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Channel: EL ESPECTADOR venezolano
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El jonrón de Hueck: @papitalapeli

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E lcineasta en los apuros del rodaje de su ópera prima
Ni el teatro ni el cine venezolanos utilizan frecuentemente el juego de la pelota o el béisbol como telón de fondo o argumento dramático, a pesar que genera una asombrosa pasión lúdica entre los fanáticos capaz de  paralizar al país y provocar situaciones buenas y malas también.
Pero como siempre hay una primera vez, a Luis  Carlos Hueck se le ocurrió hacer precisamente su primera  película,  Papita, maní, tostón , y estrenarla el pasado 20 de diciembre en 60 salas. Una comedia sobre el  amor, al estilo del shakespereano   Romeo y Julieta , entre una fanática de los Navegantes del Magallanes y un ferviente hincha de los Leones del Caracas, los conocidos eternos rivales de la Liga de Béisbol Profesional Venezolana.
El guión, que fue el proyecto ganador de la convocatoria de financiamiento del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) en 2011, plasma el encuentro entre Julissa (Juliette Pardau) y Andrés (Jean Pierre Agostini), quienes se enamoran y deciden poner en segundo plano la rivalidad deportiva para mantener su relación. Sin embargo, tendrán que engañar a familiares y amigos (fanáticos empedernidos) y lidiar con la incómoda situación para poder estar juntos.
IMPONE RECORD DE TAQUILLA
Y la respuesta de la audiencia no podía ser mejor. Hasta ahora lleva más de 800 mil espectadores, cifra que la ubica  entre  una de las diez películas más taquilleras en la historia del cine venezolano. El largometraje superó así a De mujer a mujer (Mauricio Wallerstein), que sumó 753.333 espectadores en 1986, y a La generación Halley (Thaelman Urgelles), que vendió 758.196 entradas ese mismo año.
Luis Carlos explicó que su intención fue plasmar con humor la cotidianidad de la rivalidad deportiva que vive el país, bajo la adaptación de un clásico como  Romeo y Julieta , que aborda un mensaje de amor universal. La cinta inició su rodaje en julio de 2012 y se extendió durante 8 semanas en Caracas. Incluso, se hicieron tomas durante un juego entre los mencionados equipos, en el Estadio de la UCV.
El filme cuenta con la protagonización de Juliette Pardau y Jean Pierre Agostini, junto a las interpretaciones de primer actor Miguel Ángel Landa y los comediantes Emilio Lovera, José Roberto Díaz, Vicente Peña, Elías Muñoz, Juan Andrés Bergrave, Vantroy Sánchez, Ana Terrero y Orlando Ruggiero y Pedro Pérez (Budú).
Actualmente, el director se plantea la posibilidad de hacer una segunda parte del filme y se encuentra trabajando en un proyecto de comedia llamado “Al fondo a la derecha”, porque “hacer cine en Venezuela es una experiencia única. Trabajar aquí es verdaderamente hermoso porque estás en tu tierra”, puntualizó Hueck, quien señaló que los cineastas deben voltear su mirada a Latinoamérica donde, asevera, “aún hay muchas historias por contar”.
DEL BETAMAX A LA PANTALLA
-¿Dónde nace  y hace  sus estudios?
-Nazco en Caracas, 5 de mayo de 1977, estudie Administración de Empresas Banca y Finanzas en la Universidad Metropolitana, al mismo tiempo estudie guión de cine en la misma Universidad, luego de graduarme me fui a Los Ángeles a estudiar Dirección de Cine en UCLA, entre otros cursos.  
-¿Por qué el cine?
-El cine ha sido mi pasión desde niño, la primera película que me acuerdo haber visto en el cine fue  Yako  y me impresionó tanto que desde ese día me volví adicto a ver películas de todo tipo. Luego mi papá se compró una cámara gigante de betamax, que fue usada por mis hermanos y yo como un juguete durante todas las vacaciones. Hacíamos historias y cortos divertidos que luego le mostrábamos a nuestros amigos para que rieran, cuando llego el momento de decidir qué hacer con mi vida pensé que del cine no podría vivir y por eso elegí la banca y las finanzas, como para irme por lo seguro, mi hermano Alfredo si había decidido ser cineasta desde un principio y se las arregló para hacer un cortometraje que se llama  YBI 173 que quedo nominado en el Festival Latino Internacional de Los Ángeles a cual asistí, y allí rodeado de cineastas fue cuando decidí estudiar y hacer cine por el resto de mi vida o por lo menos intentarlo.
-¿De dónde partió para  Papita, maní, tostón”  y su rodaje?
-La idea nace desde que hace mucho tiempo asistí a un juego en el Estadio Universitario y veía a las cervezas volar por el aire empapando a todo el mundo, mezclado con el chalequeo constante que hay entre caraquistas y magallaneros y mis ganas de mostrarle al mundo un poco de nosotros.
-¿Cómo logra financiarlo?
-El financiamiento de la película fue a través del Centro Nacional de Cinematografía Nacional (CNAC), pero el financiamiento no es del 100 % y por esto se sumaron al proyecto empresas como Banesco, Digitel, Regional, Munchys, Directv, Zona Pilates, Ron Veroes, Flips, los Leones del Caracas y los Navegantes del Magallanes, los Tiburones de la Guaira, entre otros. 
