esta perspectiva, los trabajos expuestos por la República Bolivariana de Venezuela han logrado, pese a las dificultades de los tiempos actuales, ofrecer en la 58° Edición de la Bienal de Venecia una operación descolonial mediante ventanas de escape y de información, ventanas que contienen patrimonio vivo de nuestros entornos culturales, políticos, socioeconómicos y principalmente artísticos, que han cautivado y despertado el interés por profundizar en nuestros contextos como país

COMO UN LIBRO ABIERTO

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Un espectáculo para ver.
Hemos escrito tan poco de su nueva pieza teatral que no sabemos por dónde empezar, salvo que ahí presenta o materializa, por segunda vez, a una estrella de la televisión venezolana, ahora en retiro. Por eso la primera pregunta para él es:
 ¿Cómo se titula la obra?
Y Gerardo Blanco López nos respondió:
La obra se llama Como un libro abierto y la escribo para brindar así un homenaje a Chelo Rodríguez, como ese gran icono del medio artístico venezolano, una mujer muy especial, llena de una vitalidad, energía y ganas inmensas de vivir a pesar de las contingencias; un ejemplo que debemos mostrar no solo desde los escenarios, precisamente en estos tiempos. La temporada será del 21 de junio al 21 de julio, viernes a las 5:00pm. Sábados y domingos a las 4:00pm, en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural. El teatro nuevamente copia o plasma la vida real y no endulza la ficción. 
Como un libro abierto es producido por el grupo teatral Bagazos, el Centro de Artes Integradas y la Asociación Venezolana de Conciertos. Cuenta con la participación especial del actor Manuel Villalba, quién interpretará al actor Orlando Urdaneta, quien fuera esposo de Chelo Rodríguez y a su primo, quién falleció de una manera trágica y fue un importante personaje en su vida. El vestuario fue confeccionado por el diseñador Carlos Aguilar y con las fotografías de Lil Quintero @lqfotoescenica.
¿Y esta seria tu tercera obra donde insiste en un teatro sobre la tercera edad, algo que los otros autores venezolano, salvo Isaac Chocrón, no lo tomo en cuenta o no lo consideraron importante, teatralmente hablando?
Me interesa y me ocupa la vejez como un tema que hace síntesis de lo vivido y confronta con una estampa difícil y muy compleja de la vida la más traumática y a la vez devastadora, una etapa que presenta un inmenso reto para el que la vive, hermosa en algunos aspectos, pero frustrante, donde se hace indispensable la compañía del otro y es en todo caso una realidad posible, y el teatro debe presentarla porque el teatro es la vida. A veces es difícil de ver pero necesario. En este caso como en mis otros tres montajes, La Cuadrilla, Nos vemos el Miércoles y Noche de guardia, vamos a reír y a reflexionar si se puede decir, una comedia dramática, como la vida.
También forman parte del equipo de producción de Como un libro abierto: Valentina Sánchez, iluminación; Oscar Salomón, escenografía; Valentina Blanco, diseño gráfico; Manuel Gerdel ,sonido e imágenes; Sandra Yajure, coreografía, Enith Pulido y Cipriano Castro como asistentes de producción y con las voces en off de Eduardo González, Daniel Revette, Martín Almonetti, Mauricio Blanco y Fabiana Caraballo. Las entradas podrán ser adquiridas a través de www.ticketmundo.com y en las taquillas del teatro.
CHELO RODRIGUEZ
La protagonista de Como un libro abierto es Chelo Rodríguez, “toda una mujer luchadora, que consiguió con perseverancia, amor y disciplina, materializar su sueño de niña: ser modelo y actriz”, puntualiza Blanco López.
 Consuelo Rodríguez Álvarez, el nombre que está en la cédula de identidad de Chelo (Sober, España, 25 de febrero de 1942), estuvo casada durante 11 años con el actor venezolano Orlando Urdaneta (Maracaibo, 14 de octubre de 1946). ”Sí, once años...que me premiaron con un hijo maravilloso y dos nietos hermosos. Actualmente sobrevivo y creo para nadie es desconocida la situación que estamos viviendo los artistas en Venezuela”.
Chelo, su nombre de batalla o de guerra existencial, se encarna ahora a sí misma, “el personaje más difícil que me ha tocado escenificar, hasta ahora”.     
Está totalmente satisfecha de estar en los escenarios teatrales, “porque he tenido la gran suerte de estar dirigida por el maestro Gerardo Blanco López, quien es el autor del monólogo de mi vida, este Como un libro abierto, todo un ser extraordinario que reapareció en mi vida hace casi tres años, cuando ya yo creía que el ocaso me había llegado. Quisiera continuar con la actuación si Dios me lo permite, la cual ha sido mi vida en todos estos años que los he dedicado con mucho amor a esta carrera. Y me gustaría seguir actuando de la mano de este gran maestro, excelente dramaturgo y un ser humano maravilloso. Mi respeto y admiración para él. Gracias por estar ahí, por existir”.

Las dos Fridas en Europa

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La controversial pintora mexicana Frida Khalo cobró vida, desde el viernes 7 de junio, en L'incanto Espacio Cultural de Santa Cruz de Tenerife, y así comienza su gira por España. Llegó a la Europa teatral.Se trata del montaje de la pieza teatral Las dos fridas que,en esta ocasión, ofrecen dos asociaciones de Tenerife, Mas Teatro y Cedarpre. El texto que firma el venezolano José de Jesús González, y que ha recibido innumerables ovaciones en Venezuela y Estados Unidos, ofrece un retorno de la pintora Magdalena Carmen Calderón Frida Kahlo, nacida enCoyoacán, un 6 de julio de 1907.Se trata de un encuentro, teatral, de la Frida artista, que analiza cada instante de su vida, con su Alter Ego, que la enfrenta en cada punto de ese análisis.
Para el dramaturgo es un texto que levanta la voz por la diversidad, bajo el lema “no está mal pensar distinto”. Refleja de una manera contundente la vida de la artista Frida Kahlo, una mujer que se sentía diferente al resto y tuvo la necesidad de manifestarlo en su arte, su forma de vestir, sus hábitos de vida, una mujer notoriamente rebelde para la época, de sentimientos incomprendidos y con una sensibilidad que le permitía interpretar al mundo más allá de lo habitual.
El texto que interpretan las actrices Elisa Escámez y Sonnibel Mendoza ofrece una visión personal sobre Frida la artista, frente a su desmitificación, una Frida irreverente que juega del cociente al inconsciente, del amor al desamor, de la vida a la muerte, del cielo a la tierra. Una mujer exitosa que no perseguía el éxito... “Me pinto a mí misma, porque soy a quien mejor conozco”, dijo en una ocasión.
El espectáculo que dirige Héctor Armas, estará instalado en L'incato Espacio Cultural en la Calle Valencia de la zona metropolitana, y ofrecerá una única función a las 21 horas, cada viernes hasta julio. Vale destacar que este montaje han trabajado también Ángel Brito, en la iluminación, Adonay García, en la Asistencia técnica en escenografía y utilería, Francisco Pérez en la cerrajería, y Juan Chinea Gómez, en la electricidad. Los temas mexicanos han sido interpretados por la cantadora Carmen Torres y los músicos Albano Vargas y Juan Pedro González, que ademásrealiza la dirección musical de los mismos. La grabación se realizó en elestudio Texo Records.Las entradas ya están a la venta en el portal www.tomaticket.es



