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Channel: EL ESPECTADOR venezolano
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Crimen y castigo en Chacao

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Serrano y Maduro en una venezolanización de la novela rusa
Nada es más importante que el amor y la libertad, piensan los artistas y reflexionan los filósofos, según Albert Camus. Pero según el teatrero Juan Souki (Caracas, 1980) esas dos palabras o ese par de conceptos son las únicas razones para vivir. Y por eso ha versionado y montado Crimen y castigo, espectáculo que desde el viernes 17 de julio estará exhibiendo el Teatro Municipal de Chacao, una producción de Imaginarios de Venezuela.
Juan, nuestro conocido desde cuando era liceísta y hacia sus experimentos escénicos en los festivales del Ateneo de Caracas, dice entusiasta que fue durante el año 2007, en Nueva York, cuando leyó por primera vez la novela  Crimen y castigo de Fyodor Dostoievski y decidió llevarla al teatro. Y es ahora cuando la muestra.
-¿Por qué  versiona y no monta una obra de autor venezolano?
-Me encontré con la novela hace siete años y desde entonces empezó el ciclo de adaptarla. El enamoramiento no vino por la nacionalidad sino por los personajes y las historias que viven. Aunque es un clásico de la literatura rusa creo que de alguna manera habla mucho de nosotros, los venezolanos 
-¿Está al tanto de la dramaturgia criolla?
-Me la paso soñando con materializar  proyectos. Hay nombres que me interesan mucho, no todos dramaturgos, tampoco todos están vivos. Me encantaría montar a Cabrujas y me encantaría hacer algo sobre textos de Herrera Luque. En el teatro actual me interesa mucho el trabajo de Indira Páez, Elio Palencia, Mónica Montañés, Karin Valecillos... Me encantaría trabajar con todos, además de con algunos escritores de generaciones más nuevas como Marianery Amín, Roberto Linares y Roberto Lahoud.   Una de las cosas que más me interesa es la idea de hacer proyectos teatrales no convencionales colaborando con artistas de otros ramos, he tenido en los últimos años experiencias maravillosas con César Miguel Rondón. Me encantaría hacer teatro documental con Tamoa Calzadilla y teatro gastronómico con Helena Ibarra. La lista pica y se extiende... hasta el infinito.
-¿Qué dice su versión al país?
-Que nada es más importante que el amor y la libertad. Con este montaje, Imaginarios de Venezuela busca crear una experiencia cultural de entretenimiento que celebre los valores humanos más fundamentales y promueva un espacio de pensamiento y conversación a través de las artes, así como acercar a las nuevas generaciones a la literatura universal.
- ¿Está actualizada o contemporizada su versión?
-En sus diarios, describiendo lo que sería la ficción de  Crimen y castigo, Dostoievski escribió: “La acción es contemporánea, sucede en julio del año en curso... Un joven, expulsado de la Universidad y viviendo en un estado de pobreza extrema sucumbe ante ciertas ideas que están en el aire y decide romper en bruto con su situación desafortunada. Ha decidido matar a una anciana, esposa de un concejal, que presta dinero y cobra intereses”. La historia se mantiene pero el contexto cambia, mi versión ocurre hoy. El punto de encuentro con la novela original es un momento de profunda crisis económica, de profunda crisis de identidad. 
-¿Cómo es su propuesta escénica?
-Está compuesta por escenas realistas y escenas de ensueño. Las realistas son cinematográficas, intimistas y con mucho trabajo de texto; he disfrutado mucho el trabajo de creación con Sócrates Serrano, Prakriti Maduro y Carlos Sánchez Torrealba. Son actores comprometidos, inteligentes y con mucho que decir, el proceso ha sido increíble. Los delirios y escenas de ensueño son momentos muy visuales, apareció en el proceso creativo un nexo entre el despertar del personaje y el despertar de San Juan en nuestro imaginario. Nos inspiramos en un canto de Tarmas, un llamado a San Juan, y junto a Betsayda Machado, Nereida Machado y Rafael González entró un elemento afro venezolano, casi místico en el espectáculo. Hay un ensamble de diez actores jóvenes que nos acompaña cantando y componiendo esas escenas de ensueño. 
-¿Qué tiempo tendrá en temporada y con quienes hace este trabajo?
-Vamos a estar cuatro semanas en el Centro Cultural Chacao en el Rosal, hasta el 17 de Agosto. Un montón de amigos y colaboradores muy especiales y también un grupo de diseñadores muy queridos, que están regados por el mundo y que tienen mucho tiempo involucrados en este sueño. La música es original de Xavier Losada, el diseño de vestuario de Freddy Mendoza, la escenografía de Jian Jung, las luces de Lucrecia Briceño, diseño audiovisual de Alejandro Armas Vidal y gráfica de Oscar Bastidas. Se han involucrado con nosotros también las hermanas Machado. En el ensamble comparten con nosotros: Alan Ohep, Suki Landaeta, Carlos Dugarte, Carlos Fabián Medina, María Gabriela González, José Guedes, Daniela Martínez, María Victoria Farías, Amneris Ramírez y David Colmenares. 
Amor e intriga
 Crimen y castigo trae al presente venezolano un relato de amor, con elementos de thriller policial y obra de intriga. Conduce al espectador en una jornada a través de los más oscuros pliegues de la mente de un criminal, y expone el alma de una persona poseída simultáneamente por el bien y el mal, que no puede escapar de su propia conciencia. En un montaje dinámico y atractivo, se plasma la historia de Román (Serrano), un estudiante de Leyes que abandona sus estudios por razones económicas y conflictos personales, quien se convierte en el sospechoso principal del asesinato de dos ancianas prestamistas que abusaban de la pobreza de sus clientes. Un oficial de policía (Torrealba) sospecha de Román. Tras conocerlo se identifica con distintos aspectos de su personalidad. Entre los dos se inicia un debate acerca de los conceptos primarios de justicia e igualdad entre los seres humanos. Acechado, los días pasan agobiando al joven quien sufre de delirio de persecución, pesadillas e insomnio. Su conciencia vigilante se subleva y no lo deja en paz. En medio de semejante crisis, cuenta con el apoyo afectivo de Sonia (Maduro). Juntos se sumergen en un viaje que los obliga a cuestionar su identidad, su rol en la sociedad y el sentido de la vida. Esta versión de Crimen y castigo explora conceptos primarios de justicia e igualdad entre los seres humanos y comparte con el público una discusión sobre la importancia del amor y la justicia en tiempos de crisis.
Literatura rusa

Crimen y castigo   de Fyodor Dostoievski figura entre las novelas más leídas de la historia desde su primera publicación en 1866 y es reconocida por indagar en los valores humanos más fundamentales. Los diálogos mantenidos entre el protagonista y el inspector de policía, son considerados por algunos autores como una de las cimas de la literatura universal. Junto con el texto Guerra y paz (1869) de León Tolstoi, se le considera una de las obras más influyentes e internacionales de las  letras rusas. 

Carlos Márquez en su teatral despedida

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El director Ibrahim Guerra y el primer actor CarlosMárquez en el camerino de Unearte.
Arrancó la despedida  del primer actor Carlos Márquez (Guanoco, 19 de abril de 1926) con su hermoso e instructivo monólogo Inolvidable, escrito por José Gabriel Núñez a partir de la biografía Lo que me tocó vivir del comediante, desde aquel 20 septiembre de 2013, en la sala de conciertos de Unearte.
Marquez decidió retirarse de las artes escénicas, como expresó  el año pasado, porque “a los 87 ya no se está para actuar, sino para esperar la muerte en la tranquilidad del hogar”. Por eso su espectáculo avanza desde Guanoco a la eternidad de la cultura criolla, haciendo escala a lo largo de 70 años en numerosos escenarios, sets y platós de Caracas donde hizo su vida artística.
Exaltamos la decisión de Márquez para su original despedida - se escenificó durante dos fines de semana en Unearte y desde entonces lo ha mostrado 16 veces más en otros escenarios, como ocurrió la semana pasada en el teatro Principal- la cual aplaudimos a rabiar por la honestidad de tal acto celebratorio, logrado  gracias al afecto, la paciencia y la creatividad  que aplicaron el dramaturgo Núñez (consumió 18 meses en la redacción del guión) y el director Ibrahim Guerra.
Ellos hicieron que Inolvidable no fuese únicamente un revisión existencial  del artista, sino que diese valiosa información sobre varias décadas de los avatares del teatro y una excelente demostración de las  dotes histriónicas que él conserva.
El histrión le contó a  Núñez varias facetas de su vida y este estructuró el unipersonal, con apoyatura musical en vivo de Tony Monserrat. Lo obtenido  es una deliciosa recreación, a partir del monólogo El canto del cisne(1886) de Antón Chejov, enriquecido con anécdotas del artista, como sus desencantos por los personajes que anheló hacer y nunca se los dieron, como aquellos legendarios príncipes Hamlet y Segismundo, de  Shakespeare y Calderón, metas consagratorias para muchísimos  comediantes en etapa cruciales de sus profesiones.
Tal como lo plantea Chejov, Márquez encarna el anciano cómico Vasili Vasílievich que termina la función con la cual finaliza su carrera teatral y  se queda  viendo desde el escenario la sala vacía para iniciar un melancólico viaje a través de sus recuerdos.
Inolvidable es un gran tributo a la nostalgia que ha acompañado a este comediante, quien luchó denodadamente para llegar a ser lo que es: primera figura en el arte de la interpretación, la cual es la actividad más arraigada, genéticamente, en todo ser viviente, y más, si a este lo complementa el intelecto, tal es el caso de  Carlos Márquez.

Aristóteles pide en todo acto teatral un conflicto para la expiación de la audiencia y  Márquez lo obtiene con su  saga de amor, sus luchas y el amargo  final, tal como ocurrió con la pionera Juana Sujo, su  primera esposa, insigne actriz y productora del mejor teatro de arte de los 50 y 60. Desaparecen las risas y el silencio es elocuente, pero el público estalla minutos después cuando interpreta el tango Cuesta abajo y el bolero Inolvidable. ¡Cae el telón!

"Libertador" libra otra batalla

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Edgar Ramirez asume la historia  de Simón Bolívar
La traición de los Judas neogranadinos y venezolanos, de principio a fin, marca o identifica la película  Libertador  de Alberto Arvelo, la  cual libra ahora otra batalla para llegar hasta los espectadores y suscitar, como es normal, una polémica o una exaltación por tratarse de un producto artístico, de comprobada calidad, según nuestro criterio, que echa luces sobre algunos aspectos de la vida del ilustre Simón Bolívar.
El 25 de septiembre de 1828 y el 1 de diciembre de 1830, Bogotá y Barraquilla (costa atlántica de la naciente y casi moribunda Gran Colombia), son los lapsos históricos y espaciales entre los cuales transcurre este largometraje de 120 minutos sobre aspectos cruciales del periplo del Libertador: la conspiración de Santander  que fracasa y su otro y definitivo zarpazo, el cual pone fin al ciclo del héroe. Ahí están condensados los largos 47 años vitales del caraqueño que le tumbó, primero en un juego de pelota, la corona a Fernando VII e inauguró un ciclo de luchas por la libertad y la igualdad en las que fueron las provincias del Reino de España. ¡Reivindicaciones que aún no están logradas plenamente!
No hizo Arvelo  una obra cinematográfica ceñida estrictamente a la historia como tal. El guionista Timothy J. Sexton, habilidosamente, plasma la infancia, la díscola juventud y su primer y único amor de Bolívar, para meterlo en la guerra sin cuartel contra los españoles y después en el conflicto  por el poder político con los nuevos líderes de  los pueblos o naciones que iba liberando o libertando, hasta caer finalmente en manos de la muerte, bien por las enfermedades o por la sevicia del sicario de turno.
Libertador, más alla de la revisión histórica que propone, es un estremecedor espectáculo, donde la fotografía conmueve por la violencia de los combates cuerpo a cuerpo o por la ferocidad de la misma naturaleza. No hay tiempo, por así decirlo, para degustar los enfoques de las batallas o el tránsito de los ejércitos hacia los campos de batalla. Es pura creación cinematográfica y de calidad .
Hay aspectos del guión y su alucinante realización que impactan, como es la batalla por el puente de Boyacá (7 de agosto de 1819), la cual permitió la creación de  la Gran Colombia, capturar Bogotá y avanzar  hacia al sur, al tiempo que en Venezuela se abría otra conspiración y Páez terminaría por apoderarse del gobierno de Caracas.
No podía faltar el discurso libertario y antimperialista de Bolívar, el cual se desliza suavemente en algunas secuencias o con violencia, como cuando el financista inglés de los patriotas quiere cobrar los préstamos y el Libertador lo pone en su sitio. La independencia americana se pagó con sangre y oro, porque los foráneos prestamistas cobraron de muchas maneras.
 En síntesis, Libertador muestra al valiente y enamoradizo Bolívar desafiando a su destino y buscado siempre a los amigos leales, porque muchos lo abandonaron, bebiendo del amor de su primera esposa y de la indómita Manuelita.
El epílogo impacta porque no se ciñe a la supuesta verdad histórica conocida. Bolívar no se puede embarcar para salir de la Gran Colombia y proseguir combatiendo por sus ideales porque unos militares lo detienen. Cae el telón para el héroe, por así decirlo, y  un texto en la pantalla informa que murió de tuberculosis 16 días después. ¿Lo mataron? ¿Lo envenenaron? ¿Tenía razón el presidente Chávez al haber solicitado una investigación más seria sobre esa  oscura etapa de nuestro héroe? ¡No sabemos!
 Libertador es, pues, una contundente versión cinematográfica sobre el alfa y el omega de la nacionalidad latinoamericana y por ende venezolana. Recordamos aquí como Arvelo nos declaró que los próceres de nuestra Independencia estaban hechos de la misma madera de que todos estamos hechos, estaban hechos de las mismas necesidades, de los mismos afectos, de las mismas dificultades. “Hemos buscado llegar a ese nivel humano, a esa cotidianidad”. Y eso lo logra, sin lugar a dudas.
Felicitaciones a todo ese conglomerado de actores ahí involucrados, desde el convincente Edgar  Ramírez hasta Erick Wildpret como el Abel americano, o sea Sucre,  sin dejar de resaltar al Simón Rodriguez de Francisco Denis.
Creemos que Hugo Chávez habría aplaudido hasta rabiar, pero también, como Bolívar, se marchó antes y a destiempo.