SANO HUMOR
-¿Está consciente del mensaje humanista y pacifista que propone en su largo, además del sano humor que ahí expresa?
-La verdad es que hay muchísimos mensajes por allí escondidos, como por ejemplo el de las bonita amistad que uno cosecha en este país, lo importante de la familia, las consecuencias del fanatismo absurdo, el amor entre personas de diferentes bandos y si trate de resaltar ese humor sano que nos llevamos nato los venezolanos.
-¿Admite influencias de otros cineastas?
-Sí, admiro mucho a Robert Zemeckis quien hizo Volver al Futuro y  Forrest Gump  y El Náufrago  entre otras obras; los Hermanos Farrelly que hicieron  Something about Mary . También admiro mucho a Iñarritu y a Cuaron, creo que de todos ellos he tenido un poco de influencia  en mi carrera que apenas comienza.

"Azul y no tan rosa" regresa a los cines

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Azul y no tan rosa, ópera prima cinematográfica de Miguel Ferrari, pasó de 500 mil espectadores a lo largo del 2012 y parte del 2013. Ahora podría alcanzar el millón de espectadores tras haber conquistado el Premio Goya y retornar a las salas de Caracas y del interior del pais. Eso hace soñar al director y a todo el magnífico equipo humano que trabajó en ese histórico largometraje venezolano.
Ferrari explica cómo nació este proyecto y cómo se materializó en lo financiero:
-Hace unos años, cuando se estaba aprobando en España la ley de matrimonios igualitarios, me sorprendió muchísimo los debates retrógrados que se abrieron en los sectores más conservadores de esa sociedad. Investigué sobre el tema en Latinoamérica y las historias de discriminación y crímenes por homofobia eran alarmantes. Quise escribir una historia que tratara sobre el derecho de cualquier persona a ser y pensar diferente.
Comenta, que lograr el financiamiento de una película no es tarea fácil. “Luego de tener un sólido guión, debes montar el proyecto y es allí donde debes pensar como director y productor para vender tu historia. Esta debe ser lo suficientemente atractiva y factible para generar interés en las personas que van a evaluarlo. Esta película cuenta con el financiamiento del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía y el Programa Ibermedia. La producción es de Plenilunio Film & Arts y Factor Rh Producciones en asociación con La Villa del Cine y la productora española Malas Compañías. Venezuela y España unidas en este largometraje, mi ópera prima, además”.
- ¿El guión cómo se elaboró? ¿Hay sesgos reales o biográficos?
-El proceso de elaboración es complejo y, desde mi punto de vista, el más importante. Requiere un importante trabajo de investigación sobre la historia que quieres contar. Las vivencias y la capacidad de observación son herramientas fundamentales para cualquier artista en su creación. Cuando obtuve información suficiente, diagramé la historia y los personajes. Luego estructuré el guión en actos, cuidando sobre todo los puntos de giro porque eran claves para que el argumento avanzara. Luego desarrollé el guión.
Puntualiza que el tema central de Azul y no tan rosa gira en torno a la relación de un padre y un hijo que se reencuentran y se ven obligados a solucionar sus diferencias. “Mi película es una historia sobre el amor, la amistad, sobre la familia en su sentido más amplio. No quería hacer un dramón de película sino plantearla de manera fresca, cotidiana y que lograra identificación con cualquier tipo de espectador. Simplemente quería mostrar una historia atractiva, con personajes cercanos y que el espectador descubra a otros seres que no son tan diferentes a ellos. No es una historia biográfica, pero cada uno de los personajes tiene algo de mí. Es lógico... soy su creador. Tampoco está basada en algún hecho en especial, aunque hay situaciones que se plantean y que ocurren diariamente en todo el mundo y en especial en Latinoamérica.
-La película tiene como temática el amor prohibido y está enfrentada a una sociedad machista y homófoba. ¿Cómo logró resolver las escenas o las situaciones y el trabajo actoral?
-La observación y las vivencias son fundamentales en el desarrollo de cualquier acto creador. Para un actor esto es clave y un director que haya sido actor, posee herramientas adicionales muy útiles para contar historias. Además, mi formación en dirección cinematográfica en Madrid ha sido fundamental para enfrentar este trabajo. Tengo una gran influencia de mis maestros españoles y eso se siente en el lenguaje visual de la película.
En relación al trabajo que desarrolló con los actores, Ferrari enfatiza que “el ser actor me permitió profundizar la empatía con ellos y conocer así sus temores y sus mecanismos para activar cada emoción. Sabía exactamente qué hacer para lograr lo que necesitaba de ellos en cada secuencia. Es por eso que les traté y les dirigí como a mí me gustaría que lo hicieran los directores conmigo. Dándoles confianza y haciéndolos sentir cómodos. Sin juzgarlos, ni evaluarlos y mucho menos presionarlos... estimularlos reconociéndoles cada logro. Es por eso que establecimos una relación frontal, sincera y de respeto mutuo”.
- ¿Qué problemas se superaron para rodarla y estrenarla?