En Guanare combaten los mosqueteros del rey

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El pasado miércoles 29 de mayo, la Compañía Regional de Teatro del estado Portuguesa (CRTP) y el Teatro Estable de Portuguesa (TEP), durante la entrega de los reconocimientos de una nueva edición del Festival Estudiantil de Guanare, estrenaron la obra de Manuel González Gil:Los mosqueteros del rey, un juguete cómico-musical, en reposición con nuevo elenco.
Esta pieza del dramaturgo, director, actor y docente argentino Manuel González Gil (1952) desde 1990 se convierte en la primera obra argentina que recibe el auspicio de la UNESCO por promover la solidaridad y la amistad en los seres humanos. Una propuesta integral, con un juego sostenido por el humor, permitiendo el acceso inmediato, libre, a una irrealidad tan frágil como los sueños. Un humor que se dispara indistinta e ininterrumpidamente desde los diálogos, los gestos, las acciones y los conflictos.
Enmarcada dentro del género del vodevil, nos recuerda por momentos la vieja “Commedia dell’ arte italiana”, y aunque no haya tortazos, ni olor a tabaco es imposible no sentir la presencia de los grandes cómicos de todos los tiempos: Los hermanos Marx, el Gordo y el Flaco, los Tres Chiflados, Charles Chaplin y mucho más cercanos a nosotros, los grandes momentos de nuestra Radio Rochela, con Emilio Lovera, Laureano Márquez, Claudio Nazoa, Irma Palmieri, entre tantos otros.
Un espectáculo para todo público, donde desde los más pequeños hasta los mayores disfrutan de las situaciones, los enredos, los equívocos y todos los errores propios del género. Además aderezada por deliciosas canciones y divertidas coreografías.
Protagonizada por Wilfredo Peraza, Jesús Plaza, Giuseppe Fischetti y Yonder Carrizales, con un vestuario diseñado por María Teresa Ojeda, iluminado por Kelynson Berríos, musicalizado por Jhessika Betancourt, con el apoyo incondicional de Emilger Arroyo, Evis Cuéllar y Mercy Mendoza, coreografías de Freddy Alberto Rangel y todo bajo la dirección general de Aníbal Grunn.
El diseño gráfico es de Alberto Ojeda y las fotografías de José Alejandro Martínez. Este extraordinario y divertido espectáculo continuará presentándose todos los viernes, sábados y domingos del mes de junio en el horario de las 7 p.m., en el Centro Teatral Herman Lejter, sala Alberto Ravara, de Guanare.

Calígula ha regresado y está en Rajatabla

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La Fundación Rajatabla no es la misma desde las muertes de sus fundadores Carlos Giménez (1993) y Francisco Alfaro (2011), pero la institución y la sala han sobrevivido gracias a la habilidad gerencial de William López y otras personas que lo acompañan.
Hay, pues una realidad inobjetable: antes y después del “capo” Giménez, Rajatabla ha sobrevivido, por ahora, a las complejas cuatro décadas de permanencia en la vida cultural de Venezuela. Serán las nuevas generaciones de espectadores las que digan la última palabra.
Es por eso que  ahora, porque el teatro no puede desaparecer por caprichos, la Fundación Rajatabla y la Alianza Francesa se unen para  presentar desde el 13 de junio en la Sala Rajatabla el clásico Calígula, de Albert Camus, versionada al español por Joaquín Vida, bajo la dirección de Marisol Martínez y la producción general de William López. 
El público venezolano tendrá la oportunidad de descubrir de viernes a domingo hasta el 07 de julio un espectáculo “extravagante” en el que Calígula se muestra como una persona que es incapaz de ser feliz a pesar de su libertad sin límites. 
La directora Marisol Martínez comenta que esta es una puesta en escena atemporal, ecléctica, ambientada en una época que podría ser cualquiera, inclusive la actual. Expone la poética de lo inhumano y narra cómo la adicción por el poder hace de Calígula un tirano.
El amor, la amistad, o la compasión, son despreciados por Calígula al no encontrarle ningún sentido a la existencia. “La incapacidad de sentir éstas emociones reflejan el vacío de la vida; él intuye que con o sin ellas, el sufrimiento continuará”, expone Martínez en su lectura escénica de este cásico del teatro moderno. 
La pieza del laureado maestro francés Albert Camus desnuda la psicología del personaje en una crítica al extremo de lo absurdo. Los personajes transitan esta historia borderline sobre el legendario y delirante emperador romano que, si bien al principio fue admirado por sus conciudadanos, se convirtió en un tirano enloquecido que fue arrastrado por su adicción al poder y su búsqueda de lo imposible. El despotismo y la muerte serían las herramientas principales de su lógica para gobernar.
El propio Camus decía que “Calígula puede volver en cualquier momento y en cualquier lugar”. La vigencia de ésta obra, en un siglo convulso, como este XXI, y desesperanzado, en el que algunos gobernantes amenazan con destruir la tierra, se asoma inquietantemente.
Manteniendo la tradición de Rajatabla, desde la óptica de su director fundador Carlos Giménez, ésta obra habla sobre el poder, la injusticia, los pueblos oprimidos y las desigualdades sociales. Son temas recurrentes al arte y la sociedad contemporánea, abordados también en montajes anteriores de Rajatabla, como Fuenteovejuna, Señor presidente y Mi país está feliz, entre otros, todos dirigidos por Giménez. 
Marisol Martínez conduce, pues, un talentoso y sólido elenco encabezado por Elvis Chaveinte, Nakary Bazán, Aitor Aguirre y Abilio Torres,   Vito Lonardo, Luis Ernesto Rodríguez, Pedro Borgo, Armando Andrés González, Andersson Figueroa y Alfredo Braca. El diseño de escenografía queda a cargo de Héctor Becerra; iluminación de David Blanco, vestuario de Marisol Martínez y Randimar Guevara. 
Desde el 15 de junio al 07 de julio: viernes, sábados y Domingos. 5. PM.