El travesti Perla es la "Callejera"

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 Luis Vicente González  es elautor y el actor de "Callejera" 
Callejera, auténtico, asombroso ydinámicoespectáculo sobre la homofobia y la transexualidad, no estuvo en la programacion del Festival de Teatro Rosa de Caracas 2014, el cual se realizó en el Celarg durante el pasado mes de junio, pero su autor y actor Luis Vicente González ya se prepara para mostrarlo en los festivales de Occidente y Oriente o en otro espacio que se le permita.
Callejera es, pues, un unipersonal que cuenta la historia de Perla, un joven homosexual que se trasviste para ir al liceo. Y sobre su orígentodo lo cuenta Luis Vicente:
-Es unareflexión sobre la tolerancia, la aceptación a lo diferente. El argumento esta basado en un hecho real, ocurrido en Estados Unidos de América, donde un muchacho es asesinado por un compañero de clases en plena fiesta de San Valentín, delante de todos. El asesinado solía trasvestirse ocasionalmente para ir a clases y lo hacía con vestidos que una profesora le regalaba. Este chico se enamora de su asesino, a quién le pide que sea su acompañante en el baile de los enamorados que se celebrará en la escuela. Esta petición la hace públicamente unos días antes de la fiesta. Me apropié de éste argumento para escribir Callejera. En el proceso de escritura fui incorporando sucesos y personajes que pertenenecen al mundo de mi niñez, en el pueblo donde nací y crecí, ficcionándolos para construir la vida familiar y callejera de Perla (así se llama el protagonista de mi historia) al igual que su interioridad. 
-¿Por qué un montaje eminentemente físico?
-En primer lugar debo decir que el montaje no es "eminentemente" físico.  Es teatro y se hace desde la presencia "física" de los actores en escena. De lo contrario no sería teatro. Ciertamente la propuesta escenica de Carlos Díaz, director del montaje, permitió la incorporación, en algunos momentos, de materiales corporales como un lenguaje más desde donde se cuenta la historia. Yo creo con mucha firmeza que en nuestro país no se entiende y se desconoce las implicaciones técnicas y estetéticas de eso que se ha dado en llamar "teatro físico". Por ello cualquier montaje donde el actor use su cuerpo fuera de las convenciones del teatro "de texto", entonces pasa a ser mal llamado “teatro físico”. Pero resulta que el teatro ni es de texto ni es físico, el teatro es una manifestación artística viva, el texto como todos los elementos que participen de la puesta en escena, son recursos para la elaboración de los lenguajes escénicos. De manera que se puede pasar con total fluidez del habla a la gestualidad como quien usa variados colores para construir una pintura. Por otro lado, el texto de Callejera está constituido por 29 cuadros escritos. De manera que al leerlo fácilmente se le pudiera inscribir dentro del llamado teatro de texto, pero como se ha mostrado, en la creación escenica hemos usado una variedad de lenguajes para la elaboración del discurso.
-¿Lo físico aplasta los contenidos?
No. Creo que lo "físico" enriquece mucho el montaje, le da dinamismo y particularidad. Por momentos he llegado a pensar que puede haber un exceso más bien de textos, de palabras. Lo "físico" (siempre con comillas para mí) nunca podría aplastar la temática porque forma parte de la temática, porque la temática, tal y como la mostramos al público, fue construída desde lo físico tanto como desde las palabras escritas. Lo "físico" no ha sido una incorporación caprichosa para hacer un teatro raro. Desde lo "físico" intentamos decir tanto como desde las palabras, sumergir al espectador en la temática y sus contenidos desde el uso de variados recursos y lenguajes, uno de ellos es el lenguaje gestual en un tratamiento particular y consciente.
-¿Qué busca  
-Buscamos hacer un teatro propio, es decir una forma de hacer teatro surgida de las posibilidades y necesidades expresivas  reales de los creadores. Entonces, como yo llevo algún tiempo ya en una investigación personal sobre las calidades físicas y el contacto para la construcción de la acción escénica, he derivado en un acabado actoral como el que has visto en Callejera.  En éste punto debo resaltar el mérito de Carlos Díaz, quien como director ha tenido la inteligencia de trabajar desde mí y conmigo más que con prefabricadas ideas de "director". Esto ha dado como resultado una propuesta en la que yo como actor no tengo que lidiar con la búsqueda para alcanzar las ideas del director, porque el director a construido sus ideas en "diálogo" activo y vivo con el actor. De allí que estar en escena me sea tan placentero en éste montaje.
-¿Cómo fue su preparación para Callejera?
-Trabajamos a base de improvizaciones a partir de las ideas y circunstancias presentes en el texto. Estas improvisaciones estructuradas fueron el medio a través del cual me aproximé a las intenciones vocales y gestuales, así como al contacto con mi imaginario puesto al servicio del montaje para la activación de estados emocionales verosímiles y auténticos. De igual forma esta manera de trabajar le permitió al director establecer diálogos creativos conmigo de donde fueron surgiendo ideas para la puesta en escena, el uso de determinados elementos y el tratamiento de los mismos.
-¿Ha pensado en un corto o un medio metraje?
-Siempre lo pienso con todas las obras que he escrito hasta ahora. Estoy muy influenciado por la cultura audiovisual. Lo que pasa es que escribo y hago teatro porque se puede hacer en menores tiempos y costos que los audiovisuales. Pero sí, me gustaría hacer con Callejera un trabajo audiovisual. Entre otras razones por laeficacia comunicativa de este medio.
La otra pobreza

 A Luis Vicente González no le preocupa la homofobia en particular. “Me preocupa la intolerancia en general. La no aceptación de lo diferente en cualquier ámbito.   En la política, en las artes, en fin, en la vida.  Callejera   intenta invitar a la reflexión sobre esto. El rechazo al homosexual es en este caso un pre-texto para hablar de lo pobres que somos culturalmente y que es nuestra pobreza la que nos hace ser intolerantes hasta extremos nefastos que nuestro país conoce bastante. A través del teatro no pretendo detener la homofobia. Lo que sí busco con él es brindar espacios y tiempos para sensibilizar, elevar el espíritu y jorungar los corazones del espectador para que sea una mejor persona y, de pronto, sea menos homófobo”. 

Amor y libertad en un crimen con castigo

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Juan Souki sube la  dura cuesta de la dirección teatral en Venezuela.
El más importante director de teatro de Venezuela, Carlos Giménez (1946-1993), escribe que ve con tristeza  como los espectáculos huyen de la poesía y los actores vagan por las escenas, falsamente engañados por directores que no lo son. “Hay que dudar de quien que no se enamora  del escenario, que no te convence del profundo significado de una puerta que se abre, una luz que se enciende, un trozo de cielo que se inventa con que solo mirar para arriba…del que dice centrarse en el actor y el texto pero abandona ambos y los somete a la más espantosa soledad: la ausencia de poesía. Y los espectáculos se suceden unos a otros en un proceso que los devora sin piedad. No hay una sola puesta a discutir, una propuesta que emocione, una idea que deslumbre. Se vuelve rutina el teatro y este nunca debe ser eso. No hay arte”. (Carlos Giménez, Antes y Después, E.A.Moreno-Uribe, 2003).
Pero Juan Souki (Caracas, 1980), quien  nunca vio un montaje gimeniano original, aunque a finales de los años 90 sí presencio una reposición de El coronel no tiene quien le escriba, aprendió el abecé teatral en la Universidad de Columbia de Nueva York y desde el año 2007 sube la cuesta para convertirse en auténtico creador escénico, capaz de destruir el orden establecido y reinventar un mundo teatral, con más aciertos que errores, como lo hizo Giménez. Y lo demuestra actualmente, en el Teatro de Chacao, gracias a su audaz, inteligentemente concebido y bien actuado espectáculo Crimen y castigo,apuntalado en los genuinos actores Sócrates Serano, Pakriti Maduro y Carlos Sánchez Torrealba y un brillante y multisápido ensamble de músicos y bailarines del más genuino folclore afrovenezolano. Todo un aleccionador sincretismo estético, capaz de estremecer las entretelas del espíritu.
Pocas veces una novela rusa como Crimen y castigo (Fyodor Dostoievski) ha sido transformada en auténtico melodrama venezolano, con escenas y personajes sacados del mejor mundo teatral, muy a lo Román Chalbaud, suficientes para reiterar que el amor y la libertad, eternos paradigmas del romanticismo, son fundamentales para vivir y soñar, aún en las peores circunstancias sociales.
El guion de Souki se ciñe en gran parte a la novela y es la peripecia de un joven venezolano, expulsado de la universidad, que al vivir en  estado de pobreza extrema sucumbe “ante ciertas ideas que están en el aire” y decide romper rotundamente con su situación desafortunada. Mata a una anciana, prestamista usurera, y elimina a una testigo. Todo eso durante un  momento de debacle económica y de profunda crisis de identidad, donde además hay un apasionado factor amoroso.
Para este crimen y su expiación se imbrican certeramente la  brutal realidad con la ensoñación  y los matices de la música folclórica al borde del delirio místico, hasta crear una atmosfera criolla, muy humana  y explicativa a favor del asesino acorralado por la ley y llevado a la cárcel.

El espectáculo se ejecuta en atmósferas de sombras y violentos colores que aplastan las humanidades actorales, mientras los rituales  recuerdan que la única justicia es  la divina y que todos los hombres deben expiar sus culpas en esta tierra, al mismo tiempo que conceptos y/o valores como el amor y la libertad quedan flotando en los sueños de los espectadores atrapados por el melodrama de los protagonistas.

Escenas de democracias

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Desde 1996 elgrupo Escena de Caracas sube la dura cuesta del teatro de calidad.
La agrupación teatral Escena de Caracas está en su quijotesca lucha desde 1996, cuando, nacida de un programa de formación de la Compañía Nacional de Teatro, decidió emprender la marcha con proyectos propios, como aquel inolvidable espectáculo Árbol que crece torcido, mágico poemario de Rafael Castillo Zapata que bien escenificó Miguel Issa, en  la sala Rajatabla.
Desde entonces tiene por bandera o brújula la búsqueda de tendencias y lenguajes para confrontar al público con problemáticas e inquietudes comunes. Y damos fe sobre  lo que desde entonces ha mostrado, siempre en vías de superación al anterior montaje, cual si fuese una positiva versión criolla del mito de Sísifo.
Ahora Escena de Caracas ha producido y presentado Contra la democracia, la segunda pieza de una trilogía del catalán Esteve Soler (Barcelona, 18/12/1976), después de haber montadoContra el progreso. Hacen temporada en la sala Rajatabla, bajo la óptima dirección de Juan José Martín y con las estupendas participaciones de Delbis Cardona, Nadeschda Makagonov y Rafael Gil, quienes tiene su lenguaje y su visión del arte teatral criollo, por lo cual han durado tanto tiempo juntos. Y como es lógico,  el público  agradecido los premia todas las noches por la globalidad del espectáculo.
La dramaturgia de Soler, según Jordi Duran, refleja las monstruosidades y siniestras contradicciones de los tiempos que vivimos. Es una visión, muy personal, del hombre actual y la civilización creada, aunque nos recuerda lo que ya denunciaron Kafka, Becket, Ionesco, Sartre y hasta Jarry, además de los críticos y ácidos guionistas de las películas fantásticas de Hollywood. Resumiendo: “nada nuevo bajo el sol”, como lo dijo el rey Salomón en su momento.
Contra la democracia, compuesta por siete minobras, le propone al espectador revisar exhaustivamente los conceptos de “república” y “democracia”, y tamizar las sociedades de ahí brotadas, donde por supuesto esta la petrolera Venezuela. No es politiquería barata, nada de eso, lo hace con alta teatralidad y por intermedio de personajes que resumen maldades y bondades republicanas y democráticas, que los ciudadanos tragan aunque nunca digieren, especialmente las europeas donde el confort y la seguridad social las agobia. En pocas palabras, Soler “refrita” lo que ya dijeron otros, aunque ahora tienen más vigencia o está mejor explicado.   
Lo mejor de este montaje de Escena de  Caracas es el performance de alta teatralidad  presente en cada  uno de los siete cuadros, especialmente el primero y el ultimo: la cosificación de las sociedad y el tragicómico juego del imperialismo, como ha sido siempre.

Esta agrupación y su valioso capital humano, así como su talento artístico, es para que busquen  otros textos que muestren al venezolano más alternativas y para ello nada mejor que un concurso de dramaturgia donde nuestros autores hagan conocer sus puntos de vista sobre esta sociedad tan convulsa y tan sainetera además.

Chimiro

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Un comprometido espectáculo que vino desde Guanare
Se dice que la historia la redactan los vencedores y es por eso que nadie se acuerda de los derrotados. Pero hay una segunda historia que es pergeñada por tozudos periodistas, intelectuales y hasta algunos artistas, quienes se dedican a rescatar aquellos valores de quienes no lograron anheladas victorias y están ahí cual fantasmas esperando que los invoquen y escuchen nuevamente sus cuitas. 
Eso lo recordamos porque en Venezuela sobran loas para quienes llegaron o coronaron sus proyectos, bien políticos, sociales, económicos o simplemente culturales. Nadie evoca, para citar un caso, a quienes perecieron por sus ideas políticas revolucionarias, salvo el caso de un grupo  de testaduros teatreros del estado Portuguesa quienes se propusieron rescatar una faceta histórica de las guerrillas de los años 60 y mostrarla ante su público, porque quienes no conocen su pasado no pueden proyectar su futuro ni menos aún evaluar su presente.
Eso ha sucedido con la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa, que, bajo la creativa dirección de Carlos Arroyo, estrenó en Guanare, el 15 de julio de 2012, la cantata popular  Argimiro Gabaldón…por los caminos de la libertad , con decantados y poéticos textos y desgarradas líricas de Tomas Jurado Zabala y las precisas partituras de Javier Medina, con la cual han realizado más de 50 funciones en escenarios de Portuguesa, Lara, Trujillo  y ahora fue aplaudida en las salas de Catia y el Nacional del Circuito Teatral de Caracas. 
UN LUCHADOR
Gracias a Carlos Arroyo y su fogoso equipo de artistas y técnicos está en la escena venezolana una de esas raras cantatas de raigambre popular, espectacular montaje que reconstruye poéticamente aspectos del periplo  vital de uno de los grandes luchadores por la libertad en Venezuela: Argimiro  Gabaldón Márquez. Él, en 1958, planteó la idea de otras formas de lucha; explicaba que las revoluciones no eran un cambio de líderes políticos sino una transformación de sistemas, y se entregó a una guerra de guerrillas, donde pereció.
¿Qué podemos decir de esta cantata sobre sucesos venezolanos? Que cuando la vimos nos remitió a la  Cantata de Santa María de Iquique del chileno Luis Advis -basada en sórdida  masacre, ejecutada por militares, en una escuela en una escuela al norte de Chile-  interpretada y actuada (desde 1969) por el grupo Quilapayún y Héctor Duvachelle; pero la nuestra, Argimiro Gabaldón….caminos de libertad , tiene una musicalización  más viva, porque son sones de negros, además de sobrias coreografías (creaciones de Yorman Mejias y Alberto Ravara), actuaciones y polifacéticas tareas escénicas de sus diez intérpretes, por lo que se muestra en el escenario resulta espectacular; no solo por el trepidante ritmo popular venezolano, de principio a fin, sino por  la fuerza de su relato y la desgarrada poesía de sus textos, todo dentro de una iluminación que estremece los sentidos.
De verdad, que ningún venezolano puede presenciar aquello sin que le estremezca el corazón, para decirlo coloquialmente, porque es una poética aproximación a la historia comprimida del Comandante Carache, quien predicaba  y luchaba por conceptos como: “Somos la vida y la alegría en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte”. Todo un auténtico poeta y hombre de pensamiento elevado, líder fundamental del movimiento revolucionario de los años 60.
CONTRA LA TRISTEZA Y LA MUERTE
Argimiro Gabaldón, reconocido Comandante Carache o Chimiro (Biscucuy, 15 de julio de 1919/ El Tocuyo, 13 de diciembre de 1964), fue un intelectual y político revolucionario que se alzó en armas contra el gobierno de Rómulo Betancourt (1959-1964), presidente famoso, entre otras cosas, por su  lema “disparar primero y averiguar después”, quien dejó un impresionante saldo de muertos, presos políticos y torturados, lo cual  sirvió para la radicalización del movimiento de izquierda en Venezuela. Cuentan que Chimiro era integro, fogoso y valiente como guerrillero, estratega y de encendido discurso revolucionario. Militante desde muy temprana edad del Partido Comunista de Venezuela, fue fundador de la primera célula del PCV en El Tocuyo (1934) y además un público luchador social, defensor de los derechos humanos, agricultor, alfabetizador, poeta, artista plástico, profesor de artes plásticas, matemáticas, historia, dirigente campesino. Entendió que había que conocer la historia de su país para poder actuar sobre ella, y se dedicó a formular preguntas y encontrar respuestas. Chimiro sumó su pasión por el periodismo, la novelística, el cuento y la poesía. Las circunstancias lo hicieron guerrillero y a comienzo de los años 60 sube a las montañas, siendo fundador, junto con otros camaradas, y conductor del Frente Guerrillero de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Se atribuyó su muerte a un  accidente, debido al escape de una bala venida del arma de otro compañero de lucha, el Comandante Zapata, aquel  13 de diciembre de 1964. Los poetas dicen que a Chimiro le dolió morir de bala amiga, morir a destiempo, cuando apenas se iniciaba el camino duro del que tanto había hablado y para el cual tanto se había preparado. Dejó viuda y cuatro hijos, pero además ejemplo y leyenda de guerrero en “tremenda lucha contra la tristeza y la muerte”.
FICHA TECNICA
ACTORES Y BAILARINES: Job Jurado, Wilfredo Peraza, Mercy Mendoza, Jesús Plaza,   Efraín Castillo Vanesa Vázquez, Albano Frías, Jefferson Silva, Jhonathan Silva y Johnny Silva. MUSICA: Javier Medina, Jair Villegas, Oswaldo Colmenares, José Quintero y Fabio Villegas.
POEMA

No permitas que tu dolor se esconda/oblígalo a salir desnudo a que combata/que empuñe el fusil y la granada/que anime la marcha/que estalle en un grito en el asalto/que ría y que cante en la emboscada/Tu pena y mi pena y la de todos/es una sola pena militante/ armada es el fuego que arde en la alborada/la revolución que avanza desbordada/hacia el milagro de las cadenas rotas/ Y el gran sufrimiento se tornará alegría/emergerá del fuego un mundo diferente/será el llanto detenido/y dejará la sangre de correr asesinada/se esparcirá la risa/y los niños puros como pájaros/en vuelo llenarán los parques con sus gritos/y nosotros estaremos allí, ¡seguro que estaremos!/como una llama ardiendo eternamente/Somos la vida y la alegría /En tremenda lucha contra la tristeza y la muerte/¡Venceremos camaradas! ¡Unidos venceremos! A.G.M.