-Fue un trabajo complejo por las características de la historia. Se filmó en Venezuela (Caracas, Mérida y Aragua) y España (Madrid) y para ello se requirió un gran esfuerzo logístico. Se armaron equipos  por cada área para llevar a cabo la filmación de la película. Convoqué a Alexandra Henao para la fotografía y a Marcelo Pont-Vergés para el arte. Ambos son grandes profesionales que conectaron inmediatamente con la historia y que tenían algo fundamental para mí: sensibilidad y buen gusto. Además tuve un experimentado equipo de producción que encabezó Rodolfo Cova.
-¿No ha pensado que puede mostrarla en teatro?
-En realidad nunca me lo he planteado. Si bien es cierto que en la película se hacen ciertos guiños al teatro, esta es una historia que nació para ser contada en cine por su lenguaje y su narrativa. Está impregnada de imágenes que cuentan mucho y que sería imposible reproducirlas en el teatro. De cualquier manera no descartaría en un futuro desarrollar una versión para el teatro. Nunca se sabe.
-¿Y ahora?
-Ahora viene una etapa interesante. Su distribución internacional. También me voy a tomar un año de descanso para preparar mi próximo proyecto cinematográfico, del cual hablaré en el momento adecuado.
¿Sexo de las hormigas?
Que la homofobia mata se reitera, una vez más, de  manera estrujante, gracias a la ópera prima de Miguel Ferrari, protagonizada por Guillermo García (Diego, fotógrafo gay), Sócrates Serrano (Fabrizio, ginecólogo gay), Ignacio Montes  (Armando, hijo adolescente de Diego) e Hilda Abrahamz (Delirio, transexual femenino), entre otros comediantes como Carolina Torres, Elba Escobar, Juan Jesús Valverde, Beatriz Valdés, Aroldo Betancourt, Daniela Alvarado, Alexander Da Silva, Arlette Torres y Juan Carlos Lares; quienes ahí se la jugaron para crear un buen largo sobre “el sexo de las hormigas”, como alguien del ámbito cinematográfico calificó a la homosexualidad en la pantalla.
Ficha
Miguel Ferrari, 30 de agosto, Caracas, 1966. Actor, egresado del Instituto de Formación para el Arte Dramático IFAD (1.986).Licenciado Cum-Laude en Teatro, mención Actuación, Unearte (1.997). Diplomado en Dirección Cinematográfica. Séptima Ars, Escuela de Cine y TV de Madrid, España (2.000).


Chocrón predica en Teatro Trasnocho

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Renán, Vidal, Castillo y Cabrera en la reposicion de "Los navegaos"
A escasos ocho años de haberse estrenado, regresó  el montaje Los navegaos, basado en el texto homónimo de Isaac Chocrón Serfati  (1930-2011),  al teatro Trasnocho, con los actores Javier Vidal, Armando Cabrera, Eben Renán (o José Manuel Suárez) y Samantha Castillo, todos dentro del dispositivo escenográfico hiperrealista y con olor a cebolla y condimentos culinarios, creado por Edwin Erminy, con la cuidadosa producción de Yair Rosemberg.
El teatro para el maracayero Chocrón Serfati  comenzó cuando Romeo Costea (Rumania, 1922), durante la temporada caraqueña del 1959, le montó Mónica y el florentino. Antes, en el 1956, publicó Pasajes, su primera novela. Nunca se detuvo en su carrera de escritor de éxitos teatrales y novelísticos.Y ahora,  a escasos tres años de su mutis, se hace la primera reposición de Los navegaos, dirigida con mucho respeto y aplomo por Michel Hausmann (32 años), quien lo estrenó durante el 2006
 Para comprender o digerir bien este montaje de Los navegaos, el cual ahora plena la sala del Teatro Trasnocho, hay que recordar, como escribe el poeta Leonardo Padrón, que Chocrón Serfati es uno de los pocos venezolanos que pudo elegir lo que iba a hacer con su vida. Eligió el teatro, quizás, porque, como dijo Oscar Wilde, "es inmensamente más real que la vida". Eligió su propia manera de ejercer el amor. Eligió renunciar a una carrera académica para casarse con su propia imaginación. Eligió la escritura como oxígeno de sus pulmones, pero sobre todo eligió no traicionarse jamás. "Desde entonces, desde ese siempre, no dejó de provocarnos con sus más de 20 obras de teatro, sus siete novelas y sus libros de ensayos". Pero, además enseñó, que siempre tenemos dos familias: con la cual se nace, la sanguínea, y con la que elegimos, a partir de la amistad y de los afectos.
Los navegaos no es más que la saga de dos hombres mayores, Juan (Vidal) y Brauni (Cabrera), quienes llevan varias décadas juntos porque son amantes, y con edades por encima de los 60 años, o sea ya en el proceloso camino de "los envejecientes", cuya paz del retiro en su casa de la isla Margarita es alterada por la repentina visita de un familiar -Parol (Renán), mudo, pero no sordo, además- y por la materialización del fantasma de la muerte, la cual esperaban para más adelante, pero llegó y sin anunciarse. 
Hay además en el espectáculo un símbolo que advierte sobre el final de sus vidas, como es el corte de unas trinitarias que amenazan derrumbar los muros de ese refugio de la pareja de amantes, quienes eso fueron durante algo así como 40 años, ahora convertidos en amigos hasta el final, y está además la básica presencia de una cachifa o mujer de servicio, Luz (Castillo).