¿SÓLO UNA MADRE?

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La mujer entregada a sus imponderables roles de la procreación y la crianza de sus hijos, además de la vejez y la aparición de los inevitables problemas psicofísicos de la ancianidad, es un super tema teatral, verdaderamente monumental, muy delicado y poco frecuente de ser abordado por los autores teatrales venezolanos. Pero he aquí que el crítico y teatrero Luis Alberto Rosas lo ha hecho discretamente y es por eso que se presentó, con éxito de público, en una primera temporada.
Se trata de ¡Madre: pero no Teresa ni nací en Calcuta! , una comedia dramática, de humor negro, donde es abordada, sin miedo y muy dentro de la experimentación literaria, la innegable complejidad de las relaciones de madres e hijos, en esta relación universal que le marca la vida a todo ser humano sobre la faz de la tierra, donde se dice, entre otras cosas, "dime qué madre tienes y te diré quién eres".
Las relaciones con ese ser, con la madre, surgen desde la concepción y no se acabas ni siquiera al fallecer. Con ellas se establece un vínculo inevitable del que no podemos escapar y cómo manejamos este vínculo nos depara el éxito o el fracaso en nuestras vidas, ha dicho Rosas, quien además ha decidido escudriñar este tema, reflexionar sobre esta simbiosis madres-hijos y su eterna dicotomía amor-odio; obediencia-rebeldía; fortaleza-debilidad. 
“Madre sólo hay una y todos tenemos una, aunque no queramos en eso todos somos iguales”. Rosas advierte que en esta comedia puso el acento dramatúrgico en estos maravillosos y particulares seres que dan todo por sus "bebés" aunque pase lo que pase. 
El espectáculo, de muy grata factura histriónica, está dirigido por Karolains Rodríguez, quien logra escenificar una plausible visión descarnada de la maternidad. Pensamientos y sentimientos ocultos de los que generalmente no se habla, presentando así la ambivalencia emocional que puede llegar a producir la maternidad con todo y su crisis evolutiva, que después se desencadenada en el entorno familiar y social. Múltiples escenas son desarrolladas por cinco actrices que en una interpretación amorosa pueden llegar a producir ardor en los espectadores, además de las reflexiones particulares, porque confronta al teatro con la realidad vivida por cada uno de los espectadores. Fue grato encontrarnos con una directora de esta talla.
¡Madre: pero no Teresa ni nací en Calcuta! hizo su primera temporada del 10 de mayo al 02 de junio en la sala de Teatro Rajatabla. El trabajo actoral, de excelente factura individual y logrado además por la férrea direccion, estuvo  a cargo de Ibis Piña, Krupskaya Padilla, Yasmiri Oloyola, Oriana Rovaina eMiling Cabello, intérpretes que juegan,deliciosamente, con el tiempo escénico a su antojo en un mismo espacio, dándole vida a diferentes madres: santas, neuróticas, amorosas y desquiciadas,
 La producción estuvo a cargo de Mariela Vásquez y Cecilia Parra, Luis Ortíz en la asistencia de operaciones,   el diseño de Iluminación bajo la responsabilidad de Darío Perdomo, en la musicalización estaFabiola Prieto, como operador de sonido Diego Perdomo, la realización escenográfica de Yasmiry Oloyola, el diseño de vestuario y estética a cargo del maestro León Padilla y el diseño gráfico publicitario a cargo de Alberto Mathison.
Fue, púes, una grata sorpresa por la pieza como tal, su realización y el espectáculo mismo. Toda una globalidad de plausible calidad artística, muy rara en estos tiempos, cuando cunden las improvisaciones, de tantos partos teatrales desatinados y buscando únicamente el pingue negocio, más nada.