Teatro y cine de USA en Caracas

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Paúl Gámez y Ricardo Sánchez en la obra “Talk Radio”
¿Quiénes, cómo y dónde deciden el consumo de Venezuela en lo referente al cine y el teatro, además cuáles son sus medios de financiamiento? Hay respuestas, interesantes unas o interesadas otras, e incluso son casi “un secreto de Estado”, por aquello de la manipulación que se puede  hacer con tales datos, que sí existen y generarían más de un escándalo, además de aparatosas desgarraduras de camisas, etcétera.
PANTALLAS Y ESCENARIOS
El cine y el teatro, caras disciplinas, son áreas que nos ayudan a definir el gusto o el disgusto de millones de espectadores. Gracias a la planificación y financiamiento, con los aportes del Estado y un magro sector privado, la industria cinematográfica nacional  está en óptimo crecimiento, tanto en lo técnico, lo artístico y sus contenidos, sin dejar por fuera el circuito de exhibición; en muchísima menor escala está el teatro, aunque existe desde 1982 una Compañía Nacional de Teatro que ya no se da abasto para cubrir a toda Venezuela y ejecutar más ambiciosos planes, además de un enjambre de empresas privadas entregadas a la explotación de ese injerto de cucaracha con armadillo que es el teatro comercial, sin olvidar al experimento de una universidad para capacitar a las nuevas  generaciones de artistas y promotores, como es Unearte, desde 2009.
Imposible soslayar la gestión de la Alcaldía del municipio Libertador de Caracas, por intermedio de Fundarte, para reabrir e inagurar 21 salas teatrales y organizar además tres festivales anuales, con los cuales las artes escénicas han tenido un respiro, pero falta mucho más, por ahora. Y, como  Dios aprieta pero no ahoga, hay gente que se sacrifica y muestra sus trabajos, especialmente los jóvenes que siguen a Diana Volpe.
Y mientras se conocen esos datos sinceros y honestos  sobre el consumo cultural de Venezuela, hay que recordar que desde el año 2002 se han realizado once festivales y está en marcha el duodécimo de cine independiente de Estados Unidos de America (USA) con diez películas, el cual, como los anteriores, cuenta con el respaldo de la embajada de USA en Caracas, por lo que el  consejero de prensa y cultura, Gregory M. Adams, dijo, en rueda de prensa, que se trata  de mostrar “otra perspectiva”, distinta a la habitual, sobre la sociedad estadounidense, por medio de historias más complejas y profundas, opinión que también compartieron José Pisano y Douglas Palumbo, responsables de la muestra.
También, contando con el respaldo de la embajada de USA se realiza por primera vez  el Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense con ocho piezas de dramaturgos de ese pais, montadas y actuadas por elencos venezolanos, que se exhiben en las salas Caja de fosforo y El dedal, en el backstage de la Concha Acústica de Bello Monte. Ahí hay 80 personas trabajando, entre actores, directores y diseñadores. Este evento abre un espacio para la producción escénica, para que la gente muestre su arte. Lo más importante es que movilizará la conciencia de la gente, a través, paradójicamente, de obras que son muy críticas. 
Según Orlando Arocha, director y guía de este evento,  lo interesante de todas las piezas teatrales del festival es la capacidad de estos dramaturgos de “hablarnos desnuda y descarnadamente de su sociedad, sin ninguna pátina rosada encima. Como dramaturgia tienen su modelo, los venezolanos tendremos que seguir buscando el nuestro, pero lo que nos aporta es esa forma de mirar a su sociedad de  forma libre y crítica donde la ironía y el humor nos revelan la disfunción de esa sociedad, a partir de la cotidianidad, de la familia, de las relaciones más directas. Es admirable que tengan la valentía de hablar de ellos mismos mostrándose con todos sus horrores y miserias”. 
Nebraska
El  Festival de Cine Independiente de USA 2014 permanecerá al menos tres semanas en las salas del Trasnocho Cultural, La Previsora, Cinemateca Nacional del Celarg y Museo de Bellas Artes; además, podrán disfrutarse en las salas del Centro Plaza, Tolón, Líder, El Marques y San Ignacio. El evento muestra películas que se mantienen al margen de la gran industria y que no tienen ninguna posibilidad de estreno en nuestro país. Son productos independientes o “indie” como se les adjetiva. La mayoría de los 10 títulos seleccionados en esta ocasión, a pesar de ser producciones al margen de la gran industria,  involucran a reconocidos autores. Destaca especialmente  Nebraska, en blanco y negro, de Alexander Payney, que estará en el Trasnocho Cultural; ahí se plasma   la obsesión de un adulto mayor que se embarca en un viaje en busca de un premio acompañado por su hijo y la difícil relación que se entabla entre ambos. La segunda “joya de la corona” es  El Gran Hotel Budapest de Wes Anderson, ganadora del Gran Premio del Jurado del Festival de Berlín. La comedia está ambientada en una ficticia ciudad-balneario del imaginario país alpino de Zubrowka, donde tienen lugar las aventuras de Gustave H., conserje de un famoso hotel del periodo de entreguerras. También destaca  Oldboy, días de venganza ,  del afroamericano Spike Lee, donde se  cuenta la historia de un personaje que sale en libertad. luego de estar encerrado por 20 años, decidido a buscar al responsable de encierro y recuperar a su familia. Otro remake es  Un loco suelto en Nueva York, dirigida por el realizador  Assi Dayan; en esta historia un paciente recibe  la noticia de que solo le quedan 90 minutos de vida. Otras películas que se podrán disfrutar son  Las vueltas del destino (August: Osage County), de John Wells;  Atrapados (Deadfall) de Stafan Ruzowitzky;  Sobran las palabras (Enough Said) de Nicole Holofcener;  Pasión inocente  (Breathe In), de Drake Doremus y finalmente  Jersey Boys: Persiguiendo la música , versión del musical sobre la figura del artista Frankie Valli y su banda The Four Seasons, dirigida por  Clint Eastwood.
Pterodactilos y Talk Radio por ahora

Las 8 piezas de Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense son: Pterodactilos de Nicky Silver (hasta el 10 de agosto), dirige Orlando Arocha y actúan: Javier Figuera, Vera Linares, Ricardo Nortier, Diana Volpe y Djamil Jassir. Talk Radio de Eric Bogosian (hasta el 17 de agosto), dirige Elvis Chaveinte, actúan: Rafael Carrillo, Vanesa Morr, Paul Gámez, José Vicente Pinto y Ricardo Sánchez.  
La casa del sí  (22 de agosto al 7 de septiembre),  dirige Jonell Paz, actúan: Sabrina Rodríguez, José Manuel Suárez, Germán Manrique y Lismar Ramírez. La cocinera de Eduardo Machado, (12 de septiembre hasta el 12 de octubre), dirige Rossana Hernández, actúan: Layla Vargas, Rubén León, Josmary González y Ernesto Campos.  Buena gente de David Lindsay-Abaire (15 de agosto al 14 de septiembre), dirige Diana Volpe, actúan: Carolina Leandro, Jonathan Mora, Haydée Faverola, Carlos Abbatemarco y Rosalía Blanco.  El truco de la cama de Matt Moses, (22 de agosto al 14 de septiembre),  dirige Orlando Arocha y Elvis Chaveinte, actúan: María Alejandra Martín, Ignacio Marchena,   Emily Caraballo y Ana Melo.  Hurly Burly de David Rabe (20 de septiembre al 12 de octubre), dirige Abilio Torres, actúan: Aníbal Coa, Darwin Barroeta, Héctor Carrasco, Evelia Di Genaro, Abel García, Gabriela Sánchez y Emilshen Acevedo.  La casa limpia de Sarah Ruhl (18 de  septiembre al 12 de octubre), dirige Gabriel Agüero Mariño, actúan: Patricia Pacheco, Nattalie Cortez, Diana Peñalver, Francisco Denis y Carolina Torres.

Desnudos dentro y fuera del escenario

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La desnudez es el vestuario de principo a fin de la vida humana
El  Grupo Teatral Emergente de Caracas, desde la temporada 2009, lucha para transformarse en importante alternativa para su público, gracias a los novedosos espectáculos que produce y exhibe, tal como hizo con La cotufa no baila más, La maña, Escándalos personales, Un enemigo del pueblo y ahora muestra, en el Centro Cultural BOB, Vestuario de hombres, sólida versión escenica del director Jesús  Delgado sobre el texto original de Javier Daulte (Buenos Aires,1963), la cual impacta al público por la patética desnudez física y moral de sus 10 personajes, gracias al elenco ahí involucrado.
Ojo, no es un espectáculo de strippers. Está ambientado en el vestuario del estadio de una ciudad turca, donde el equipo de caballeros de un club venezolano de lacrosse se alista para una competencia internacional. Ese  íntimo espacio, con loquers, bancos y ducha incluida, les facilita “vomitar” todas sus frustraciones o debilidades humanas, como son la homofobia, la corrupción, la violencia, el dopaje con cocaína  y el temible bullyng o chalequeo,  todo eso antes de la competencia. Y después escenifican un cruel y canallesco final, donde hasta las notas del himno Gloria al bravo pueblo y la tricolor de las ocho estrellas tienen su participacion, como colofón de esa comedia trágica, según la calificara el autor, la cual consume 100 minutos de tiempo real.  
Daulte, quien predica que “el teatro no es un medio de comunicación, sino una realidad que expone una verdad, su verdad”, logró plasmar las tortuosas intimidades de un equipo de lacrosse, precisamente un juego rápido y violento con dos equipos de diez u ocho jugadores, quienes usan unos palos con redes para recibir una pelota de goma e introducirla en la red  del equipo rival. Antigua versión americana del sofisticado y popular fútbol sajón, aunque ahora se dice que es de origen chino, porque el dramaturgo quería bajar del pedestal al prototipo de deportistas, pero no con futbolistas precisamente.
En la versión venezolana intervienen Slavko Sorman, Mohammed Alkhaldi, Guillermo Londoño, Gabbo Estévez, Jesús Hernández, Daniel Torres, César Augusto Roa, Pedro Cabas, Marcos Chocrón, Alejandro Caballero y John Colmenares. Todos demuestran sus cultivadas condiciones actorales, sazonadas con sus desnudos, porque sus personajes se quitan y se ponen sus corazas de deportistas  y botan las frustraciones que han heredado o cultivado a lo largo de sus existencias. Nada fácil asumir esos personajes, pero gracias a la dirección lo hacen con solvencia y conmueven, ya que todos los seres humanos nacemos desnudos y así permanecemos a largo de nuestras existencias, aunque usemos disfraces o ropajes de acuerdo al rol social y las condiciones económicas.

En síntesis, mas allá de los pro y los contras moralistas  que  este montaje  pueda suscitar, hay una realidad  que exaltamos: son actores que demuestran que no hay  roles difíciles ni infames, sino que deben trabajar “para hacerlo lúdico y comprometido”. Y con respecto al público desinhibido, por supuesto, la podrán pasar bien y difícilmente se aburrirán porque estarán seguramente ante esos espejos que nos negamos a ver, aunque nos persigan.

Murió el titiritero Eduardo Di Mauro

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 Eduardo Di Mauro (Córdoba,Argentina, 1928/Guanare,Venezuela,2014)
“Para el artista, la cultura es un servicio. Para el gobierno, la cultura es una obligación. Para el pueblo, la cultura es un derecho”. Estas son las palabras con las cuales el maestro Eduardo Di Mauro (1928) daba la bienvenida a todos los visitantes del Teatro Tempo en Guanare, donde vivió hasta este martes 12 de agosto,dejando una saga de ejemplar servicio a la comunidad.

Originario de Córdoba, Argentina, aseguró muchas veces que lo que sintió por los títeres fue, sin lugar a dudas, amor a primera vista. Su infancia y adolescencia estuvieron rodeadas de arte, teatro y literatura. Sin embargo, al llegar el momento de escoger carrera, se decide por Medicina, solo para confirmar al poco tiempo que su pasión lo encaminaba a las humanidades. Por tal motivo decide cambiarse a Filosofía y Letras, profesión que estudia en la Universidad Nacional de Córdoba.

En 1952 funda, conjuntamente con su hermano gemelo Héctor, el grupo teatral “La Pajarera”, con el cual realizan más de 14.000 funciones repartidas entre Argentina, Uruguay y Chile. Dos años después crean dos nuevos centros de formación teatral: la Escuela del Títere y la Escuela de Tucumán.

A los 48 años y motivado por el golpe de estado de los militares fascistas, sale exiliado de su país natal y viene a vivir a Venezuela, nación que lo acogió sin reservas y a la cual amó como su segunda patria. Aquí Di Mauro continúa con sus valiosos aportes en materia de formación teatral, fundando el Teatro Barinés de Muñecos en 1978 y el Teatro Estable de Muñecos del Estado Portuguesa (Tempo) en 1980, el cual permanece activo hasta nuestros días y con el que recorrió no solo Venezuela sino gran parte del mundo. Allí también funciona, desde hace aproximadamente 20 años, el Instituto Latinoamericano del Títere.

Eduardo Di Mauro siempre destacó la importancia de la sensibilidad social, la solidaridad y la vocación de servicio. A lo largo de su vida sostuvo que un buen profesional, sin importar su área de acción, solo puede preciarse de serlo cuando tiene el valor y la disposición de ayudar al prójimo. Y vivió en función de esa afirmación, como lo prueban más de 30 años de amor sembrado en el país y más de 60 años de vida dedicados al arte de repartir felicidad.