Esos cuatro personajes crean situaciones cómicas por lo que hacen, más no por lo que dicen, y le dan un ritmo entretenido al espectáculo, especialmente por los intentos del mudo de hacerse comprender por los otros y por los espectadores, como es lógico. No es frecuente en el teatro encontrarse con un personaje con esas limitaciones como las del mudo Parole. Romeo Costea, por cierto, subraya que el rumano Eugene Ionesco con Las sillas y el francés Anatole France en La esposa muda utilizaron entes teatrales con esa falencia.

Con respecto a Los navegaos hay que advertir que  Chocrón Serfati  en esta obra de nuevo recurre a todas sus tradiciones estilísticas teatrales, desarrolladas a lo largo de su veintena de piezas, en cuanto a la temática, los conflictos, la pureza del lenguaje y, fundamentalmente, el mensaje que quiere hacerle llegar al público por intermedio de interrogantes que el mismo debe responderse.
El público, para el cual siempre se trabaja, ríe a mandíbula batiente de las tragedias de la pareja de gays "envejecientes" y el drama del mudo. ¿Por qué? ¿Será que piensa que eso nos le pasará o es que nunca vieron a un sordomudo con su peculiar ballet de manos y sonidos guturales haciéndose comprender de sus iguales y captando además las miradas de los curiosos?
¿Es frívola esta obra de Chocrón Serfati? No, su teatro  está envenenado, tiene contenidos duros o pesados para que el público los descubra, los saboree y termine aceptándola. Ya lo hizo con Okey,La revolución, Mesopotamia, Escrito y  sellado  y Solimán, el magnífico, entre otras piezas. La vida dura con la familia sanguínea, la pasión y el amor con la familia elegida, la resistencia para seguir viviendo y la muerte como conclusión de todo lo hecho y de lo no realizado también, fueron siempre sus fantasmas. Y él los llevo, sin miedo alguno,  a la escena. Por ese terminó siendo el patriarca del teatro venezolano.

400 sacos de arena

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El soldado se lleva a la monja: el amor y el sexo desafían a la guerra.
En estos históricos momentos el venezolano Luigi Sciamanna escribe y monta obras teatrales originales, tal como lo hizo durante los últimos años: La novia del gigante (2012), El gigante de mármol (2013)  y ahora con 400 sacos de arena. Tres muestras de su sólida erudición y su peculiar estilo de teatralización que exige de los espectadores un tanto de paciencia ante la extensión de sus representaciones, pero todo eso es superable ante la novedad de lo que plasma y la calidad  de su factura.     
400 sacos de arena- hace temporada en Teatro de Chacao- es un delicioso ritual religioso -la misa y otras ceremonias clericales son estremecedores eventos -no porque la salvación de  La ultima cena, de Leonardo Da Vinci sea el  plausible pretexto dramático, sino porque se desarrolla en una atmosfera conventual y se usan como textos principales a selectos fragmentos de la Biblia, especialmente la epístola de San Pablo a los corintios (“El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”), además de numerosos salmos y canticos .La carne  del espectáculo es la reconfortante palabra de Dios y sus profetas, mientras 12 monjas y un soldado colocan 400 sacos de arena para defender, del inminente bombardeo de los Aliados sobre Milán en aquel  15 agosto de 1943 agosto, la pared que soporta el fresco davinciano en el  convento de Santa María de las Gracias.
Históricamente, quienes protegieron La ultima cena fueron los religiosos de esa iglesia, pero Sciamanna les cambió el sexo y recreó toda una saga con las monjitas entregadas a sus oraciones y el natural flechazo entre el militar y una de la más ardientes  de las religiosas. Se suscita así  una historia de amor que evoca a la pieza La casa de Bernarda Albade Federico García Lorca, pero ahí el nuevo Pepe el romano, el musculoso soldado  Martín Peyrou,  sí se  lleva a la amorosa  monjita (Mariaca Semprún le da sangre y carne a tan inesperada Adela), mientras la abadesa (una celestina Bernarda, encarnada  maravillosamente por Elba Escobar) organiza la huida de sus féminas para que no las maten las bombas que sí provocaron  finalmente la caída del régimen fascista de Mussolini. O sea que también es un brioso alegado contra la perversa política del totalitarismo, enemigo de la vida y el amor. 
En síntesis, la rocambolesca historia de amor se sobrepone al hecho histórico del salvataje de la pieza de arte y el público queda atrapado y exultante al ver como el amor y el sexo son aún las pulsiones más nobles  y más hermosas de los seres humanos, los que en otros escenarios se inventan la guerra para después proclamar la necesidad de la paz. Siempre la realidad será superior a la ficción, en este caso, y el público por eso aplaudió frenéticamente, además porque el amor prohibido siempre alimenta el deseo y la imaginación es un monstruo que no solo devora multitudes sino reinos completos.
La puesta en escena, con perfiles minimalistas y usando 13 sillas contemporáneas, se concentra en  esas monjitas, un tierno ariete contra  la barbarie. ¡Bravo por Luigi Sciamanna y por la monja Isabel Palacios dirigiendo a esas coreutas!