Delirio en Marienbad o Humboldt en Caracas

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Lo grato de mi profesión periodística es poder conocer, de primera mano, a las nuevas generaciones de artistas o la valiente y toda esa creativa gente que asalta, cual versiones prometéicas a los escenarios. Así se nutre la cartelera y así el público disfruta o aprende, tal es el caso de una profesional de las ciencias médicas, quien ahora escribió y montó una pieza que dice mucho para estos tiempos: la mortalidad de los seres humanos y la redención que puede llegar a ser el amor, cuando  este llega.
¿Cómo llega al teatro, teniendo en cuenta que su profesión es la medicina?
Soy Elizabeth Yrausquin, médico de profesión y artista por vocación. Desde muy joven he mantenido una especie de concubinato con el arte, aunque haya decidido estudiar medicina, jamás abandone mi particular inclinación por las artes. Pasados los años, una vez completado mis estudios de postgrados médicos, tome la decisión de inscribirme en la Escuela de Arte de la Universidad Central de Venezuela. No fue fácil encontrarme de nuevo sentada en un pupitre, pero fue una maravillosa experiencia rodeada de juventud y adquiriendo conocimientos que eran nuevos para mí.
¿Por qué y para que el teatro?
En el aula 212 conocí al maestro Nicolás Curiel, quien sembró en mi la curiosidad primero y luego la pasión por el teatro. Así comenzó todo.
¿Porque el teatro?
Había coqueteado con las artes plásticas y las artes del fuego, haciendo pintura, escultura y vitrales; pero al comenzar a estudiar las artes escénicas, el teatro, se quedó conmigo y yo me quede con él; como quiera que sea, desde hace unos 15 años atrás, no nos hemos separado.
¿En cuál rubro del teatro se siente más cómoda?
Hacer teatro, representa una manera de ver la vida, recrearla de cómo es a como pudo haber sido, como nos gustaría que fuera; dar voz a personajes reales o imaginarios. Aprendo cuando escribo, investigo y trato de poner esos conocimientos a la orden de cada escena que deseo representar .Me siento cómoda imaginando, escribiendo. A veces voy manejando y una idea se cruza en mi cabeza, estaciono y la escribo o ya dormida me despierto con otra y la escribo en una libreta que tengo sobre mi mesa de noche. A veces, nada sucede y allí se quedan la ideas, esperando un día ser rescatadas, otras, danzan como abejas en mi cabeza, se atropellan y es cuando no paro de escribir. Así que entenderá que me apasiona la dramaturgia y la dirección, dar vida a los personajes, colocarlos en el lugar y tiempo en que han sido concebidos. Eso me gusta.
¿Cuántas obras teatrales hasta ahora, escritas, y cuantas representadas?
 Nuestro primer grupo teatral en la universidad se llamó Aula 212, allí nació Luna Rojami primera obra, luego vino Sherezade, la mujer del vestido de plumas y Girasoles de silencio.
Un día, tome la decisión de buscar compañeros médicos que tuviesen condiciones actorales y sobre todo que les gustase el teatro; que aparte de la medicina tuviesen interés de formar un grupo, nace “AsKlepion”, conformado por médicos activos del Centro Médico de Caracas. Otras obras surgieron:Amapola de maíz, Lisistrata vuelve arrecha, El diablo sagrado y en estos momentos a representar Delirio en Marienbad. Todas las anteriores, puestas en escena. No hemos estado solos, no somos autodidactas, hemos estudiado, hecho talleres de actuación y dirección con personas conocidas en el medio artístico teatral. No lo sabemos todo, así que nos rodeamos de personas que nos apoyan, entre ellos José Tomás Angola, Carlos Silva, Edgard Vidaurre, Freddy Belisario y por supuesto hemos invitado a trabajar con nosotros a actores de la talla de Sandra Yajure y Gerardo Soto. Son columnas de este edificio teatral. Pienso que cuando uno como persona o como institución no sabe de algo, debe rodearse de gente capaz.
¿Por qué Goethe?
Mi Delirio en Marienbad está basada en la elegía homónima de Johann Wolfgang von Goethe, escrita al final de su vida cuando a los 75 años se enamora de una niña de 18 años. En mis años de estudios en la escuela de arte, ya había escrito algo sobre Goethe y fue Federico Pacanins, quien en el marco de la celebración de los 75 años de la asociación Cultural Humboldt me invita a escribir una obra de corte alemán y pensé que sería la ocasión perfecta para retomar la escritura de ese personaje. Me gusta escribir sobre personajes históricos, que a través de su hacer han pasado la línea de la inmortalidad y ¿Quién mejor que el autor del Fausto para explorar el alma humana a través de una pieza teatral? Esta cordialmente invitado a una de las funciones.
¿Qué características tiene su texto y como la ha llevado a escena?
El texto de mi Delirio en Marienbad arranca con uno de los momentos más importantes de la vida de un hombre: reconocer su mortalidad y la cercanía a la muerte. El enfrentamiento con lo que hemos hecho, bueno o malo, el temor a ser enjuiciados, el perdón atravesó del amor. La terrible soledad ante la inminente muerte. En este caso, Goethe y Fausto son dos caras de la misma moneda.
¿Qué espera de este montaje?
Para el montaje contamos con las últimas tecnologías de video y mapping, en este caso, José tomas Angola, José Martínez y Asdrúbal Barrios, son los encargados del manejo artístico de estos recursos tecnológicos. Deseo que podamos brindarle al público una experiencia teatral que aparte de estimular todos sus sentidos, también estimule su razón y su alma.
¿Cómo encuentra al teatro venezolano actual?
Con respecto a la última pregunta, pienso que lejos de haber pensado que el cine o la televisión acabarían con las representaciones teatrales, lo han impulsado, hay para todos los gustos, para todo público, la gente desea y va al teatro. Las obras están vivas cada fin de semana, adaptándose a la circunstancia política que nos está tocando vivir, con el poco recurso que se dispone, se adecuan  espacios, horarios, en fin, el hombre muere, pero jamás morirá el arte, sin él la vida no tendría sentido.  Hoy día, la incertidumbre pesa sobre cada uno de los venezolanos, es difícil enfrentarse a ella, es por eso, que sin dejar de luchar, debemos buscar una tabla que nos sostenga en este maremoto emocional de nuestra sociedad.