Hoy nos unimos al dolor de familiares –el titiritero Daniel Di Mauro, es uno de sus hijos, además de   Laura de Rotka y Maritza Peña, mujeres que lo amaron- y sus incontables amigos ante su ausencia física, pero con la certeza de que esa magia que siempre lo acompañó permanecerá viva en los títeres del mundo, en las niñas y niños que sonríen al ver un guiñol y en los hombres y mujeres que comprenden y comparten su deseo de un mundo de sueños e ilusiones, porque, como él bien decía, “¿qué seríamos nosotros sin imaginación?, no seríamos más que animales”.

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Perdidos en la noche americana

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Jean Carlos Rodriguez  y Ángel Pájaro, en la sala Rajatabla.
Para homenajear al director Carlos Giménez,  huracanado argentino creador de festivales y lider de una agrupación que marcó ruta al teatro venezolano, en gira infinita desde el 27 de marzo de 1993, el comediante Luis “Foreman” Malavé convocó al escritor  Ciro Acevedo para que le versionara la estremecedora obra Perdidos en una noche sucia del brasileño Plinio Marcos de Barros (1935-,1999) la cual ahora ha producido, dirigido y presentado,  con los  actores Jean Carlos Rodriguez y Ángel Pájaro, en la sala Rajatabla.
Gracias, pues, a “Foreman” los caraqueños han podido degustar la saga de Paco y Toño, hombres adultos marginales, supuestos amigos o compañeros de infortunio, quienes en su vidas solo tienen como únicos objetivos: conseguir una flauta para ganarse la vida y ponerse un par de zapatos adecuados para conseguir un mejor trabajo.
Tal es la versión de Acevedo -pletórica de sueños, ingenuidad, humor negro, miedos y equivocadas  soluciones- que a 36 años de su estreno se vio dignamente representada en Caracas para recordarnos, una vez más el insólito desamparo en que vive y perece un amplio segmento de la sociedad americana, cuyos crudos finales o desenlaces son reseñados en las “páginas rojas2 de los medios de comunicación social.
El autor lo hizo a partir de la realidad brasileña, pero ¿cuántos Pacos y Toños deambulan por las calles de las grandes urbes de este balcanizado continente,  tratando de sobrevivir en medio de una sórdida marginalidad sin fondo, en una sociedad que los ignora y que los ve con tranquilidad o como personajes folclóricos? Dejamos esta pregunta a los espectadores. 
El espectáculo-realizado en espacio escénico circular-es crudo con su lenguaje y acciones físicas. Su violencia llega incluso, en mínimos momentos, a causar escozor. Son 70 minutos durante los cuales  Toño y  Paco están en la frontera  de la irracionalidad porque sus mínimas necesidades no los dejan soñar ni avanzar. Arremeten contra todo lo que se les enfrenta y no se tienen piedad ni consigo mismos. Pájaro  es el que más ventajas histriónicas saca de su Toño, mientras que  Rodriguez impacta con su performance.
¿Qué hace “Foreman” ahora en estos avatares teatrales, después  de haber procreado a tres hijos y disfrutado de sus dos nietas y una bisnieta, y estar en recuperación de una delicada operación?  Porque él cree que todavía el teatro es una magnifica plataforma  donde se pueden discutir los  problemas de los seres humanos y porque él y Henry Galué no la pudieron presentar en los años 70, dirigidos por Blanca Sánchez, ya que la televisión los atrapó y los utilizó para otras tareas. Satisfizo, pues, un íntimo anhelo,  y esa ahora que pretende hacer dos montajes más, los cuales tiene estudiados y con actores elegidos.
 “Foreman” además dedicó este montaje a sus compañeros de la pasantía que hizo por el grupo Rajatabla: Paco Alfaro, Pepe Tejera, Oscar Salazar, Cosme Cortázar Omar Pachano, Juan Manuel Montesinos, Alfredo Sandoval, Jorge Luis Morales, Javier Zapata y German Mendieta. Todos de gira con el fundador de Rajatabla.


Dinosaurios con show radial

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Un gran montaje de OrlandoArocha
Van dos desopilantes espectáculos y quedan seis montajes más para ser vistos, los cuales están en plena etapa de producción. Es lo que podemos subrayar  y exaltar, por ahora,  del  Primer Festival de Teatro Contemporáneo de Estadounidense, que se estará realizando en las salas La caja de fósforos y El dedal, ubicadas en el backstage de la Concha Acústica de Bello Monte, hasta el próximo 12 de octubre.
Abrió esta ilustrativa temporada cultural, auspiciada toda  por la Embajada de United States of America, con las piezas  Pterodáctilos y  Talk Radio, de Nick Silver (Filadelfia, 1964) y Eric Bogosian (Wobur, 1953). Puestas en escena por Orlando Arocha y Elvis Chaveinte, respectivamente y con la participación de unas 80 personas, entre comediantes, directores, técnicos y diseñadores. Se  pretende institucionalizar así un nuevo espacio para la produccion escenica auténticamente artística, precisamente en estos tiempos difíciles para el teatro venezolano. Y la paradoja es que se hace con textos de norteamericanos, quienes desnudan descarada y descarnadamente a su  sociedad.
LA FAMILIA
El teatro estadounidense, poderosamente influenciado por autores ingleses y con  las características propias  de  una sociedad  con leyes y normas ceñidas  a los preceptos calvinistas, ha estado orientado  a enfatizar las relaciones del hombre con Dios, la moral y mostrar moderadamente -edulcoradas, dicen algunos- todos los conflictos del individuo exacerbados ante un sistema de explotación capitalista. Sufre una profunda transformación después de la Segunda Guerra Mundial,  como lo demuestran, entre otros, los autores  Arthur Miller, Tennesse Williams, Edward Albee y especialmente Eugene O’Neill, “los padres”  de un teatro auténticamente revolucionario por sus temáticas y sus “descubrimientos” de las minorías (negros, gays y latinos), el cual ha sufrido mucho más cambios desde los años 60, estimulado por los guionistas del cine exitoso y por el lucrativo negocio del  circuito   comercial  de Broadway y sus “hijos bastardos” (el Off y el Off off)  en Nueva York, sin desechar a las agrupaciones de profesionales y aficionados que pululan en todas las regiones   de USA.
Nos es fácil resumir la saga del teatro estadounidense del siglo XX y en especial compendiar a las nuevas generaciones, donde  Silver y Borgosian son importantes, así como los otros seis que serán ponderados aquí en Caracas. Hay que puntualizar como ellos tienen su modelo y lo interesante es su  forma de materializar  a las comunidades  de donde provienen, “de una forma libre y crítica donde la ironía y el humor nos revela la disfunción de esa sociedad, a partir de la cotidianidad, de la familia, de las relaciones más directas. Es admirable que tengan la valentía de hablar de ellos mismos mostrándose con todos sus horrores y miserias”, tal como puntualiza el director Arocha.
PTERODÁCTILOS
 Silver, vinculado a los movimientos gays, es el que más violentamente arremete contra la familia tradicional. Su  Pterodactilos  (estrenada en 1993) presenta a Diana Volpe, Djamil Jassir, Vera Linares, Javier Figuera y Ricardo Nortier, quienes encarnan a Grace y Arthur (matrimonio  de clase media acomodada)  con sus hijos: Emma, muchacha media loca,  y Todd, joven gay y además portador asintomático de Sida, quienes  interactúan con   Tommy, novio-sirviente, que llega al  hogar y desencadena todos los conflictos. Las  relaciones interfamiliares están lastradas  y solo el homosexual es consciente de su azarosa realidad, mientras que los otros personajes viven situaciones absurdas y oscilando entre lo ridículo y lo patético, generando, como lógico, la risa sin control del público, especialmente cuando crean con lenguajes gestuales a los dinosaurios voladores, o sea los pterodáctilos
Más alla de la anécdota de la pieza, creativo tejido de realismo y absurdo teatrales, hay que destacar el brillante trabajo de la puesta en escena que adelanta Arocha y la feliz combinación que hace con el teatro de texto y el teatro musical, buscando lo lúdico de esa temática desacralizadora, aunque preferimos los matices de Miller y Albee. Las actuaciones que más destacan son las de Diana y Ricardo por la versatilidad de las mismas.
SHOW
Por supuesto que con Talk Radio (estrenada hacia 1987 y llegó a Broadway en 2007) nos sentimos más a gusto. Su hiperrealismo y la brevedad del montaje, menos de una hora, ayudan al disfrute  de la crueldad   psicológica del espectáculo, que no es otra cosa que el programa radial de un locutor que se transforma en   especie de psicólogo o de brujo de almas, capaz de opinar y resolverlo  todo, pero lo que más eleva la temperatura y el histrionismo es la participación, en off, de algunos oyentes.  
Paúl Gámez, Vanesa Morr, Rafael Carrillo, José Vicente Pinto y Ricardo Sánchez dan vida, pues, a la historia de Barry Champlain, animador de un programa radial nocturno, con alto rating por los oyentes desesperados porque les escuchen sus problemas. Pero el locutor, un psicólogo improvisado, enferma y termina por arruinar su trabajo como tal.
El montaje que firma Chaveinte lo lanza como director, apuntalado en las buenas caracterizaciones de Gámez y Sánchez. Él ha dicho: “creemos que vivimos bien, y es una falsedad, es una mentira. Todas las obras tocan este asunto con simplicidad a la vez que critica a la sociedad norteamericana, pero también a nosotros con respecto a nuestro modo de vida apegado a la apariencia”.
LO QUE VIENE

Las seis piezas de Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense que faltan para cerrar este ciclo son: Buena gente  de David Lindsay-Abaire (15 de agosto al 14 de septiembre), dirige Diana Volpe, actúan: Carolina Leandro, Jonathan Mora, Haydée Faverola, Carlos Abbatemarco y Rosalía Blanco.  La casa del sí   (22 de agosto al 7 de septiembre),  dirige Jonell Paz, actúan: Sabrina Rodríguez, José Manuel Suárez, Germán Manrique y Lismar Ramírez.  El truco de la cama  de Matt Moses, (22 de agosto al 14 de septiembre),  dirige Orlando Arocha y Elvis Chaveinte, actúan: María Alejandra Martín, Ignacio Marchena,   Emily Caraballo y Ana Melo.   La cocinera  de Eduardo Machado, (12 de septiembre hasta el 12 de octubre), dirige Rossana Hernández, actúan: Layla Vargas, Rubén León, Josmary González y Ernesto Campos.   Hurly Burly de David Rabe (20 de septiembre al 12 de octubre), dirige Abilio Torres, actúan: Aníbal Coa, Darwin Barroeta, Héctor Carrasco, Evelia Di Genaro, Abel García, Gabriela Sánchez y Emilshen Acevedo.   La casa limpia  de Sarah Ruhl (18 de  septiembre al 12 de octubre), dirige Gabriel Agüero Mariño, actúan: Patricia Pacheco, Nattalie Cortez, Diana Peñalver, Francisco Denis y Carolina Torres.

El gran rescate del Teatro Teresa Carreño

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Una farsa musical en la sala Ríos Reyna se verá en septiembre.
Los tiempos son difíciles para todos los habitantes de la patria de Simón Bolívar, pero la imaginación  de los artistas venezolanos ahí está para recordarnos que todo es posible y que los mejores momentos están por venir si se trabaja para hacerlos posible.  Decimos esto porque, del 5 al 14 de septiembre,  la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño  recibe al musical infantil El Gran Rescate, historia escrita y montada  por Basilio Álvarez, al principio de esta década, en donde las canciones infantiles son secuestradas por la “Peor Señora del Mundo”, quien junto a sus secuaces llevó a cabo el plan de extraerlas de la faz del mundo de los humanos.
La Gallina Turuleca, Mambrú se fue a la guerra, Hola Don Pepito, Juguemos en el Bosque, entre otras canciones que marcaron la niñez de millones de niños en Venezuela y Latinoamérica, se escucharán en vivo con la música del Big Band Jazz de las Américas, dirigido por el maestro Ángelo Pagliuca.
Jessica Rodríguez, Arturo Arvelo, Roy Lorenzo, Hiram Aguilera y Willer Frike encarnarán a los personajes principales de esta puesta en escena, que bajo la dirección escénica de Roberto Linares y la dirección coreográfica de María de Los Ángeles Solés, tendrá a más de 100 artistas en escena,  entre actores, bailarines y músicos, cautivando a grandes y chicos con esta historia llena de magia, alegría e ilusión.
La “Peor Señora del mundo” decide secuestrar las canciones infantiles y las hace prisioneras dentro de grandes esferas. El secuestro de las canciones pone en peligro la existencia de “Maura”, princesa del Mundo Musical, quien va en busca de “Miguelito”, un niño que a pesar de ser un poco asustadizo y cobarde siempre ha defendido y valorado las canciones infantiles. Él junto a “Jazzy”, investigador del Mundo Musical, enfrentarán a la Peor Señora del Mundo y sus secuaces para rescatar las canciones infantiles.
Acompáñalos en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño los días 5 de septiembre a las 7:00pm, 6 de septiembre a las 6:00pm, 11 y 12 de septiembre a las 7:00pm y por último los días 13 y 14 de septiembre en doble función a las 11:00am y 5:00pm. Las entradas para disfrutar de este fabuloso espectáculo   pueden adquirirse de martes a sábado de 9:00am a 8:00pm y domingos de 9:00am a 6:00pm en las taquillas del Teatro Teresa Carreño.


Cuarteto de actrices amantísimas

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Valioso cuarteto de actrices
En Venezuela, donde de cada diez personas que acuden al teatro seis son visiblemente del sexo femenino, empresarios y  artistas hacen cálculos, consultan bibliotecas y al final presentan espectáculos donde la mujer es un factor trascendental, esté o no en la escena. Aplican una básica antropología teatral y por supuesto las botijas se llenan con recaudos de la  taquilla. ¿Por qué sucede eso?  ¡Los científicos tienen la palabra!
Mientras tanto los críticos dejamos información para que los doctos investigadores digan algo, si es que la intensidad de la sensibilidad femenina interesa. Y lo subrayamos, porque sería positivo para el teatro un informe científico, ya que el 14 de agosto lo apreciamos, no solo en el populoso patio de butacas sino también en el escenario del auditorio Gastón Parra Luzardo, en el piso 24 del BCV, a donde acudimos para ponderar el delicioso e instructivo espectáculo Amantísimas, cuya depurada produccion y excelente dirección general es del teatrero Antonio Cuevas, apuntalado en las desenfadadas  actuaciones de Daifra Blanco, Nury Prato, Andreína Contreras  y Josseliz Hernández. Un  cuarteto versátil que nos dejó  estupefactos por el despliegue de sus respectivos talentos histriónicos.
Amantísimases una bien hilvanada sátira sobre las peripecias de unas féminas que son las antagonistas en las clásicas historias de amor,  es decir: las amantes, las antiheroínas.  Buscan sentirse vivas, más allá de conflictos y desencantos y por eso la soledad, la alegría, el atrevimiento, la provocación, la ceguera, el dolor y el humor desfilan por la escena para hacer un llamado a la reflexión sobre las complejas relaciones humanas y el peso de los estereotipos y atavismos sociales, y enseñarnos que ser mujer es un valor en sí mismo, sin necesidad de ir acompañado de nada ni de nadie.
Esta “colcha” de textos teatrales la integran fragmentos de piezas que escribieron Daifra Blanco, Gustavo Ott, Laly Armengol, Joaquín Ortega, Domingo Ortega, Lydia Falcón y Griselda Gambaro. Con ese guión, dividido en siete cuadros, una docena de mujeres, por intermedio de cuatro polifacéticas actrices, enseñan como son o fueron o serán los avatares existenciales con aquellos seres que aman y sufren, con los hombres que se les cruza en sus caminos y se los llevan a la cama o a la mesa o a la silla, esperando que las amen para toda una vida o un rato largo.
El espectáculo ambientado entre numerosas  cajas de cartón,  pintadas de rojo o negro, los colores de la vida y la muerte, del amor y el desamor, y en medio de  un sound track con piezas de despecho y abandono, tiene el ritmo de “una licuadora” de sentimientos, sensaciones y cuerpos que claman amor y comprensión  a unos machos que no se dan cuenta de que sus roles no son solo sexuales y reproductivos  sino que los necesitan más como compañeros y amantes, porque son humanos incompletos, y siempre necesitados de afectos. Y así lo demuestran esos textos rotulados: Esta y la otra, Aquella, El balcón, Un abandono malicioso, Lo escuche llorar en mi boca,  Las joyas de la Lewinsky y El cafecito. Todo un prolijo trabajo de selección y edición hasta obtener un guión perfecto, que lo firma Antonio  Cuevas más que justificadamente, además director insigne de ese cuarteto de actrices.