Como colofón del espectáculo, el cual duró 135 minutos, recuerdo como los colombianos poetas piedracielistas eran capaces de destruir un mundo con tal de construir un verso, aquí  nuestro Luigi Sciamanna, un tanto en la tónica de Maquiavelo, trueca monjes por monjas de clausura, salva a Jesús y sus  apóstoles, pero reivindica  al amor y el sexo por encima de otras invenciones humanas, como la religión y sus enternecedores  rituales.

Harto de la homofobia

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La tragedia gay "Niños lindos" lo lanzó a la fama:Fernando Azpúrua
No ha cumplido 24 años y ya se perfila como un dramaturgo original y comprometido con lo que piensa y siente. Es Fernando Azpúrua, de quien actualmente se exhibe la tragedia gay Niños lindos.
Escribe para regalar
¿Había escrito otras obras antes?
-Desde el colegio ando escribiendo obras para mis compañeros. Me parece el regalo más preciado. Escribirle a alguien para regalarle en palabras una parte de ti. La princesa Peleona fue un proyecto que escribí para niños y que montaron por cuatro temporadas, se la dediqué a mi profesora de teatro del colegio Francia, Karen Ruiz. Y espero seguir regalando y dedicando obras mientras intento construir mi carrera. Porque deseo siempre conseguirme en otro y que otro se consiga en mi, a través del teatro.
-¿Cómo nace Niños lindos?
-De una idea que me rondaba en la cabeza y de unos amigos a quienes les quería escribir para poder hacer algo juntos. Un día hablé con el actor Newman Vera para un proyecto donde pudieramos actuar tres personas, y se me ocurrió esta historia. Me pareció factible que dos primos se enamoraran, y aún más nostálgico y bonito, que uno de ellos fuera a buscar al otro en su nueva vida citadina. Traté de no detenerme y desahogar muchos sentimientos por varias noches en el puff de mi cuarto, frente a mi laptop. Simplemente sucedió, y estoy seguro que salió con secretos que aún yo no he descubierto que han salido. Sin embargo, sé muy bien que cuando me dé cuenta, ya será demasiado tarde.
-¿Aborda sin miedo la temática gay en un pais donde la homofobia no es solo epidérmica?
-Sí, porque estoy harto.Y cuando uno está harto, uno habla, responde, lucha y se equivoca o logra. Yo necesito hablar de eso desde un plano personal, pero también defendiendo a los que no conozco pero sé que son como yo. Esos que deben amar en silencio, o simplemente tienen que ser quienes son, con niveles de volumen. “Delante de él, no seas así, busca bajarle dos…” he escuchado por ahí... Y no hay nada que me parezca más atroz que pedirle a alguien que no sea como es. Esta sociedad ya es muy complicada como para que se tenga que modificar quienes somos por lo que piensen los demás. Si a alguien le molesta ver a dos hombres o dos mujeres besandose en la calle, pues mejor que se vaya acostumbrando. Que en el cine, en el teatro y (Dios mediante) en la television, comiencen a verlo, puesto que mi generación y las que vienen, cada vez estamos exigiendo con más fuerza que se respeten nuestros derechos. Falta poco para el cambio y de eso no me cabe ninguna duda.
-¿Cómo fue el  montaje?
-Rossana Hernández es muy inteligente y  a quien además tuve el gusto de conocer gracias a la obra,  Piso 9 , en la cual participamos juntos varios años atrás. A ella y a Orlando les entregué mi texto con los ojos vendados y hoy veo en escena un resultado que me trae mucha felicidad. Confío en ella como confío en mis hermanas. La admiro en todo lo que hace y es modelo tanto profesional como de vida para mi. Ella me invitó a ver varios ensayos, y yo siempré quedé fascinado, como un niñito viendo la misma película mil veces, pero sorprendiendome con cada instante, como si nunca la hubiese visto. Además soy fanatico del trabajo de José Manuel, de Teo, de Hector y de Victor, así como también del de Slavco que hacía el personaje de David para el proceso del Piquete. Cada lunes, me entran ganas inmensas de saltarme el martes, miércoles y el jueves para volver a función y aplaudirlos por lo que hacen.
-¿Sófocles y usted abordan temáticas moralistas, él con Edipo y usted en Niños lindos?
-A veces, escribiendo, me pregunto si no estoy siendo excesivamente moralista. Y entonces me doy cuenta que en ese espacio no puedo negar quien soy. Estudio en una Universidad del Opus Dei en la que, a pesar de todo, he sido muy feliz. Entendiendo lo que tengo que entender sobre la educación que me dan, tomando lo que quiero y renunciando a lo que no. Además pudiendo escapar cada cierto tiempo a los derroches de los artistas de bellas artes, a las lecturas, a los teatreros, a los espacios de intercambio escénico. Si en mi obra se siente que soy moralista, entonces es porque algo muy profundo debe haber sembrado la Universidad, mi familia y mis amigos en mi, que así lo intente, no creo que pueda omitir de mi trabajo. Con respecto a Sófocles y su Edipo, a los grandes siempre hay que volver a leerlos, por lo tanto tengo mucha tarea que hacer.