CALÍGULA 2019

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No ha ocurrido todavía y espero que pase y se permita verlo, oírlo y hasta saborearlo desde las butacas. Me refiero a cuando el desopilante personaje teatral de ese espectáculo venezolano le diga a su elenco acompañante y al público que hay que comer “arepas con lentejas” para que la fiesta no pare o se suspenda la bacanal fiesta perpetua en que vive tal césar romano, uno de los más crueles y más sanguinario que ha existido y quien se convirtió en el trágico mascarón de lo que pueden llegar a ser los gobernantes enloquecidos por el poder  y además privados del amor que hace humana y placentera la vida de todos los seres.
Poder y amor son como el agua y el aceite, pero combinados sabiamente constituyen la felicidad hasta la muerte o por un posible y único maravilloso rato no solamente para poderosos gobernantes o millonarios sino para todos los humanos que pueden preparar sus arepas y rellenarlas con lentejas para alimentar así al cuerpo que materializa sus deseos y luce la cubierta de sus almas.
¿Y por qué advertimos esto? Porque hemos visto y disfrutado al montaje multisápido y venezolanizado que ha logrado la directora Marisol Martínez con su versión escénica del texto Calígula (1957) de Albert Camus, el cual inició temporada en la sala de la Fundación Rajatabla, aquel famoso e histórico miniteatro anexo a la parcela donde funciona actualmente la Universidad Nacional de las Artes.
Hay que recordar que La Fundación Rajatabla no es la misma desde las muertes de sus fundadores- Carlos Giménez (1993) y Francisco Alfaro (2011)- pero la institución y la sala han sobrevivido gracias a la habilidad gerencial de William López y otras personas que lo acompañan en esa magna empresa para no dejar fenecer a una de las importantes agrupaciones privadas del teatro vernáculo de los últimos 50 años.
Existe, pues, una realidad inobjetable: antes y después del “capo” Giménez, Rajatabla ha sobrevivido casi mágicamente, por ahora, a las complejas cuatro largas décadas de permanencia en la vida cultural de Venezuela. Serán las nuevas generaciones de espectadores las que digan la última palabra.
Es por eso que  ahora, porque el teatro no puede desaparecer por caprichos de unos amigos y los siempre traidores, la Fundación Rajatabla y la Alianza Francesa se unieron para  presentar al clásico Calígula, de Albert Camus, versionada al español por Joaquín Vida, bajo la dirección de Marisol Martínez y la producción general de William López. 
El público tiene ahora  la oportunidad de descubrir un espectáculo  un pelín “extravagante” en el que el protagónico Calígula se muestra como una persona incapaz de ser feliz a pesar de su libertad sin límites, de dictador, boceto de lo que puede llegar a ser un gobernante.
La directora Martínez (nieta de la legendaria pareja de pioneros como lo fueron Lily Alvarez Sierra y Gabriel Martínez) demuestra su estremecedora puesta en escena, “atemporal, ecléctica, ambientada en una época que podría ser cualquiera, inclusive la actual, que expone la poética de lo inhumano y narra cómo la adicción por el poder hace de Calígula un tirano”.
Gracias a la muy contemporánea lectura de Martínez, el amor, la amistad, o la compasión, son despreciados por el gobernante Calígula al no encontrarle ningún sentido a la existencia. “La incapacidad de sentir éstas emociones reflejan el vacío de la vida; él intuye que con o sin ellas, el sufrimiento continuará”, expone y materializa la directora en su lectura escénica de este cásico del teatro moderno, el cual ya había sido visto en los escenarios venezolanos durante las décadas pasadas. 
La pieza del laureado francés Albert Camus desnuda la psicología del personaje en una crítica al extremo de lo absurdo. Sus personajes teatrales transitan esta historia borderline sobre el legendario y delirante emperador romano que, si bien al principio fue admirado por sus conciudadanos, se convirtió en un tirano enloquecido que fue arrastrado por su adicción al poder y su búsqueda de lo imposible. El despotismo y la muerte serían las herramientas principales de su lógica para gobernar.
El propio Camus decía que “Calígula puede volver en cualquier momento y en cualquier lugar”. La vigencia de ésta obra, en un siglo convulso, como este XXI, y desesperanzado, en el que algunos gobernantes amenazan con destruir la tierra, se asoma inquietantemente.
Manteniendo la tradición de Rajatabla, desde la óptica de su director fundador Carlos Giménez, ésta obra habla sobre el poder, la injusticia, los pueblos oprimidos y las desigualdades sociales. Son temas recurrentes al arte y la sociedad contemporánea, abordados también en montajes anteriores de Rajatabla, como FuenteovejunaSeñor presidente y Mi país está feliz, entre otros, todos dirigidos por Giménez. 
Marisol Martínez conduce, pues, precisamente al talentoso y sólido elenco encabezado por Elvis Chaveinte, Vito Lonardo, Aitor Aguirre y Abilio Torres, Luis Ernesto Rodríguez, Pedro Borgo, Armando Andrés González, Andersson Figueroa, Nakary Bazán y Alfredo Braca. El diseño de escenografía quedó a cargo de Héctor Becerra; iluminación de David Blanco, vestuario de Marisol Martínez y Randimar Guevara. 
Hay que subrayar que Calígula se basa en la vida del emperador romano y de ahí parte su historia. El tema es el de este personaje, quien se vuelve loco a partir de la muerte de su hermana con quien tenía relaciones incestuosas. Al principio desaparece unos días. Sus leales compañeros temen por él ya que suponen que la pérdida de Drusila le está dando un sufrimiento mortal. Cuando Calígula retorna de “su retiro” viene totalmente cambiado. Ha adoptado una nueva lógica para su vida, quizá para amortiguar el enorme dolor de la pérdida de su amada. El cambio que manifiesta es totalmente extremo: era un muchacho inocente, dócil y bueno y se ha convertido en un tirano. Adopta una lógica incomprensible y trata de conseguir los imposibles. El poder comienza a utilizarlo sin límite alguno, lo que según él lo convierte en un hombre libre, más capacitado que los propios dioses. Manda a matar a quien se le antoja, les roba en sus narices las mujeres a sus amigos, les quita a los ricos sus herencias para dárselos al estado, etc. Su actitud comienza a disgustar a la gente a sumo grado y comienzan los patricios a urdir su plan de venganza y muerte, a manos de Quereas, su líder.
No es sino hasta sus cuatro años de reinado que se dan las condiciones propicias para que estos lleven a cabo su plan tan elaborado. El fin de la obra es cuando están apuñalando a Calígula y en medio de sus estertores este aun logra exclamar triunfante y agónico “¡Todavía estoy vivo!”
Es, pues, Calígula una cita ineludible con el teatro urgente que se hace ahora en Caracas. Y aquí hay recordar a Mario Briceño -Iragorry quien decía que si creemos en la justicia, en la igualdad y en la libertad como posibilidades normativas, no cultivemos la injusticia, ni celebremos la desigualdad, ni menos aún sirvamos los planes que buscan la esclavitud del hombre. No podemos ser como Calígula, ni sus tropicales imitadores.