¡Un espectáculo recomendable en su totalidad y el cual debe seguir en cartelera !

23 teatros de 1/4 en Urban Cuplé

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Nacarid  Escalona revela los secretos de los anos humanos
Hemos disfrutado de una espectacular degustación de teatro breve o microteatro organizada por la empresa Urban Cuplé  y con la entusiasta participación de 23 agrupaciones en igual número de minisalas, las cuales estarán en escena con sus peculiares montajes hasta el 21 de septiembre.
 Acudimos  a la segunda entrega del Teatro ¼ o Microteatro Venezuela, cuyo fin último es mostrar un amplio abanico de propuestas estéticas y darle una valiosa oportunidad a los teatreros para que revelen sus creaciones, precisamente ante la ausencia de espacios que exige una programación planificada y pensada en función de más y nuevos espectadores.
Fuimos, pues, durante  cuatro noches seguidas para ponderar la globalidad de los espectáculos ahí programados. No era difícil asumir que lo que presenciábamos era un teatro reducido a 15 minutos de representación y  creado en función de un espacio mínimo y para no más de 30 espectadores.
 La calidad de los montajes y la entrega de sus comediantes,  nos convenció de que se trataba de un experimento serio o una búsqueda de nuevos lenguajes  y propuestas capaces de atrapar al público y llevarlo deambulando de sala en sala durante cada jornada y dejarle así una serie de interrogantes plasmados de manera lúdica.
Esta segunda muestra de microteatro 1/4, que se adelanta en los espacios del cerrado Bingo Seven Star, en el CCCT, puede superar todas las expectativas,según los organizadores  Robert Chacón, Malala Dubuc y Dairo Piñeres. Son   más de 70 actores que se presentarán 6 veces por noche con obras de un cuarto de hora cada una, durante seis semanas, de miércoles a domingos. Un gran total de 3.960 funciones se realizarán en esta gran feria teatral, sinónimo de encuentro, de sano entretenimiento, de cultura, de diversión. ¡Marcara la historia cultural!
Destacados
De los 23 montajes vistos destacamos: el unipersonal La culomántica del dramaturgo José Simón Escalona, con la memorable actuación de Nacarid Escalona, está en la Sala 1. Texto farsesco, trasgresor, preñado de buenas intenciones, que impacta y divierte por la jocosa “lectura” de tan fundamental orificio con esfínteres del cuerpo humano. El espectáculo ha contado con vari@s espontáne@s que participan y piden que sus anos sean “leídos” por la culomántica actriz, quien satisface  peticiones y regocija así a la audiencia. En la sala 4 aflora el absurdo y el realismo criollo de En el mar la vida es más sabrosa, sainete bien escrito y dirigido por Gladys Prince, con la impactante actuación de Simona Chirinos, acompañada por Eudimar Ferreira. El drama  Vías cruzadas de Indira Páez, dirigido por Dairo Piñeres y las caracterizaciones de Dayra Lambis y Luis Vicente González, estremece la sala 5.  Baño sin rebaño, comedia en versión libre de Marianella Alonzo, con las actuaciones alternadas de Maribel Zambrano (la más patética), Vanessa Senior, o Vanessa Pérez, dirigida atinadamente por Manuel Bastos; todo sucede en un baño, transformado en la sala 6, y  enseña que lo sucede en esos lugares con las damas.  Corazón delator  de Edgar Allan Poe, impactante drama versionado y conducido por César Sierra, en la sala 8, con caracterizaciones alternadas de Gabriel Agüero y Juan Bautista. Destacamos a José Luis Useche, quien dirige y actúa su original y delicioso sainete contemporáneo  Un café para los 2, en la sala 9, con la reposada actuación de Juliet Lima. Diana Volpe dirige en la sala 10 la divertida farsa de Fernando Azpúrua: 15 Segundos, cuyos personajes ensayan para filmar una película pornográfica, con interpretaciones, alternadas, de Rossana Hernández, Darwin Barroeta, Paul Gámez y Lismar Hernández. En  la sala 11 destaca  Escena de un crimen, farsa bien escrita y precisa dirección de Carlos Castillo y Carlos Díaz, con la compleja caracterización de Andreina Mesa. La comedia Madame Pythie de Oswaldo Maccio, saga de realismo mágico, con dirección de Gabriel Agüero  y el brillante duelo actoral de Daifra Blanco y Elvis Chaveintte, en la sala 12. Ricardo Nortier escribe, dirige y actúa su sainete absurdo y costumbrista ¿Todo bien? , acompañado de Orlando Paredes, en la sala 14.  Feroz está en la sala 17; farsa escrita por Fernando Martínez sobre el cuento desacralizado de  Caperucita y el lobo feroz, dirigida por Marisol Martínez y Arnaldo Maal. Juan José Martín participa con el absurdo Sutro  de Ana Melo,  en la sala 18.  Marialejandra Martín dirige en la sala 19 la comedia  Psicopatía Jaula de Julie De Grandy, con las actuaciones de Beatriz Vázquez y Paula Woyzechowsky. En la sala 21 destaca el melodrama  Una tarde en Saint Tropez de César Sierra, reflexión sobre la vejez de una arruinada pareja de gays; dirige Oswaldo Estrada Rondón y tiene las conmovedoras actuaciones de Gonzalo Cubero y Elio Pietrini. Consuelo Trum dirige  La audición, deliciosa comedia de Indira Páez.
Microteatro

El teatro breve o microteatro no es invento del siglo XXI. Se han mostrado muchísimas obras mínimas en épocas anteriores, lo que sucede es que el teatro se comercializó de tal manera con su exhibición, a lo largo de los dos últimos siglos, en espacios monumentales, dejando de lado todo lo que fuese breve  para justificar así el cobro de los boletos  para ver una comedia de dos horas como mínimo  y obtener por supuesto un lucro para ser repartido  entre empresarios o dueños de los espacios  y los artistas. Con la llegada de la crisis financiera en Europa, la de este siglo XXI, los  españoles buscaron espacios más reducidos o menos costosos. Fue así, como en Madrid, durante la temporada 2009, en un burdel abandonado, se instaló el primero, para mostrar  obras minúsculas. Reseña la prensa madrileña que “los sórdidos espacios que antes ensayaran la estridente declamación de los gemidos propiciaban ahora un novedoso formato escénico: el limítrofe teatro de mínimos: una obra muy corta y buscadora tenaz del clímax, la indecorosa confinidad como único hábitat, y todo hecho 'por dinero', ya que una de las premisas de este proyecto ha sido la del autoempleo. Un hijo teatral de la crisis que ha encontrado nuevos caminos de crecimiento…El público lo recibió como algo fresco, un revulsivo, ¿un orgasmo?, capaz de atraer a los que huyen de la pompa de los rituales escénicos más ortodoxos. A esa pequeña escena la llamaron microteatro”. Un método que han exportado a Buenos Aires, Bogotá y Miami, y que tienen pensado expandir a Berlín y Barcelona. Aquí en Caracas, José Simón Escalona hizo varias muestras de microteatro en la sala Alberto de Paz, antes del año 2006. ¡No hay nada nuevo bajo el sol!

Fernando Azpúrua ganó Premio Isaac Chocrón 2014

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Nació en  Caracas hace 24 años y ya descolla como autor teatral
El periodista Fernando Azpúrua ya ha demostrado que es un dramaturgo original y comprometido con lo que piensa y siente. Es por eso que, conjuntamente con el publicista Douglas Palumbo, el periodista Juan Antonio Gonzalez y el crítico Carlos Herrera, hemos suscrito el acta del Premio de Dramaturgia Isaac Chocrón 2014 merecido por su pieza Niños lindos, el cual le será entregado a mediados del venidero mes de septiembre.
PERSONALIDAD
Azpúrua contó que desde el colegio anda escribiendo obras para sus compañeros. “Me parece el regalo más preciado. Escribirle a alguien para regalarle en palabras una parte de ti. La princesa Peleona fue un proyecto que escribí para niños y que montaron por cuatro temporadas, se la dediqué a mi profesora de teatro del colegio Francia, Karen Ruiz. Y espero seguir regalando y dedicando obras mientras intento construir mi carrera. Porque deseo siempre conseguirme en otro y que otro se consiga en mi, a través del teatro”.
-¿Cómo nace Niños lindos?
-De una idea que me rondaba en la cabeza y de unos amigos a quienes les quería escribir para poder hacer algo juntos. Un día hablé con el actor Newman Vera para un proyecto donde pudieramos actuar tres personas, y se me ocurrió esta historia. Me pareció factible que dos primos se enamoraran, y aún más nostálgico y bonito, que uno de ellos fuera a buscar al otro en su nueva vida citadina. Traté de no detenerme y desahogar muchos sentimientos por varias noches en el puff de mi cuarto, frente a mi laptop. Simplemente sucedió, y estoy seguro que salió con secretos que aún yo no he descubierto que han salido. Sin embargo, sé muy bien que cuando me dé cuenta, ya será demasiado tarde.
-¿Aborda sin miedo la temática gay en un pais donde la homofobia no es solo epidérmica?
-Sí, porque estoy harto.Y cuando uno está harto, uno habla, responde, lucha y se equivoca o logra. Yo necesito hablar de eso desde un plano personal, pero también defendiendo a los que no conozco pero sé que son como yo. Esos que deben amar en silencio, o simplemente tienen que ser quienes son, con niveles de volumen. “Delante de él, no seas así, busca bajarle dos…” he escuchado por ahí... Y no hay nada que me parezca más atroz que pedirle a alguien que no sea como es. Esta sociedad ya es muy complicada como para que se tenga que modificar quienes somos por lo que piensen los demás. Si a alguien le molesta ver a dos hombres o dos mujeres besandose en la calle, pues mejor que se vaya acostumbrando. Que en el cine, en el teatro y (Dios mediante) en la television, comiencen a verlo, puesto que mi generación y las que vienen, cada vez estamos exigiendo con más fuerza que se respeten nuestros derechos. Falta poco para el cambio y de eso no me cabe ninguna duda.
-¿Cómo fue el  montaje?
-Rossana Hernández es muy inteligente y  a quien además tuve el gusto de conocer gracias a la obra,  Piso 9, en la cual participamos juntos varios años atrás. A ella y a Orlando les entregué mi texto con los ojos vendados y vi en escena un resultado que me dio mucha felicidad. Confié en ella como confío en mis hermanas. La admiro en todo lo que hace y es modelo tanto profesional como de vida para mi. Ella me invitó a ver varios ensayos, y yo siempré quedé fascinado, como un niñito viendo la misma película mil veces, pero sorprendiendome con cada instante, como si nunca la hubiese visto. Además soy fanatico del trabajo de José Manuel, de Teo, de Hector y de Victor, así como también del de Slavco que hacía el personaje de David para el proceso del Piquete. Cada lunes, me entran ganas inmensas de saltarme el martes, miércoles y el jueves para volver a función y aplaudirlos por lo que hacen.
-¿Sófocles y usted abordan temáticas moralistas, él con Edipo y usted en Niños lindos?
-A veces, escribiendo, me pregunto si no estoy siendo excesivamente moralista. Y entonces me doy cuenta que en ese espacio no puedo negar quien soy. Estudié en una Universidad del Opus Dei en la que, a pesar de todo, he sido muy feliz. Entendiendo lo que tengo que entender sobre la educación que me dan, tomando lo que quiero y renunciando a lo que no. Además pudiendo escapar cada cierto tiempo a los derroches de los artistas de bellas artes, a las lecturas, a los teatreros, a los espacios de intercambio escénico. Si en mi obra se siente que soy moralista, entonces es porque algo muy profundo debe haber sembrado la Universidad, mi familia y mis amigos en mi, que así lo intente, no creo que pueda omitir de mi trabajo. Con respecto a Sófocles y su Edipo, a los grandes siempre hay que volver a leerlos, por lo tanto tengo mucha tarea que hacer.
ALUMNO AGRADECIDO
“Fueron varias personas los que me ayudaron a entender el viaje del héroe en una obra de teatro. A los 15 años decidí inscribirme, gracias a mi madre y al anuncio de una revista, en el Gimnasio de Actores, de Matilda Corral. Ahí pasé cinco años estudiando los dilemas de Tom de El zoológico de cristal, o de Enrique V, entre mucho otros que se trabajaban constantemente en ese espacio. Luego conocí a Orlando Arocha, Ricardo Nortier, Diana Volpe y  César Sierra, quienes me recibieron con los brazos abiertos en las asistencias de dirección durante varios de sus montajes, desde dónde pude observar más de cerca el proceso de estudio de un actor a la hora de tomar entre sus manos un texto. Por último, Karin Valecillos tuvo la generosidad de leer  Niños lindos  y darme el apoyo que necesitaba para revisarla y compartirla con mis tutores teatrales, así como también Elio Palencia, mi maestro durante el proceso de escritura de una telenovela para jóvenes, solicitada  por la Villa del Cine. Oriento mi pasión por la escuela stanivlaskiana, que ha sido, desde el principio, la que mis profesores más queridos han desarrollado en sus salones de clase.
-Acabo de terminar la obra La sin nombre II. Este texto surgió de unas conversaciones que tuve junto a unas amigas muy cercanas mientras participabamos en el montaje del musical  Pippin, Shakti Maal Martinez y Patricia Ramirez. Ahí plasmo el encuentro entre Lucía y Sandra, (la hermana de un hombre encarcelado y la victima que lo hizo encarcelar). Todo sucede en el salon de una universidad católica. Cualquier parecido con la realidad, esta vez sí es pura coincidencia. También estoy trabajando en el texto de otro proyecto para actores jovenes, que se llamará Yo nunca, con el cual pretendo meterme más en el tema de las drogas, pero ese aún es un camino que con las palabras debo recorrer.
OTROS PREMIOS
Ademas de exaltar a la dramaturgia,  el Premio Isaac Chocrón tambien se otorgó a  los actores Francis  Rueda y  Juan Carlos Gardié por sus respectivos trabajos en Bingo de Román Chalbaud y Compadres de Javier Vidal, y a la directora Rossana Hernández por su trabajo con Niños Lindos.
CRITICA DE NIÑOS LINDOS
Entre  Edipo y David, o entre Sófocles  y Fernando Azpúrua hay una distancia de más de  cuatro mil años, pero tanto los entes teatrales y sus creadores están unidos por las más antiguas pautas  moralistas  de la cultura occidental, especialmente esas que advierten como se pagará, incluso con la vida,  todo aquello que atente contra la inocencia de la niñez y quienes profanen o irrespeten los sagrados fueros de la hospitalidad, amistad y  pureza.
Fernando Azpúrua (Caracas,1990) no roba escena a Sófocles. No, es que su tragedia Niños Lindos, la cual  hizo  temporada en la Caja de Fósforos, durante el pasado mes de febrero-con los actores José Manuel Suárez, Héctor Zerpa y Teo Gutiérrez, además del cantante Víctor Valdez, dirigidos por Rossana Hernández-es también un espectáculo moralista que incluso culmina derramando la sangre no del victimario sino no de la víctima: un hombre enamorado de su violador, quien lo cambió por otros. Es una saga de homosexualismo en un núcleo familiar, donde el primo mayor seduce al menor, se hace público el abuso y viene la huida, pero más temprano que tarde estallan los reclamos amorosos y se desencadena la tragedia que culmina con el suicido del violentado y a su vez frustrado enamorado.
¿Y qué tiene que ver Edipo con Niños lindos?
Ambas son tragedias que nacen del abuso  y la inmoralidad de personajes con conductas homosexuales. Sin que Sófocles y Fernando pretendan hacer discursos moralistas y antihomofóbicos, sino todo lo contrario: reclaman respeto  y pulcritud en las relaciones básicas de la sociedad, pero no rompen lanzas por el amor. Layo seduce a Crisipo y violenta además la lealtad y la hospitalidad del rey Pélope, y los dioses lo condenan a  morir en manos de Edipo, el hijo desconocido. David persuade a su primo Julio, estalla el escándalo  y se refugia en Caracas, pero el fantasma de tal relación prohibida  y además nunca asumida acaba con su aparente estabilidad -tiene pareja y comparten apartamento- y lo confronta con el suicidio de su enamorado, cual personaje del romanticismo literario.
 Niños lindos es, pues, la audaz y moralista visión de un venezolano que pide respeto hacia la inocencia y exige actitudes racionales en las diversas conductas sexuales para no dañar a los demás. Muestra en su discurso escénico el desenfadado comportamiento gay para resolver sus pulsiones eróticas y advierte además como la Internet es la gran Celestina de este siglo, aunque es también las biblioteca más grande que la humanidad nunca jamás soñó. No da pautas ni propone cartillas, solo que hay cuidarse del amor, pero nunca olvidarse de tal pulsión, para no complicarse la existencia, aunque la pasión romántica es incontrolable y avasalladora.
El apasionado y comprometido terceto actoral hizo de Niños Lindos un espectáculo grato, muy humano por la ingenuidad de las relaciones amorosas nacidas espontáneamente y no por intereses crematísticos, aunque deja ese amargo sabor de sangre en la boca, porque Julio (excelente composición logra Suárez) se mata por el canalla de David (fuerte carácter de Gutiérrez), mientras que Zerpa consigue al erótico gay prototipo.
La dirección de Rossana era maternalmente cuidadosa de sus actores, aunque encontramos problemas con la planta de movimientos en un espacio no convencional, el cual merece una revisión. ¡Éxitos y que vivan Sófocles y Fernando!