Alumno agradecido
-Fueron varias personas los que me ayudaron a entender el viaje del héroe en una obra de teatro. A los 15 años decidí inscribirme, gracias a mi madre y al anuncio de una revista, en el Gimnasio de Actores, de Matilda Corral. Ahí pasé cinco años estudiando los dilemas de Tom de El zoológico de cristal, o de  Enrique V , entre mucho otros que se trabajaban constantemente en ese espacio. Luego conocí a Orlando Arocha, Ricardo Nortier, Diana Volpe y  César Sierra, quienes me recibieron con los brazos abiertos en las asistencias de dirección durante varios de sus montajes, desde dónde pude observar más de cerca el proceso de estudio de un actor a la hora de tomar entre sus manos un texto. Por último, Karin Valecillos tuvo la generosidad de leer  Niños lindos y darme el apoyo que necesitaba para revisarla y compartirla con mis tutores teatrales, así como también Elio Palencia, mi maestro durante el proceso de escritura de una telenovela para jóvenes, solicitada  por la Villa del Cine. Oriento mi pasión por la escuela stanivlaskiana, que ha sido, desde el principio, la que mis profesores más queridos han desarrollado en sus salones de clase.
Dramaturgo hambreado
-Acabo de terminar la obra La sin nombre II porque la uno es  Niños lindos. Este texto surgió de unas conversaciones que tuve junto a unas amigas muy cercanas mientras participabamos en el montaje del musical  Pippin, Shakti Maal Martinez y Patricia Ramirez. Ahí plasmo el encuentro entre Lucía y Sandra, (la hermana de un hombre encarcelado y la victima que lo hizo encarcelar). Todo sucede en el salon de una universidad católica. Cualquier parecido con la realidad, esta vez sí es pura coincidencia. También estoy trabajando en el texto de otro proyecto para actores jovenes, que se llamará  Yo nunca, con el cual pretendo meterme más en el tema de las drogas, pero ese aún es un camino que con las palabras debo recorrer.
-¿Cómo es la cotidianidad del dramaturgo?

-Me da hambre muy seguido porque soy muy ansioso, y muchas veces no termino lo que comienzo. De resto, igual que todos los demás… Luchando por escuchar, porque me acostumbré a hablar demasiado.

El nuevo teatro colombiano

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Enrique Buenaventura, patriarca del teatro colombiano
Durante muchos años la dramaturgia colombiana se desarrolló en dos sentidos opuestos, que corresponden a dos tradiciones culturales de nuestro país, escribe  Enrique Buenaventura en el Número 59 de la revista cubana Conjunto.
Por un lado, y hundiendo sus raíces en la Conquista, la Colonia y la trata de esclavos, hay una tradición de teatro marginal, campesino, que en Antioquia da origen al sainete o mojiganga y en las dos costas a representaciones carnavalescas o de otro tipo. Por otro lado, en las aldeas, que lentamente --y en los últimos treinta años con un ritmo cada vez más vertiginoso y caótico-- se van convirtiendo en ciudades, va surgiendo una tradición sin mucha continuidad que no es más que una imitación de lo que se hacía primero en España, después en Francia y más tarde en los Estados Unidos.
Mientras los campesinos mestizos o mulatos, en su mundo cada vez más aislado, ignorado y deformado, siguen trasmitiendo formas de representación de padres a hijos durante siglos --muchas de estas formas están desapareciendo-- en Bogotá, en Medellín, en Popayán y en Cartagena se hacen representaciones; familiares o públicas que imitan el sainete urbano español o la comedia madrileña o la zarzuela y más tarde la comedia francesa o italiana.
A las ciudades, especialmente a Bogotá, llegaban las compañías españolas con los melodramas del romanticismo o los dramones del naturalismo, y los autores criollos hacían versiones nacionales de esas obras con la esperanza de que esas compañías los estrenaran. Cuando lo lograban sentían que habían sido colmadas sus aspiraciones. Los aficionados criollos a la condición de actor aspiraban, por su parte, a convertirse en "partiquinos" de esas compañías, ya que las mismas solo podían traer figuras principales, a la "actriz de carácter", al "actor de carácter", a "la dama joven" y al "galán joven".
LUIS ENRIQUE OSORIO
Hubo en el siglo pasado y en la primera mitad de este, muchos intentos de formar compañías estables, a la manera de las que nos visitaban, y los proyectos de crear una compañía oficial tampoco faltaron. Nunca lograron estos intentos convertirse en realidad. Entre los años cuarenta y cincuenta el intento más duradero y exitoso fue el de Luis Enrique Osorio, valioso en muchos aspectos, especialmente porque se trataba de un hombre de teatro, director, actor, cantante, coreógrafo y empresario, amén de crítico teatral y columnista de El Tiempo.
Dentro de la tradición citadina se concebía la dramaturgia como el texto literario y el texto literario como la base del espectáculo teatral. Yo mismo me formé en esta tradición. Las primeras compañías con las cuales anduve, que eran medio teatro, medio circo, giraban alrededor del texto literario. A decir verdad, utilizaban dos textos verbales: el que decía el apuntador y las "morcillas", o sea, el que intercalaban los actores a fin de lograr una relación directa con los espectadores por encima o por debajo del texto propiamente dicho, el texto del apuntador. Los apuntadores desarrollaban una extraordinaria habilidad para callarse a tiempo, permitiendo la "morcilla".