Regreso "El aniversario" a Caracas

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Como parte de la programación del mes de Jjunio del Teatro Alberto de Paz y Mateos, este sábado 22 y domingo 23 de Junio, a las 4:00pm, la agrupación “Macundales Teatro” estará presentando la pieza El Aniversario, original de Antón Chejov, en esta oportunidad versionada y dirigida por Adrián Jiménez.
Con la propuesta se pretende “venezolanizar” esta pieza escrita a mediados de los 1800 por Chejovn salvando las distancias entre la sociedad rusa de ese momento y la sociedad
venezolana actual. La pieza en tono de farsa nos muestra de la manera más ridícula y grotesca algunos de los aspectos más oscuros de nuestra sociedad: la corrupción, el oportunismo, la ineptitud, la explotación laboral, y la mediocridad, son algunos de los vicios sociales expuestos ante el espectador a través de unos personajes que carecen de valores positivos; pero que lamentablemente en muchos casos vemos reflejados en la vida real.
El director resalta queeste es un remontaje, ya que la pieza fue estrenada en el 2015 para representar a la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo en el Festival de Teatro del Autor (FESTEA) que se realizó ese mismo año. Jiménez destacó: “Dentro de mi proceso de formación como director en la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo tuvimos la oportunidad de participar en el FESTEA 2015 con ELAniversario, y en esa oportunidad recibimos la sorpresa de resultar ganadores en las categorías de mejor vestuario, mejor maquillaje, mejor escenografía, mejor producción y mejor actor de reparto”.
Gracias al apoyo de Bruno Mateos y de la Asociación Civil TRACODRA la pieza tuvo dos exitosas funciones en la 8va Edición del Festival Internacional de Teatro de Caracas. Luego deesto el equipo tiene planes de realizar una gira por algunas ciudades del interior del país.Además, Jiménez afirmó que: “Esta obra es posible gracias al trabajo comprometido de un grupo de óvenes, que a pesar de las innumerables dificultades,  apostamos por seguir llevando al público venezolano trabajos entretenidos que al mismo tiempo inviten a la reflexión, sobre todo tomando en cuenta el momento histórico queatraviesa nuestro país”. El elenco en orden de aparición está conformado por: Leomar Aponte en los papeles de Pedro Pérez y el Dueño, Javier González como el Presidente Pantaleón Verdi, Yordano Marquina y Wilson Medina compartiendo el rol de Tatiana Estefanía y Michael Pérez quién interpreta a la Sra. Dolores del Carmen. La producción está a cargo de Isaías Herrera y Sandra Jiménez. El mdiseño y la realización del vestuario, escenografía y la utilería son obra de Sandra Jiménez y Adrián Jiménez. Las entradas estarán a la venta antes de cada función en las taquillas del Teatro Alberto de Paz y Mateos, que se encuentra ubicado entre la Av. La Colina y la Av. Andrés Bello, en laProlongación Los Manolos. Urbanización Las Palmas. Metro Plaza Venezuela, conexión Metrobus Nº 314.


El teatro de García Gámez no se detiene

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El doctor Pablo García Gámez,.en el Lincols Center de Nueva York


Pablo Garcia Gámez, el caraqueño que desde el año pasado está en los titulares de la prensa cultural nacional, sigue viviendo en Nueva York y desde allá nos informa que su vida es trabajar por y para el teatro, como lo reflejan las repuestas que aquí hemos condensado.
¿Qué ha pasado con tu teatro?
Mi teatro sigue ahí. Sigo escribiendo. Sigo trabajando. Este semestre presentamos, interpretado por César Augusto Cova, Cariaquito morao (¿…y qué es Nueva York? se llama en Caracas) en el programa CallBack de teatro Círculo.  Participé con Hidden in mount eden, texto en inglés dirigido por Devo Nelson, en 48 hours in the Bronx, proyecto en el que seis dramaturgos invitados escriben en una noche seis obras de 10 minutos, producido por Teatro Pregones y Harlem9. En la universidad de Valencia, España, se celebró en abril el Tercer congreso de teatro del siglo XXI donde el académico y dramaturgo granadino Antonio César Morón presentó “Migraciones durante la administración Trump y su reflejo en el teatro hispano de Nueva York” trabajo centrado en dos piezas mías: Busca-la-vida y Hidden in mount Eden. Por estos días preparo un par de trabajos teóricos.  Para el 21 de julio doy una charla sobre la comedia en el teatro hispano para el grupo Teba y estoy escribiendo el prólogo para un texto de Antonio César Morón, cuya dramaturgia trabaja la contemporaneidad y sus quiebres, a partir de conceptos como capital, democracia, comunicación que se transforman ante nuestra mirada.
 ¿Qué montajes hay en camino o qué textos están a la espera de una producción?
En camino están: para julio (domingos 7, 14, 21 y 29) en el Celarg de Caracas, Las cosas del amor, dirigida por Oscar Alí Villamediana, joven director quien participó en uno de mis talleres de dramaturgia. Contamos que en otoño se estrene en Madrid a Busca-la-vida dentro de un proyecto ambicioso, arriesgado y alucinante dirigido por Luis Garván.  Parece que Noche tan linda, pieza que se ha representado en Nueva York, Buenos Aires y Lima se presentará el año próximo en una capital teatral… espero la confirmación. Por otro lado, estoy en la fase inicial de mi proyecto épico; “épico” en el sentido de texto ambicioso que lleva a escena un tópico a ser explorado desde diversas aristas.  La temática gira alrededor de personajes trans cuya vida y lucha aportaron al reconocimiento de los derechos de la población LGTBQ.  Ello implica, de mi parte, una manera distinta de abordar el texto, que se inicia con un riguroso proceso de investigación; para este trabajo cuento con la asesoría de Isaías Fanlo, amigo y colega de la academia quien además es promotor teatral en Cataluña.
 ¿Qué pasó con su doctorado?
A finales del pasado mayo en un acto realizado en el Lincoln Center, me recibí de doctor en el Departamento de Culturas Latinoamericana, Ibérica y Latina del Graduate Center, de CUNY, con una tesis sobre el teatro hispano de Nueva York.  A los dos días, volví a la dramaturgia.  En un mes escribí dos obras breves: Nos pertenecemos juntos y Las mártiras -esta última resultado de un taller de dramaturgia relámpago dictado por la autora puertorriqueña Alejandra Ramos- y un monólogo -El sensible-, además de revisar una pieza que escribí hace treinta años.  Primera vez que escribo tanto en tan poco tiempo; luego me di cuenta por qué estaba absorbido por la tesis mientras que me rondaban ideas que quería desarrollar.  En varias de estas piezas sigue como tema recurrente aspectos de la problemática LGTBQ en Caracas durante las dos últimas décadas del siglo pasado procurando colaborar con el archivo escénico de un colectivo históricamente marginado.
 ¿Había una eventual residencia universitaria suya en Caracas o en alguna ciudad conocida?
En el 2018 hubo contactos, pero no se dio la posibilidad de dar un curso de verano en la UCV.  Me encantaría una residencia universitaria en Venezuela; al momento no he recibido ofrecimiento alguno.
 ¿Después de haber presentado con éxito en Caracas qué opinión le merece el teatro de su país?
No te podría responder por el teatro del país, sería aventurado.  Te puedo contar sobre lo observado en las ocasiones que he ido a Caracas.  Considero que el teatro que he visto es gran calidad.  Con la crisis, estos teatreros se han volcado de lleno a su oficio haciendo propuestas extraordinarias con limitadísimos presupuestos. Son propuestas que, con orgullo, pueden representarse en cualquier escenario.  Es complejo porque cuando muestro fotos o videos de Oscuro, de nocheTroyanasnuestras o  el Popol Vuh, todas producciones de la Compañía Nacional de Teatro, que comanda Carlos Arroyo, me preguntan si eso se hace en Venezuela por la calidad, la riqueza visual, la música, las interpretaciones. Estas imágenes tienen el poder de subvertir narrativas mediáticas. Me gusta enfocar el rol social del teatro.  Me refiero a las propuestas de cómo el teatro crea comunidad. Un trabajo que vi en el teatro Nacional de Caracas, Las esquinas de Caracasun trabajo de José Luis León y Jose Gregorio Magdaleno,integra un colectivo de vecinos que cuentan las historias de sus vecindarios. Por un lado, estos grupos se adiestran en técnicas escénicas y, por otro, ellos mismos cuentan a partir de sus investigaciones.  Un proyecto de ese tipo simplemente es extraordinario porque cierra la brecha tradicional público-escenario a la vez que atrae nuevos espectadores. Me parece que hay diversas maneras de encarar la dramaturgia.  En los talleres he conocido jóvenes con trabajos interesantes.  Tuve el privilegio de ser jurado en el I Concurso de Dramaturgia Juana Sujo donde resaltó la calidad de los textos.  Hay también una dramaturgia escrita por mujeres que merece ser promovida por su fuerza y porque su visión nos enriquece; de hecho, en Nueva York, con el grupo Teátrica nos lanzamos a realizar lecturas de autores venezolanos; la primera fue de Mariozzi Carmona, Mujermente hablando, que por la coyuntura del momento terminó siendo un montaje presentado tres días con apoyo del público.  A propósito de este programa, estoy tratando de que se puedan hacer al año dos lecturas de autores venezolanos en NY; la segunda pieza por la que estoy abogando es Guardado bajo siete llaves de Orlando Ascanio. Sería beneficioso para las artes escénicas abrir nuevos espacios para la crítica; tal vez me estoy aventurando, y me disculpas si es así, pero aparte de El espectador venezolano,  tu blog, me gustaría saber sobre otros medios dedican espacios a la crítica de manera consecuente, periódica y reflexiva.  La crítica como práctica rigurosa ayudará a puntualizar por dónde vamos.  Nuestro teatro lo merece.   
  