El teatro sana y si es breve mucho mejor

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Nacarid, José  Simón y Angélica Escalona, artífices de La culomántica.
La saga teatral del Grupo Theja comenzó hace 40 años en el Ateneo de Caracas con Fulgor y muerte de Joaquín Murrieta de Pablo Neruda. Ahora, para evocar a los inolvidables ausentes y todo lo hecho, José Simón Escalona reaparece participando en el Festival de Teatro1/4 con el desopilante performance La culománticay con su nostálgico espectáculo Rumberasque será exhibido en el Trasnocho Cultural en septiembre, donde revisa sus experimentos de los años 80. 
MICROTEATRO A LA CARTA
Escalona (Ciudad Bolívar, 1954) comenta que por segunda vez participa  en el Microteatro Venezuela que realizan en Urban Cuplé, porque lo invitaron Dairo Piñeres, Robert Chacón y Malala Dubuc. “Son emprendedores admirables de nuestro teatro. Me entusiasmó compartir con las nuevas generaciones en un evento trascendente para pulsar el nuevo escenario teatral nacional”.
Asegura que el microteatro, o teatro breve, es una manera de atraer el público, un festival, una fiesta, una celebración a la diversidad, a las distintas generaciones, a todas las voces nacionales de nuestro teatro venezolano. “Convocar al público que llena muchas salas de teatro independientes, dándonos una plataforma de vida con nuestro trabajo, es signo y vanguardia de nuestro quehacer cultural. Microteatro es una iniciativa privada en un país donde lo privado está acorralado. Reunirnos la gente de teatro de diversas estéticas y de distintas visión socio-políticas, es un ejemplo para el país. Es un grito de rebeldía y orientación. Microteatro es la respuesta activa de la gente de teatro, impulsados por la generosidad y gestión de los mencionados productores y artistas que lo conducen. Es al mismo tiempo un mercado popular del arte, es una manera de sobrevivir haciendo lo que deseamos. Una voz y expresión de los que acontece en nuestros días en Venezuela, pues hay ideas, opiniones, visiones comprometidas de nuestra historia cotidiana. Es el arte respondiendo a la presión y violencia, a la censura y el silencio. Microteatro es una manera legítima de continuar con nuestro teatro, el de cada uno, sin ataduras ni hipocresías. Es frontal en su manera de expresar que estamos luchando por nuestro espacio”.
Subraya que el microteatro es un formato que “como tú sabes siempre nos atrajo, no solo por lo que significa para la formación del dramaturgo, sino también porque es un modo de comunicarse con el público en estos tiempos donde la brevedad y la inmediatez están en su apogeo. El actor se hace íntimo del espectador, los artistas involucrados tenemos que responder a las necesidades del público sin que ello signifique renunciar a nuestra propia voz y estética”.
CLAVES DEL TEATRO BREVE
Revela su  gusto porque que las obras de teatro breve  se concentren en una idea, que tengan una expresión directa y fácil pero sin perder el brillo de la inteligencia y la sorpresa. “Me encantaría que cada vez los textos breves puedan ser más profundo sin que estén reñidos con la necesidad de entretenerse que tiene el público. Creo que la gente intuye que el arte, como el teatro, sana, cura, limpia nuestro espíritu y el cuerpo. El contacto con el arte despierta en el ser humano lo mejor de sí mismo, toca su espíritu y mueve sus neuronas, lo lleva a una reflexión. Mientras más profunda sea esa reflexión más trascendentes seremos en el espíritu del público y más sanadores de nuestra sociedad a través de la belleza, el equilibrio, la armonía, el arte”.
LA CULOMÁNTICA Y SU PÚBLICO AUDAZ
La  performance de  una extraña bruja, encarnada magistralmente por la actriz Nacarid  Escalona,  capaz de leer el pasado, el presente y el futuro de los seres humanos al revisarles voluntariamente su ano, es la sensación del Festival de Teatro ¼ e incluso algunos espectadores se han atrevido a pedir que ella también se los revise, quizás en serio, quizás en broma o porque les fascina la farándula, y se han bajado  sus pantalones sin ningún rubor, como lo hemos visto nosotros. Hasta este sábado 30 la estadística arrojaba 18 y se espera que al concluir la temporada llegue, por lo menos a  30, entre hombres y mujeres. José Simón explica que  La culomántica tiene su origen en un personaje de su obra  Marilyn, la última pasión ,  estrenada en el año 1983 en la  Sala Rajatabla durante el III Festival Internacional de Teatro de Caracas, cuando lo dirigía Carlos Giménez, maestro inolvidable y quien prosigue siendo inspirador de nuevas generaciones. “Aquel personaje era la Seña Conchita, una mujer que aplicaba inyecciones en su pueblo y que era tildada de bruja por todos los parroquianos. Siempre me pareció curioso que aquella misma señora que era necesaria para curar a través de inyecciones, que yo les tenía pánico a la sazón en aquella temprana edad, fuera la misma que predecía acontecimientos terribles que atormentaban a los vecinos. Indudablemente ese pánico ante la enfermedad y angustia por el futuro van de la mano. En esta sociedad actual, donde vivimos en la confusión, en la anarquía y el delirio de no saber que te sucederá en los próximos minutos si pisas la puerta de tu casa, pienso que los desesperados recurrimos a la magia, el esoterismo para darnos valor y continuar. Creo personalmente que los ojos expresan lo que es y siente una persona, cuando miras a alguien muy cerca, a los ojos, puedes descubrir mucho de esa persona, algo que se ha perdido en la comunicación porque las redes sociales nos han convertido en fotos o videos que nos hablamos. Así que nada más tentador que suponer que existe una relación entre nuestras vidas y el culo. No es una idea original, la literatura latinoamericana está llena de esta expresión. Suponer que existe un poder para predecir la vida a través de la observación del culo de las personas es una idea tan desordenada como la sociedad en la que vivimos actualmente. El caos nos asusta y envilece a todos. Hay que mantenerse íntegros, es decir, no dejarse relajar el culo ni por ambiciones ni resentimientos. El culo se convierte en un símbolo de nuestra dignidad. Se puede gozar de la vida pero hay que mantenerlo honrado. Creo que yo mismo me muero de risa con esa loca idea que tanto entretiene a la gente y que todos, al salir, entienden con claridad que hay algo más detrás de la risa, hay un humor algo amargo. Nuestro teatro, el del Theja, sigue siendo transgresor a pesar de nuestros 40 años de trabajo, o quizá por eso mismo. Hacerlo de otro modo nos cuesta y nos desanima”.

Hija de gato o tragicomedia de papá transfuga

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La realidad de las familias venezolanas se hace teatro breve.
Alejandra Machado Montañés debutó como dramaturga  con  Hija  de gato, breve texto para actriz y actor, puesto en escena y producido, respectivamente, por Elba Escobar y Mimí Lazo, íntimas amigas de su mamá Mónica Montañés Chalbaud. El cual se presenta en la sala teatral Urban Cuplé del CCCT: sábados a las 6 pm y domingos a las 5 pm
Ahí, la veinteañera Malena cita a Paúl, apodado “Gato”, su progenitor a un bar para decirle un par de cosas que él  nunca se esperaba. La muchacha le arma una discusión ante la vista del público, quien mudo es testigo de un conflicto que poco a poco se revela: es el ácido encuentro entre un padre eventual y una hija que le reclama sus reiteradas ausencias, ese abandono del hogar que nunca será explicado ni aceptado jamás por ella.
“El gato”, con más allá de 40 años, es hábil en la mentira machista  y manipula sus conflictos para utilizar ese breve y fugaz reencuentro para convencerla  de que la necesita porque ella, que es cantante,  podrá acompañarlo con su voz en la grabación de un disco, con el cual es posible que salgan desde abajo de la pirámide donde se encuentran y logren ser estrellas durante no se sabe  cuántos minutos.
Paul y Malena hacen las paces y deciden ensayar las canciones que serán los pasaportes hacia ese futuro siempre soñado .Y dejan al público conmovido por el reencuentro, a sabiendas que no durará mucho tiempo, porque tanto él como ella van con ritmos  diferentes y por calles no paralelas hacia sus destinos en una sociedad donde todo se vale y la mentira es la moneda de cambio, aunque ella se conserva más pura, no se sabe por cuantas lunas.
Con lenguaje suave y sin rebuscamientos, en Hija de gato se ponderan las difíciles  y complejas relaciones  de los hijos con padres separados o divorciados  y se aprecian las heridas sin sangre que dejan las ausencias, los silencios y las sombras sospechosas del no-amor entre una hembra y un varón que traen hijos al mundo sin pensarlo dos veces. 
Es, pues, Hija de gato otra desgarradora comedia agridulce, la cual recuerda como los hogares sin la presencia paterna sobrepasan el 67% de una sociedad  tercermundista, como la venezolana; donde las mujeres no pueden soñar con una mañana sólido y acompañadas, mientras  los varones siempre  andarán a la caza de la hembra o la supuesta compañía ideal,  aunque en el camino dejen hijos; mientras que en la televisión las parejas felices se muestran a borbotones. ¡Hay, por supuesto, excepciones, lamentablemente en bajos porcentajes, como lo subrayan las  crueles estadísticas sociológicas!
Malena es encarnada por Alejandra -quien ya ha demostrado talento histriónico en varias telenovelas- mientras que el tragicómico Paul  es nada menos que el veterano comediante Rafael Romero. Una pareja que demuestra  verdad escenica y hacen así que la pieza  sea más patética.
De Malena sabemos que seguirá  peleando por sus derechos, que son los mismos de tod@s l@s hij@s en esa situación,  mientras que Alejandra Machado Montañés también continuará escribiendo teatro -estudia en la Escuela de Artes de la UCV y es alumna de la dramaturga Xiomara Moreno- y actuando, bien asesorada además por sus ángeles protectores,con su mamá a la cabeza.