TRADICION ARGENTINA
Después, cuando trabajé en Buenos Aires en el Teatro Independiente, me encontré con una tradición sólida en la cual se habían formado "grupos", la mayor parte a manera de cooperativas, es decir, que no dependían de una empresa y en la cual se formaban autores, directores y escenógrafos. Para mí esto era una revelación y una revolución. Se discutía, se estudiaba a Stanislavski, se hablaba de Brecht, se montaba a los clásicos de manera audaz y se llevaba a escena nuevos textos de autores extranjeros y nacionales, aquellos que no interesaban a las compañías tradicionales comerciales ni al teatro oficial. Estas audacias, que a mí me parecían –repito-- radicales, atrajeron un nuevo público.
Entre tanto, en Colombia "la violencia" había cambiado profundamente el país, había acelerado la emigración del campo a las ciudades y había convertido a miles de campesinos en proletarios y en guerrilleros. Con el país más o menos aldeano, se había esfumado ese teatro que mezclaba la estructura de la comedia y el sainete españoles con la temática de nuestros viejos partidos y sus querellas tan ingenua e ingeniosamente escenificada en El doctor manzanillo y en Ay sos, camisón rosado, o en las charadas, imitaciones y astracanadas de Campitos.
BRECHT MAL DIGERIDO
Los que empezamos en la última década del cincuenta en Bogotá y en Cali, especialmente, veníamos de diferentes lugares a renovar el Teatro.
¿Cuál podía ser, en esa época y con la formación que teníamos, esta renovación? Consistía, en primer lugar, en abrirnos a lo "universal", en romper con la aldea. Montamos textos clásicos, modernos y contemporáneos y nos volvimos hacia lo nacional con otra óptica, con un deseo de ir a las raíces, al auténtico folclore, a las genuinas expresiones populares. Así nace A la diestra de Dios Padre, que intenta ingenua y todavía torpemente --en su primera versión-- recoger el lenguaje popular recreado por Carrasquilla y fundirlo en la forma de la mojiganga con un brechtianismo mal dirigido.
En Bogotá la audacia y la fiebre renovadora llevan hasta el teatro del absurdo y hasta las epatantes agresiones de Arrabal. En Medellín no faltan tampoco los intentos --un poco más esporádicos-- de "ponerse al día".
Cae la dictadura de Rojas Pinilla y los viejos partidos tradicionales tratan de palear su profunda e interminable crisis con el "Frente Nacional".
Aparentemente mantienen el status y dominan la situación, pero no solamente no sofocan sino acrecientan también la inconformidad. Son años de transformación cualitativa de la guerrilla, de auge del movimiento obrero y radicación del movimiento estudiantil. A este nuevo contexto responde el teatro con gran empuje y vitalidad.
Esto no es extraño. Entre todas las expresiones artísticas, el teatro es lo que más depende de una relación viva y directa con el público. En los momentos cruciales, en los momentos en que la sociedad es sacudida por movimientos y corrientes de profunda transformación, el teatro es, quizás, la expresión artística que más se compromete o, dicho de otra manera, la expresión artística que se ve más cuestionada, más obligada a responder.
Nosotros pudimos pensar y efectivamente pensábamos que la apertura hacia lo universal nacía de una necesidad nuestra, de un impulso puramente artístico, de un deseo y una necesidad de renovación estéticos. Lo que no podíamos saber y ahora sí podemos considerar es que ese impulso era más vasto, más profundo y más complejo. Era todo el país el que se movía en este sentido. Los viejos partidos, que sentían que el país se les iba de las manos, apretaron la tuerca. Dentro de la represión cayó el teatro y fuimos expulsados del campo oficial en el cual aparecíamos, ya, como conspiradores.
GRUPOS INDEPENDIENTES
Estos acontecimientos nos señalan nuestro verdadero error, nuestro verdadero trabajo.
Así surgen los grupos independientes, dueños de precarios medios de producción y en los cuales la responsabilidad del espectáculo no es ya del director sino de todos los integrantes del grupo. Semejante situación no es sostenible si no se lucha por un nuevo público, un público que entienda esa situación, que la comparta.
He aquí cómo se van dando condiciones objetivas y subjetivas para que se produzca un movimiento teatral. Como todo el mundo sabe, un movimiento no es la suma de compañías o grupos de teatro reunidos en un momento y en un lugar. Para que haya un movimiento se necesita que existan algunas constantes, algunos elementos comunes que le den organicidad, tales como el hecho de compartir una cierta noción de la función del teatro dentro del contexto cultural en un momento dado, un determinado manejo de los elementos fundamentales del lenguaje teatral: el espacio, el tiempo, el uso de los objetos, las soluciones escenográficas, los personajes, las situaciones, el trabajo con máscara, maquillaje u otra forma de caracterización y utilización de la música, etcétera.
Ello no quiere decir, por supuesto, que todos los grupos que constituyen un movimiento han conseguido una especie de milagroso acuerdo sobre esos y otros aspectos del lenguaje. La formación de un movimiento, como he tratado de demostrarlo en el somero recorrido histórico que he intentado, no es, fundamentalmente, un acto voluntario. La mayor parte de esos acuerdos es impuesta por las condiciones objetivas. Dueños de mínimos recursos, tuvimos que hacer de la pobreza una virtud y hasta una categoría estética. Necesitados de un público tuvimos que inventar las formas de consultar sus gustos, sus ideas, sus aspiraciones.