Gretta está en ParqueCentral

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Daniel Alfonzo Chávez Torres,autor.
Daniel Alfonzo Chávez Torres es el autor del espectáculo Gretta que hace temporada en una sala de Parque Central, el espacio Dubais en el sótano de la Torre Oeste del Parque Central, donde se presenta  los viernes y sabados a las seis de la tarde, bajo la dirección de Marcos Gámez y como una esmerada producción general del Grupo Teatral Libra F.P.
Gretta es una comedia que muestra la realidad de personas que al caer en los vicios como sustancias estupefacientes, alcoholismo, prostitución, pueden ser tan degradados al punto que son rechazados por la sociedad y también por sus familiares, comenta su autor.El elenco de la pieza está integrado por: Carlos Campos interpretando a Gretta SánchezOnell Gregg y Yohi Hernández  caracterizando a Carlos y Lucía Rosciano quien representa a Rosita.
¿Por qué el teatro?, le preguntamos al dramaturgo.
Es mi pasión, desde niños soñé con grandes escenarios nacionales, me vi viajando por paises internacionales mostrando todas mis piezas teatrales. Él teatro me hace olvidar todas mis asperezas porque el teatro es mi pasión.  Amo al teatro. 
¿Dónde comenzó todo?
Comenzó en 1996. Estudié teatro con doña Amalia Pérez Díaz, Carmelo Castro y Levy Rossell.
  ¿Cuantas obras ha escrito hasta ahora?
Tengo muchas piezas escritas, pero tres son las que me han dado a conocer en el ámbito del teatro, desde el 1996. Mi primera pieza teatral es Dos hermanas y media, hacia2017, después durante los últimos días del 2018 muestro Dos manzanas y ahora, a tan solo un mes de estar en taquilla, presento mi tercera pieza teatral: Gretta.
¿Por qué Gretta?
Porque quiero demostrar a todas aquellas personas, que a pesar de muchos problemas que te azoten, siempre Dios nos da una salida. Gretta es parte de mi vida, donde una vez pensé que no había salida a mis problemas, pero Dios me mostró que sí, que a pesar de mis errores y virtudes hay luz al final del túnel. Con Gretta reflejo parte de mi vida y de todos mis errores.  
¿Que busca con el teatro?
Busco dar al público mensajes de aliento y de esperanza, porque siempre hay una salida a todos los problemas, por eso me gusta tocar temas muy fuertes. Para que el público que vaya a ver mis piezas se lleve un gran mensaje de reflexión. Creo que cuando el público entra a una sala de teatro entra vacío y debe salir lleno de reflexión llevarse un gran mensaje. 
¿Cómo le ha ido a Gretta en los escenarios?
A pesar de todo nos va bien, está muy bien comentada. La gente va a ver la pieza y sale de las funciones muy contenta. Gretta está ya en su segunda temporada. Van a verla por su buen contenido, por supuesto la comedia también influye mucho Y la utilizo para darle al público presente grandes mensajes que los nutra. Es la historia de un transexual y sus vicisitudes para aobrevivir en una sociedad con muchos problemas.