Conversando con César Rengifo

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Aura Rivas es una de las grandes actrices venezolanas, defensora  del legado de CésarRengifo
La cubanísima revista Conjunto(n. 43, enero-marzo de 1980, pp. 27-38.) publicó esta entrevista, realizada por Ileana Azor Hernández, con el ahora ausente César Rengifo, la cual  republicamos aquí para mantener viva su memoria, precisamente cuando se avanza hacia el primer centenario de su nacimiento y nadie dice o revela nada de lo que será esa conmemoración
 A. Al leer su obra, considero que esta pudiera dividirse en etapas.
C. R. Está dividida eetapas. Tengo el ciclde la conquistacompuesto por obras que casi no se conocenHauna obra dedicada los Caribes porque siento un deber de reivindicar los Caribes. Reivindicarlos como pueblo que luchó contrel conquistador español, que fue capaz de sufrir los mayores martirios, empalamientos, tortura, persecución, en fin, que el pueblo más sacrificado y a la vez más deformado por la historia colonialista, al punto de que Caribe y caníbal significaba lo mismo. Fue el pueblo Caribe. La realidad demostró que fue precisamente el Caribe el enemigo que le ofreció más resistencia al colonialismo. Entonces, en mi obra, yo trato de reivindicar esa memoria, y lo hago de una manera ostensible. El Caribe no es ni el monstruo, ni el bárbaro que presenta el enemigo.
I. A. No es el Calibán de Shakespeare.
C. R. No es ese Calibán, sino es precisamente el hombre que es capaz de defender sus tierras y se opone a sus enemigos. Por eso lo sacrifican y lo desfiguran de tal modo que, en Venezuela, por mucho tiempo, decir Caribe era decir bandido, criminal y hombre violento. Cuando yo era chiquito peleaba mucho, tiraba cabezazos y me decían "el caribito". De manera que eso se ha trasmitido al vocabulario corriente como un término peyorativo y denigrante. Por eso yo he tratado en mis obras de reivindicar la imagen de ese Caribe y presentarlo como patriotas que fueron. Así aparece esta temática en Obseneba (1957), en Curayú (1945) y en una obra en verso que se llama lfacuana y Cuaricurián (1960). Estas tres obras son un ciclo de la lucha del indígena venezolano en contra del conquistador europeo.
I. A. ¿Entonces usted considera que esta puede ser una primera etapa?
C. R. Sí. Claro, yo no he escrito mi teatro en orden ni cronológico ni histórico; lo he ido haciendo, y creo que en su conjunto ya ha logrado por sí mismo una ordenación histórica y cronológica. Esa es la primera etapa compuesta por tres obras. Después tengo la etapa preindependentista de las colonias, entre las cuales se encuentra Soga de niebla, que es la historia de un negro que trabajaba en las haciendas y se enamora apasionadamente de una mujer que recogía chamisas, quien lo induce a que robe para huir de la hacienda, en donde los dos son unos miserables, unas pobres gentes. Cuando va a robar, la persona se despierta, él le da un golpe; lo mata y los acusan a los dos de asesinos y a ella de parricida, porque la mujer era hija adoptiva del que resulta muerto. Entonces los condenan a la máxima pena, la pena de muerte, pero no hay verdugo. Esto coincide con una sublevación de esclavos negros y de indios en Coro, dirigida por José Leonardo Chirinos, quien buscaba una salida republicana. Son derrotados y los condenan a muerte: entonces, como no hay verdugo, le proponen a este pobre Agustín, que ha cometido ese error con la mujer, se le conmutaría la pena de muerte si el aceptase convertirse en verdugo. Él, por supuesto, no quiere, pero le dicen que le van a perdonar también a la mujer y que él puede convivir con ella en la prisión. Entonces, el temor a la muerte y el temor por la mujer le inducen a que acepte ser verdugo.
Mi planteamiento va dirigido a subrayar cómo las clases dominantes utilizan los errores que cometemos los que pertenecemos a las clases dominadas para transformarnos en los verdugos, en los  atormentadores de nuestra propia clase. Por eso se llama Soga de niebla, porque físicamente no lo ahorcan, pero lo van ahogando simbólicamente mediante la situación en que lo sumergen. Esta pieza forma parte del ciclo de la vida colonial, junto con una que se llama Joaquina Sánchez donde se exalta la participación de la mujer en nuestras luchas reivindicativas, que es otra constante en mi teatro. María Rosario Navas es una cantata y presenta otro personaje muy bello, así como la Luciana Pantoja de Las torres y el viento.
Otro elemento que he querido destacar en mi teatro es la participación de los hombres de origen africano en nuestras luchas, situándolos, incluso, como protagonistas de algunas obras de teatro como Manuelote. En la época en que la escribí, muchas gentes se extrañaban porque estábamos acostumbrados a que el héroe fuera el señoritingo o el niño bien, y, de pronto, yo puse en el centro a nuestro pueblo como protagonista, y entre ellos a Manuelote que es un negro esclavo. En realidad, yo me alegré que aquello sorprendiera y que incluso unos jóvenes a quienes no les había gustado la obra y la habían criticado mucho, posteriormente, cuando fueron a los Estados Unidos y regresaron, me dijeron: "Tu nos descubriste perfectamente que el negro puede ser un héroe, incorporaste al negro al teatro en condición destacada", porque siempre el negro era el valet, el que barría, el que le limpiaba los zapatos al blanco. Yo transfiero eso a otra magnitud humana y heroica. Entonces, con mi teatro he tratado de mostrar que somos el producto de la lucha de todas estas etnias unificadas en la historia y en el tiempo y que han producido lo que es la Venezuela actual. Es decir, he tratado de hacer toda una arquitectura teatral acerca de mi país. Si lo he logrado o no en su totalidad, no lo sé pero creo que lo estoy logrando.
I. A. ¿Y la última etapa de su obra?
C. R. Es la del petróleo.
I. A. ¿Y posterior a la del petróleo, no están obras como Buenaventura Chatarra, La fiesta de los moribundos...?
C. R. Esa es la de las consecuencias del petróleo y las del ámbito americano como Una medalla para las conejitas, que se refiere a la ocupación yanqui de Santo Domingo y Volcanes sobre el Mapocho, que es sobre Chile. He escrito una sobre Centroamérica. Un caminante que anda por Centroamérica buscando la libertad y tratando de unificar a esa porción del continente, está esbozado sobre la base de uno de nuestros héroes en las luchas por la liberación de América, llamado Pío Tamayo, quien en las décadas del 20-30, salió de Venezuela con el ánimo de promover la revolución americana antimperialista y muere en prisión después de diez años en ella. Es un héroe muy interesante que vino a Cuba y conoció a Mella: ayudó a fundar el Partido Comunista de Costa Rica y fundó sindicatos en Panamá, y otros países latinoamericanos. Claro, el enfoque que tiene este personaje en la obra es muy simbólico. Es un hombre que sueña y que en el fondo lo que anda buscando es la unificación para construir algo verdaderamente distinto.
I. A. Sin embargo, hay una obra que no me parece muy inmersa en el resto de su creación que es Estrellas sobre el crepúsculo.
C. A. Sí, es cierto. Es una obra en un acto que narra la historia de unos enfermos en un hospital.
I. A. ¿Cuál es la explicación que usted puede dar sobre cómo surgió ese tema en usted? ¿Qué representa para usted esa obra?
C. R. Esa obra la escribo porque nosotros éramos personas de muy pocos recursos. A mí me crió una familia, porque yo soy huérfano. Entonces, siendo yo un adolescente, el hombre que me crió enfermó y lo recluyeron en un hospital. Yo estaba enfermo también, acababa de llegar de una prisión y tuve que visitarlo mucho en el hospital y entonces me di cuenta que en ese hospital los débiles eran los jóvenes y los fuertes eran los viejos. En nuestra sociedad se plantea que el viejo es un ser inservible, inútil; es una de sus tantas injusticias. Es decir, en los países capitalistas el hombre que pasa de cuarenta años ya no tiene empleo. En la Universidad Central de Venezuela no aceptan profesores de cuarenta años para que inicien su carrera. Puede que envejezca allí, pero si cuando va a ingresar ya tiene cuarenta años le dicen que no. Y en las fábricas y en todas partes no aceptan al viejo y el viejo se convierte prácticamente en un trasto al que hay que tirar. El título de la obra es Estrellas sobre el crepúsculo, porque quiere decir que hay viejos que pueden alumbrar aún, que pueden guiar aún en el crepúsculo de sus vidas y pueden tener más fortaleza inclusive que los jóvenes porque están aferrados a una esperanza.
Una vida sin esperanzas, que es la principal motivación de la vida, así como la lucha por esa esperanza, no tiene sentido vivirla. Quizá usted no lo haya vivido totalmente. Usted es un producto de la revolución, pero quienes vivimos en el sistema capitalista nos damos cuenta cómo la soledad golpea actualmente al hombre en nuestro sistema, la soledad y la frustración de la vida misma. Llega un momento en que el hombre se hace viejo, mira hacia atrás y ve que no ha hecho nada, que su vida es inútil y eso es muy corriente en la sociedad capitalista. Entonces todo eso fue lo que quise plantear en esta obrita.
Y es cierto que se sale también del ámbito de mi creación, como una obra que se llama Un fausto anda por la avenida, en la que se plantea también la destrucción de un hombre por el sistema al extremo de convertirlo en un monstruo, pero el hombre que proviene de la clase popular y no ha perdido su contacto con ella, logra sustraerse de toda esa podredumbre y tomar conciencia para buscar de nuevo el ser humano que yace en él. Es decir, es un Anti-Fausto porque en el Fausto clásico lo eterno femenino y el amor son las motivaciones que conducen al personaje a la situación final de la obra pero aquí se transforma la idea, el amor es la humanidad.
I. A. ¿Esa es la última obra que ha escrito?
C. R. Sí, y otra que trata sobre la batalla de Ayacucho titulada Quién se robó esa batalla.
I. A. ¿Qué situación tiene el teatro venezolano actualmente?
C. R. El teatro venezolano a partir del año 50 hasta la fecha ha alcanzado un gran auge, debido principalmente a la incorporación de grandes sectores populares en el movimiento teatral. Antes del año 50 nuestro teatro se movía en un ámbito de élites en Caracas, y en las provincias a través de pequeñísimos grupos interesados en la cultura y por las actividades artísticas. Sin embargo, desde ese año en el que se funda el grupo Máscaras, impulsado por personas progresistas y con gran entusiasmo por llevar adelante el movimiento teatral, época en que se fundan además otros pequeños grupos con las mismas proposiciones de Máscaras, se comienzan a incorporar sectores populares, lo que le otorga al movimiento un gran impulso.
Esta situación es seguida de cerca y atentamente por los sectores intelectuales oligárquicos y el imperialismo, que por supuesto interviene en todas las actividades de la vida venezolana, sectores que se suman también entonces a la creación teatral con otras finalidades; entre ellas no dejar que el pueblo se apodere sólo de una actividad tan importante, y así, tratar por todos los medios de mediatizada. Sin embargo, esto enriquece el conjunto de la vida teatral y se puede afirmar que ella en estos momentos expresa la lucha de clases y la lucha antimperialista que existe en Venezuela. Hay grupos populares que casi podría decirse que son guerrillas que luchan en contra de la penetración cultural, por la búsqueda de una identidad nacional y por llevar a escena la problemática de sus comunidades. Dentro de ellos están por ejemplo, el grupo Mosquito, el grupo Cuaricuao, el Grupo de Avance, en fin, en estos momentos no podría recordarlos a todos, pero tengo la certeza de que solo en Caracas hay dieciocho grupos populares que ejercen gran influencia teatral en los barrios. Estos grupos, aun cuando tienen una pluralidad de expresiones, manifestaciones y composiciones escénicas, sin embargo, tienen una unidad y una identidad primaria, que es la lucha reivindicativa, la lucha por expresar, mediante el teatro, todo cuanto conmueve y agita en estos momentos la vida popular venezolana.
Este movimiento es extraordinario porque no solamente se produce en la capital de la República, en zonas marginales, sino que se produce también en las poblaciones periféricas de Caracas, en el interior y en algunas zonas campesinas. Yo pude ver, por ejemplo en Los Andes, en un pueblito metidísimo por allá, en una zona donde no llegan casi ni los vehículos, presentar una pieza teatral por un pequeño grupo campesino dirigido por un niño de quince años que realmente me conmovió. Este muchachito escribió su obra planteando problemas de la comunidad y me extrañó muchísimo que la obra tenía un acento brechtiano extraordinario y también en el uso de las voces de los actores se sentía a Grotowski. Entonces yo me quedé muy asombrado de cómo este muchacho por pura intuición pudo manifestar en su obrita y en la dirección que le imprimió a todos los personajes de la obra --porque él era también el director de la puesta en escena-- elementos tan nuevos, tan enriquecedores que verdaderamente impactaban al espectador. Es decir, que ese movimiento de teatro popular en Venezuela está verdaderamente vivo en la actualidad, implica un impulso formidable y está ayudando mucho a la concientización de las masas venezolanas. No puedo decir que este movimiento sea perfecto. Está a veces fuertemente impregnado de errores políticos y formales. Por otra parte, en ocasiones, hay excesos de experimentalismo, vicios en cuanto al tratamiento de la creación colectiva, pero en la marcha ellos mismos irán depurándose y lograrán superarse.
Creo que le hablé de mis experiencias en Barquisimeto, en Puerto Cabello y Valencia, donde encontré --sobre todo en la última ciudad-- unos jóvenes que se proponen no solamente superar su trabajo escénico, sino, además, dotarse ellos mismos de una teoría teatral, por lo que han comenzado a estudiar a Brecht con una decisión verdaderamente encomiable; y puedo decir que aprendí mucho de Brecht con estos muchachos, a pesar de que yo he leído bastante a Brecht y lo he estudiado; sin embargo, me di cuenta que estos muchachos han tomado esos estudios con una gran seriedad, extrayendo sus valores fundamentales y lo han hecho no en función de someterse a sus proposiciones, no en función de aceptar totalmente a Brecht, sino de conocerlo profundamente para asimilarlo y extraer de él lo que en realidad pueda enriquecerles su trabajo dentro del teatro nacional. También las clases medias han participado en el ámbito teatral y con bastante seriedad. Están produciendo un movimiento importante para esta clase.
Por su parte, otras fuerzas le han dado gran impulso al teatro comercial que tiene actualmente un público diario que les asegura la subsistencia y bastantes ganancias y, sobre todo, un teatro que goza de gran publicidad. Nosotros hemos denunciado varias veces su peligro, por cuanto tiende no solamente a difundir ideas ideológicamente contrarias a la cultura nacional, sino también a condicionar el gusto y la sensibilidad de un público hacia un teatro intrascendente, hedonista y banal que ofrece resistencia posteriormente, frente a un teatro que le haga proposiciones, que trate de inquietarlo y concientizarlo.
I. A. ¿Y en cuanto al movimiento de actores, autores y teatristas en general, qué pudiera decirnos?
C. A. Nuestro teatro cuenta actualmente con un contingente humano valioso de dramaturgos, actores y sobre todo un equipo que cada día se supera más en cuanto a técnicos de luces, vestuaristas, maquillistas, tramoyistas y escenógrafos. Es decir, que el movimiento teatral venezolano está moviéndose, yo diría en forma bastante homogénea, en todos sus estamentos. En el caso del actor es muy importante destacar que estamos librando una lucha bastante ardua para que nuestro actor adquiera un alto concepto de su profesionalidad. Y sobre todo que tenga una cultura general, atendiendo aquí cultura no en su sentido restringido. Es importante insistir en que estos actores se preparen convenientemente, porque tanto en Venezuela como en todo el país latinoamericano dependiente, al actor se le manipula muy hábilmente para transformarlo no en un creador al servicio del pueblo, sino en un creador al servicio de las clases dominantes. Sobre todo se le atrae fácilmente con el incentivo de las altísimas ganancias que les proporciona la radio, la TV y en los últimos tiempos el cine. Por lo que tratamos de que el actor tenga conciencia para librarse un tanto de las tentaciones de la TV comercial que lo deforman y lo destruyen.
Yo diría que hasta ahora no hemos obtenido óptimos frutos, sin embargo, ya nuestros actores están comprendiendo esa situación. En nuestro tiempo es quizás el actor uno de los artistas más importantes, mucho más que el pintor, que el músico y que el danzarín, porque el actor de nuestro tiempo tiene posibilidades de influir sobre muchísimas más amplias capas sociales que otro creador. Allí donde el pintor no llega, porque permanece en galerías, museos y solo pueden ver su arte ciertas capas de la población, el actor tiene la oportunidad, a través de la TV y a través del cine, de penetrar en las casas en amplísimos sectores y desarrollar un papel decisivo en la conformación o deformación del espíritu, la ideología y el pensamiento de numerosas personas, tanto que lo consideramos un elemento muy útil, fundamental para la reconstrucción espiritual de nuestro pueblo en el futuro.
En Venezuela tenemos dramaturgos de una generación que arriba a los sesenta años o más, a la que pertenezco; una generación intermedia y una más joven y las tres están activas,  trabajando y haciendo una obra que yo diría es bastante trascendente en tiempo y espacio; cada uno de ellos, por supuesto, de acuerdo a su posición política, a su posición ideológica, a su extracción de clase y a sus compromisos con la colectividad. Hoy existen autores que todavía transitan caminos reformistas, que se mueven en planos políticos un poco confusos, algunas veces con piezas reaccionarias, otras con piezas no muy claras, pero yo diría que, en términos generales. la dramaturgia venezolana es una dramaturgia progresista. No quiere esto decir que no existan las disidencias y que existan obras y autores que tienen a veces desviaciones hacia proposiciones reaccionarias, o hacia proposiciones no progresistas, pero, en términos generales, la dramaturgia venezolana es preocupada por los problemas nacionales, universales y que, en su generalidad es de avanzada.
Entre esos dramaturgos de la generación mayor se encuentra Alí Laser, uno de los escritores escénicos mayores de Venezuela, que tiene una obra pequeña pero muy valiosa, referida a la historia de nuestro país y tiene también aspectos contemporáneos. Entre sus obras fundamentales están PiarCatón de Utica y La cueva, junto a un libreto para ópera, que narra la historia de un hombre, Ledesma, que en la colonia se opuso a los piratas.
Después, está mi obra, también referida a los problemas venezolanos del pasado y del presente y, dentro de esa misma generación, se encuentra un peruano, ciudadano venezolano, Leonardo Páez que vive en Mérida y ha escrito algunas obras referentes a Venezuela y a los problemas latinoamericanos. Tenemos también a Ida Gramcko que escribe obras para niños y ha hecho teatro en verso. Una de sus obras más importantes es la que se refiere a María Lionza.
De la generación posterior cabe destacar a José Ignacio Cabrujas, Isaac Chocrón, Román Chalbaud, Gilberto Pinto y Elisa Lerner, que aun cuando se acaban de publicar y montar algunas de sus obras, ella viene escribiendo desde hace mucho tiempo y puede insertarse en esa generación. Luego tenemos un grupo de jóvenes que constituyen el relevo y que realmente trabaja con gran seriedad y está haciendo una obra orgánica, de grandes perspectivas. Por eso hemos depositado en ellos nuestra confianza, no sólo para lograr una gran cantidad de escritores dramáticos, sino también para alcanzar dentro de ellos una calidad cada vez mayor.
Entre estos escritores jóvenes podemos destacar a Ricardo Acosta, escritor y director de teatro que ha publicado una obra muy bella Pasión y muerte en Caravaggio y otra en la Antología de 13 autores venezolanos que trata sobre la guerrilla en la sierra de Coro; Paul Williams, Gilberto Agüero, Levi Rossell, autor de algunas comedias musicales y de teatro musical en general; Mariela Romero, una jovencita que está iniciándose en las actividades teatrales, pero que ya ha escrito dos obras importantes. Lamentablemente ella ha sido ganada para la TV. Uno de los autores jóvenes más preocupados por los problemas venezolanos y sociales de la América Latina es José Gabriel Núñez. Sobre él se están escribiendo varios trabajos que analizan su obra. También ha sido captado por la TV, donde está escribiendo algunas telenovelas y obras dirigidas a este medio difusivo. Sin embargo, José Gabriel creo que va a tener suficiente tiempo y capacidad para poder compartir ambas actividades y no descuidar su teatro. Dentro de este grupo tenemos también a un dramaturgo que se ha destacado muchísimo, Edilio Peña, que obtuvo premio en el Concurso del Nuevo Grupo con su pieza Los pájaros se van con la muerte. Este es otro de nuestros jóvenes sobre el cual tenemos esperanzas de que logre cristal izarse un buen teatro de contenido nacional.
Igualmente en el interior del país hay jóvenes cuyos nombres no llegan a veces a la prensa de la capital, pero que están trabajando denodadamente por hacer un teatro para sus comunidades, tanto geográficas como sociales. Entre ellos he conocido algunos que tienen escritas más de diez obras, jóvenes que tienen inquietudes y sobre todo que por su extracción popular y sus preocupaciones sociales y políticas ejecutan un teatro de guerrilla, revolucionario, combativo, un teatro que en ocasiones tiene muchos defectos y equivocaciones, pero que en la práctica va depurándose.
Hay otro autor que se llama Rodolfo Santana, intermedio entre la generación de Chalbaud y los nuevos, que ha sido muy difundido tiene obras bastante interesantes, pero que oscilan mucho políticamente. A veces son obras de crítica incisiva, cáustica, a la revolución, en otras, son obras confusas que hacen proposiciones estéticas de vanguardia como en El sitio, por ejemplo, algunos dramas donde nosotros, al decir nosotros hablo por la gente que comparte mi pensamiento, hallamos muchos elementos de reacción, pues son contrarios a las expresiones de avanzada. Rodolfo Santana tiene mucho talento y de él se esperan logros mayores de los que se han alcanzado hasta ahora.
I. A. Sobre la investigación teatral en Venezuela y sus repercusiones en el desarrollo de una teoría del teatro, ¿qué se está haciendo actualmente?
C. R. En Venezuela hasta ahora la investigación teatral ha sido muy escasa; porque nunca ha gozado de la protección del Estado. Siempre ha sido iniciativa personal o de algunas instituciones. Cuando estuve trabajando por breve tiempo en la Universidad Central de Venezuela se fundó adscripto a la Dirección de Cultura un organismo que se llamaba Instituto de Investigación Divulgación Teatral, que cesó sus funciones al poco tiempo porque hubo cambios en la Universidad, sin embargo, no hay dudas de que despertó inquietudes y más adelante el INCISA posteriormente el CONAC mantienen un organismo que se parece un tanto a aquel. Son institutos para la promoción y difusión del teatro. Sin embargo, esos institutos no han tenido recursos suficientes y se han movido precariamente por lo que los resultados todavía son escasos.
En Venezuela tenemos en Carlos Salas a un investigador teatral orgánico de gran  responsabilidad, que ha realizado una labor fecunda, que tiene hoy ochenta cinco años. Ha escrito la Historia del Teatro en Caracas, un libro fundamentalmente informativo, pero que aporta datos importantes para que sobre ellos los investigadores puedan trabajar. En el siglo pasado no se puede hablar de una investigación sistemática coherente en el teatro venezolano. Hubo estudiosos que se preocuparon por informar sobre todo rescatar detalles, como, por ejemplo, por Manuel Segundo Sánchez hemos sabido la cantidad de teatros que hubo en la colonia, algunos nombres de autores, actores, pero realmente no se puede decir que existió la investigación de categoría científica disciplinada. Porque los que se ocuparon del teatro: Arístides Roja, Bolet Peraza, Sales Pérez, etc., solamente informaban hacían comentarios y crónicas acerca del teatro.
Solo uno que se llamó Ramón de la Plaza escribió un libro de las artes en Venezuela entre 1940 1950 sí se preocupó un tanto en dar informaciones y valoraciones a partir de investigaciones que realizó sobre los orígenes del teatro venezolano en la colonia. Excepto esos esfuerzos aislados, no contamos con un cuerpo de investigaciones que nos dé una referencia verdaderamente orgánica acerca de lo que ha sido nuestro teatro. Es ahora que comienza a despuntar una verdadera inquietud y preocupación. En el Coloquio que recientemente se celebró en Caracas, denominado Primer Encuentro de Historiadores e Investigadores del Teatro en América Latinase pudo comprobar eso. La delegación venezolana, de la cual formé parte, fue muy pobre y realmente los trabajos que presentamos adolecían de mucho rigor científico. Mi ponencia se refirió a un hallazgo del teatro de los caribes en el año 1818. Yo no presenté esto como algo muy importante, pero sí tenía un interés en cuanto a que mostraba ya muchas interrogantes sobre los bailes dramatizados que unos caribes representaron, en ese año, en el campamento del Ejército Libertador, en Guayana, a orillas del Orinoco, en la Misión del Guri, para que fuese visto por los expedicionarios británicos que estaban en el Ejército de Bolívar. Lo curioso de la pieza es que se refería a Moctezuma y la lucha que sus súbditos siguen en contra de los conquistadores españoles. Los ingleses hablan de esta representación con bastante asombro, pues los caribes trataban con esta pieza de despertar en su pueblo una animosidad en contra de los españoles e incitarlos a que siguieran luchando. Lo que yo manifestaba en la ponencia era mi alegría porque los caribes usaban en aquellos momentos el teatro como un instrumento político para concientizar a su propia gente e incitarla a la lucha general del pueblo venezolano en contra de los españoles, la lucha por la independencia. También se planteaba la interrogante de cómo llegó esa pieza y el nombre de Moctezuma al Orinoco y si la pieza estaba escrita en español y fue traducida por los caribes a su lengua, porque los caribes montan esa pieza en lengua caribe para incitar a su propio pueblo a incorporarse a las luchas independentistas; y, como anoté en la ponencia, que presenté en el Simposium sobre la identidad cultural en el Caribe, en el Carifesta, ellos mantienen una lucha dilatadísima en el territorio venezolano por su independencia, por su libertad, que se mantiene desde la conquista hasta principios del siglo XIX.
El Encuentro de Historiadores e Investigadores de Teatro en América Latina ha sido muy positivo porque un poco como Carifesta ayudó a que nos conociéramos, y contribuyó a poner en evidencia al enemigo que ha hecho grandes esfuerzos por impedir que la América Latina conozca su pasado, pasado que no solo existe, sino sobre todo del cual hoy somos consecuencia, por lo que investigar ese pasado adquiere gran importancia si queremos conocer muchos de los problemas que nos afectan actualmente. En el Encuentro hubo aportes maravillosos sobre todo del delegado del Perú, Guillermo Ugarte Chamorro; de José Juan Arrom, cubano; de Luis Ordaz, argentino, y de otros investigadores de Centroamérica como José Roberto Cea, de El Salvador, quienes abrieron realmente con sus proposiciones y sus ponencias nuevas perspectivas para el conocimiento de nuestro teatro. Ojalá que este encuentro se produzca nuevamente, no solo ya como un encuentro, sino como un Congreso. Y espero que para entonces hayan surgido en Venezuela jóvenes egresados de las Escuelas de Historia o de Letras de las distintas universidades, con los suficientes conocimientos y preocupaciones por esta materia, que realicen investigaciones de rigor en el campo teatral.
En cuanto a la teoría teatral, nosotros no hemos elaborado una teoría teatral, quizás por carencia de tiempo, por despreocupación, etc., pero creo que ya, en la América Latina, Conjunto y otras revistas están divulgando trabajos de investigación en torno a la Historia del Teatro Latinoamericano, tanto pasado como presente, que a su vez está creando las condiciones para elaborar una verdadera Teoría del Teatro en Latinoamérica, porque nosotros estamos guiándonos por teorías del exterior, como Stanislavski y Brecht, y es natural que así sea, sin embargo están creándose las condiciones para que partiendo de lo universal y de nuestras propias experiencias podamos elaborar una teoría propia. Por ejemplo, yo creo que en Cuba ya se puede teorizar sobre el teatro campesino, a partir de las experiencias del Grupo Escambray. En Venezuela, todos los esfuerzos que se han hecho en el campo de la experimentación teatral, en el teatro de proyecciones brechtianas y en el de creación colectiva también están propiciando una teoría teatral. Es decir, yo creo que en cuanto a teorías se está avanzando, sobre todo en Cuba, México, mucho en Argentina, y en definitiva estas reflexiones constituirán el cuerpo de elementos teóricos que nos pueda dar una salida importante para el futuro del teatro en la América Latina.
I. A. ¿Cuáles son, según su criterio, las perspectivas de la dramaturgia en la América Latina?
C. R. Pienso que son amplísimas y quizás esto pueda parecer un tanto vanidoso, por la parte que como dramaturgo me toca. Pero considero que la América Latina está haciendo una de las dramaturgias más importantes del mundo actual. Hace algún tiempo recibí una carta de alguien que vive en Europa, donde me decía que en el teatro europeo capitalista se estaba produciendo una especie de agotamiento. Yo le respondí que no lo creía totalmente, sino que lo concebía en función de la clase social, del sistema capitalista occidental en estado agónico y que como es lógico en sus superestructuras se producen un lonesco y un conjunto de dramaturgos y teatristas decadentes que están expresando públicamente la decadencia del sistema. Hace un año, en 1978, cuando se celebró en Caracas el Festival de Teatro de las Naciones, Miguel Acosta Saines y yo denunciamos en nuestra ponencia la posición asumida por lonesco en su Salutación al Día Internacional del Teatro de ese mismo año, en la cual encomiásticamente se pronunciaba a favor del fascismo chileno y condenaba toda injerencia política en la obra teatral. Ejemplos como estos eran los que hacían opinar así a este amigo, pero yo le manifesté que pensaba que los pueblos europeos tenían suficientes recursos y alientos para, sobre las ruinas de ese teatro decadente, crear una verdadera dramaturgia diferente y nueva. Lo que él veía en el teatro latinoamericano y hacía que pusiera sus ojos en este continente era la esperanza de que aquí surgirán los nuevos torrentes sanguíneos que nutrirán el nuevo teatro universal. Le respondía que estaba de acuerdo y que ese fenómeno se podía producir en la América Latina porque era donde existía una intensa lucha de clases, antimperialista y que por tal motivo éramos de un continente en marcha hacia el futuro y que eso nos dotaba de nuevas posibilidades en cuanto a la creación dramática. Yo creo que el teatro en la América Latina, a todos los niveles, marcha hacia el porvenir y que solamente le ha faltado difusión. Ahora es que estamos conociéndonos, proyectándonos fuera del continente. Desde hace veinte años después de la existencia de la Casa de las Américas es que hemos podido encontrar una revista, que hoy cumple quince años, y que ha propiciado esos medios para comunicarnos. Se abren ahora grandes perspectivas para nuestro teatro, que puede reflejar mejor que otros géneros la totalidad de la vida latinoamericana. Por eso yo le confiero a nuestra dramaturgia un inmenso porvenir. Sobre todo, espero de ella una gran contribución a la cultura dramática universal.