 
  

Delirio en Marienbad en 6 funciones

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Lo grato de mi profesión periodística es poder conocer, de primera mano, a las nuevas generaciones de artistas o la valiente y toda esa creativa gente que asalta, cual versiones prometéicas a los escenarios. Así se nutre la cartelera y así el público disfruta o aprende, tal es el caso de una profesional de las ciencias médicas, quien ahora escribió y montó una pieza que dice mucho para estos tiempos: la mortalidad de los seres humanos y la redención que puede llegar a ser el amor, cuando  este llega.
¿Cómo llega al teatro, teniendo en cuenta que su profesión es la medicina?
Soy Elizabeth Yrausquin, médico de profesión y artista por vocación. Desde muy joven he mantenido una especie de concubinato con el arte, aunque haya decidido estudiar medicina, jamás abandone mi particular inclinación por las artes. Pasados los años, una vez completado mis estudios de postgrados médicos, tome la decisión de inscribirme en la Escuela de Arte de la Universidad Central de Venezuela. No fue fácil encontrarme de nuevo sentada en un pupitre, pero fue una maravillosa experiencia rodeada de juventud y adquiriendo conocimientos que eran nuevos para mí.
¿Por qué y para que el teatro?
En el aula 212 conocí al maestro Nicolás Curiel, quien sembró en mi la curiosidad primero y luego la pasión por el teatro. Así comenzó todo.
¿Porque el teatro?
Había coqueteado con las artes plásticas y las artes del fuego, haciendo pintura, escultura y vitrales; pero al comenzar a estudiar las artes escénicas, el teatro, se quedó conmigo y yo me quede con él; como quiera que sea, desde hace unos 15 años atrás, no nos hemos separado.
¿En cuál rubro del teatro se siente más cómoda?
Hacer teatro, representa una manera de ver la vida, recrearla de cómo es a como pudo haber sido, como nos gustaría que fuera; dar voz a personajes reales o imaginarios. Aprendo cuando escribo, investigo y trato de poner esos conocimientos a la orden de cada escena que deseo representar .Me siento cómoda imaginando, escribiendo. A veces voy manejando y una idea se cruza en mi cabeza, estaciono y la escribo o ya dormida me despierto con otra y la escribo en una libreta que tengo sobre mi mesa de noche. A veces, nada sucede y allí se quedan la ideas, esperando un día ser rescatadas, otras, danzan como abejas en mi cabeza, se atropellan y es cuando no paro de escribir. Así que entenderá que me apasiona la dramaturgia y la dirección, dar vida a los personajes, colocarlos en el lugar y tiempo en que han sido concebidos. Eso me gusta.
¿Cuántas obras teatrales hasta ahora, escritas, y cuantas representadas?
 Nuestro primer grupo teatral en la universidad se llamó Aula 212, allí nació Luna Roja mi primera obra, luego vino Sherezade, la mujer del vestido de plumas y Girasoles de silencio.
Un día, tome la decisión de buscar compañeros médicos que tuviesen condiciones actorales y sobre todo que les gustase el teatro; que aparte de la medicina tuviesen interés de formar un grupo, nace “AsKlepion”, conformado por médicos activos del Centro Médico de Caracas. Otras obras surgieron: Amapola de maízLisistrata vuelve arrechaEl diablo sagrado y en estos momentos a representar Delirio en Marienbad. Todas las anteriores, puestas en escena. No hemos estado solos, no somos autodidactas, hemos estudiado, hecho talleres de actuación y dirección con personas conocidas en el medio artístico teatral. No lo sabemos todo, así que nos rodeamos de personas que nos apoyan, entre ellos José Tomás Angola, Carlos Silva, Edgard Vidaurre, Freddy Belisario y por supuesto hemos invitado a trabajar con nosotros a actores de la talla de Sandra Yajure y Gerardo Soto. Son columnas de este edificio teatral. Pienso que cuando uno como persona o como institución no sabe de algo, debe rodearse de gente capaz.
¿Por qué Goethe?
Mi Delirio en Marienbad está basada en la elegía homónima de Johann Wolfgang von Goethe, escrita al final de su vida cuando a los 75 años se enamora de una niña de 18 años. En mis años de estudios en la escuela de arte, ya había escrito algo sobre Goethe y fue Federico Pacanins, quien en el marco de la celebración de los 75 años de la asociación Cultural Humboldt me invita a escribir una obra de corte alemán y pensé que sería la ocasión perfecta para retomar la escritura de ese personaje. Me gusta escribir sobre personajes históricos, que a través de su hacer han pasado la línea de la inmortalidad y ¿Quién mejor que el autor del Fausto para explorar el alma humana a través de una pieza teatral? Esta cordialmente invitado a una de las funciones.
¿Qué características tiene su texto y como la ha llevado a escena?
El texto de mi Delirio en Marienbad  arranca con uno de los momentos más importantes de la vida de un hombre: reconocer su mortalidad y la cercanía a la muerte. El enfrentamiento con lo que hemos hecho, bueno o malo, el temor a ser enjuiciados, el perdón atravesó del amor. La terrible soledad ante la inminente muerte. En este caso, Goethe y Fausto son dos caras de la misma moneda.
¿Qué espera de este montaje?
Para el montaje contamos con las últimas tecnologías de video y mapping, en este caso, José tomas Angola, José Martínez y Asdrúbal Barrios, son los encargados del manejo artístico de estos recursos tecnológicos. Deseo que podamos brindarle al público una experiencia teatral que aparte de estimular todos sus sentidos, también estimule su razón y su alma.
¿Cómo encuentra al teatro venezolano actual?
Con respecto a la última pregunta, pienso que lejos de haber pensado que el cine o la televisión acabarían con las representaciones teatrales, lo han impulsado, hay para todos los gustos, para todo público, la gente desea y va al teatro. Las obras están vivas cada fin de semana, adaptándose a la circunstancia política que nos está tocando vivir, con el poco recurso que se dispone, se adecuan  espacios, horarios, en fin, el hombre muere, pero jamás morirá el arte, sin él la vida no tendría sentido.  Hoy día, la incertidumbre pesa sobre cada uno de los venezolanos, es difícil enfrentarse a ella, es por eso, que sin dejar de luchar, debemos buscar una tabla que nos sostenga en este maremoto emocional de nuestra sociedad.

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