Caracas aplaude otros teatros de USA

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"Buena gente" sigue en La caja de fósforos
Van cinco desopilantes espectáculos y quedan otros tres por ser ponderados, los cuales están en etapa de producción. Es lo que subrayamos  y exaltamos, por ahora,  del  Primer Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense, que se  realiza desde el 12 de julio y culmina el 12 de octubre en las salas La caja de fósforos y El dedal, ubicadas en el backstage de la Concha Acústica de Bello Monte.
Las obras  Pterodáctilos  y  Talk Radio, de Nick Silver y Eric Bogosian, muy bien dirigidas  por Orlando Arocha y Elvis Chaveinte, respectivamente, inauguraron tan ilustrativa temporada, auspiciada por la embajada de United States of America,  con la participación de unas 80 personas, entre comediantes, directores, técnicos y diseñadores. Y la paradoja es que se hace con textos de norteamericanos, quienes desnudan descarada y descarnadamente a su  sociedad. 
La temporada ha proseguido, recibiendo notable apoyo de los espectadores, con Buena gente  de David Lindsay-Abaire,  El truco de la cama   de Matt Moses y La casa del sí  de Wendy Mac Leod,  bien puestos en escena por Diana Volpe,  Arocha y  Chaveinte  y Jonell Paz, los cuales subrayaron, como los anteriores montajes, que la temática de las relaciones familiares  y sus respectivos derrumbes son preocupación e interés de la comunidad estadounidense, especialmente después de las guerras de Corea y Vietnam, conflictos que avisaron el ocaso o la caída del tan famoso ideal American Dream, el cual prometía que gracias al esfuerzo y la determinación de cada uno de los habitantes se podrían superar las diferencias sociales y alcanzar  la felicidad.
Lindsay-Abaire enfatiza como  el desempleo, aunado a malas prácticas sociales, como el chismorreo desmedido y las discriminaciones raciales y sexuales, especialmente la homofobia, desencadenan crisis en los sectores sociales menos favorecidos y les agrava la cotidianidad que los lleva a la miseria. Carolina Leandro, Jonathan Mora, Eulalia Siso, Haydee Faverola, Carlos Abbatemarco y Rosalía Blanco dan vida satisfactoriamente  sus complejos personajes.  
María Alejandra Martín, Ignacio Marchena,  Emily Caraballo y Ana Melo, metidos o jugando o trasladando no menos de 50 maletas, estremecen  al público por el feminismo de Moses, quien arremete sin contemplaciones contra los matrimonios mantenidos con simples apariencias y carentes de satisfacción de las más íntimas fantasías.
El fantasma del magnicidio de John F. Kennedy revive en la escena como desencadenante de un reiterado y  sórdido drama de incesto, aupado por una maternidad perversa, tal como lo escribió Mac Leod. Logra conmover gracias a las excelentes caracterizaciones obtenidas por Sabrina Rodríguez, José Manuel Suárez, Loly Sánchez, German Manrique y Lismar Ramírez.

El teatro de USA siempre ha estado orientado  a enfatizar las relaciones de los humanos con Dios, la moral y mostrar moderadamente -edulcoradas, dicen algunos- todos los conflictos del individuo exacerbados ante un sistema de explotación capitalista. Y ahora Caracas lo contempla.
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