Si echamos una ojeada a movimientos teatrales del pasado, al isabelino, al teatro barroco del siglo XVII en España o al movimiento de teatro político en la República de Weimar, veríamos que se dan las características señaladas. La manera, en que una nueva relación con un nuevo público produce una revolución en las formas y los contenidos del teatro, es fácil de comprobar en esos casos ejemplares, incluso con documentos históricos como El arte nuevo de hacer comedia, de Lope de Vega. Ahora bien, acuerdos tácitos, cumplimientos más o menos inconscientes de ciertas constantes, no significan unanimidad, ni siquiera buenas relaciones de los grupos. Con todos estos acuerdos básicos, los isabelinos se atacaban entre ellos y competían sin misericordia y de todos es conocida la violencia, la crueldad y a veces la sevicia con que se trataban entre sí los teatreros del barroco español o las disputas sin cuartel entre los grupos en la Alemania de los años 20.
POLITICA Y CULTURA
Nosotros no somos, precisamente, un caso aparte. El Nuevo Teatro desde sus albores, abre una controversia sin concesiones en cuanto a las relaciones de teatro y política y en cuanto a problemas formales, una polémica que poco a poco se va convirtiendo en una teorización de la práctica, que cada vez va ganando más niveles en profundidad y amplitud.
La teorización es otra de las características de un movimiento. En Francia, Molière teoriza a través de su impromptu en su polémica contra los cómicos de la compañía italiana, y con la herencia estética de Corneille y Racine; Shakespeare introduce sus opiniones estéticas en varias obras; la polémica de los años 20 en Alemania engendra la teoría teatral más sólida de nuestro tiempo, los Escritos de Bertolt Brecht. Un movimiento necesita la reflexión rigurosa sobre su práctica, so pena de estancarse y morirse.
Es así como esta reflexión nos lleva, en el Nuevo Teatro, a cuestionar nuestra propia formación, nuestra forma de producción de los espectáculos, nuestra relación con el público, nuestra función en el contexto cultural en el cual trabajamos y nuestra posición frente a la política cultural oficial.
Sería largo y dispendioso dedicarme en estas notas a reseñar el cuestionamiento que nuestra práctica teórica ha realizado en todos y cada uno de los aspectos. Como hemos escogido uno, a ése vamos a dedicarnos, es decir, nos vamos a limitar al tema de la dramaturgia y sus relaciones con el Nuevo Teatro.
En las historias del teatro, en general, la dramaturgia aparece como una colección de textos escritos en distintas épocas para ser representados, los cuales supuestamente constituyen un género que se suele denominar género dramático o literatura dramática.
A partir más o menos del siglo XVII se fue estableciendo poco a poco en la tradición europea la idea de que, en teatro, lo fundamental, lo esencial, es el texto literario dramático y de que el "resto" -el proceso de montaje- no es más que la "interpretación" del subtexto.
Esto, para nosotros, cuando empezamos el teatro y aún después de trajinar bastante con él, era un axioma. Fue difícil desprendernos de esta arraigada convicción y aún hay muchos autores, directores y actores del Nuevo Teatro que siguen convencidos de su vigencia. Para nosotros ese problema ya no es tal, ya no es cuestión de polémica, es una cuestión teórica que necesita desarrollarse apoyándose en la lingüística y en la semiótica contemporánea, por un lado, y, por otro, en un mayor número de trabajos prácticos.
La cuestión se plantea así: el teatro no es un género literario. Muchos textos escritos para el teatro en distintas épocas y lugares hacen parte de la literatura tan legítimamente como los textos que, convencionalmente, pertenecen al género lírico, épico o novelístico. El teatro es una relación viva y efímera entre los actores y los espectadores en un lugar y en un momento dado. Como dice Rossi Landi  fuera de ese momento no hay teatro. Ni el edificio teatral, ni los actores, ni el texto literario son teatro fuera de ese momento, fuera de ese acto de representación. No se trata, por supuesto, de un acto de representación cualquiera. La relación que establece el teatro entre los actores y espectadores es distinta de las que establecen otros tipos de representaciones, como los rituales religiosos, los partidos de fútbol o los mítines políticos. En el teatro se representa una imagen de la sociedad, a través de la historia ensayada por actores, con el objetivo primordial de divertir a los espectadores, induciendo a enfrentar su vida cotidiana en todos los aspectos significantes que reúne la ficción que transcurre en el escenario.
Todos conocemos que no siempre hubo un texto literario que debieran decir los actores en escena. Desde la pantomima romana hasta el "acto sin palabra" de Becket, ha existido un teatro mudo, un teatro de imágenes que, si bien utiliza un texto tácito, no importa, en él, la “literatura”. En la comedia del arte sobre la base de un código de personajes arquetípicos y de situaciones más o menos pautadas, los actores improvisaban el texto. Esta condición aleatoria del texto ha permitido en el teatro adelantar una lucha contra la censura que otras partes no podrían dar de la misma manera. En el Music Hall inglés de los siglos XVIII y XIX los actores, avisados por ciertas señales cambiaban el texto cuando llegaba la policía y en la España de Franco y en el Chile de hoy se entrega un texto a la censura y se dice o sugiere otro con ciertas claves secretas que el público entienda.
A decir verdad, el término "interpretar un texto" --con todos esos falsos problemas de fidelidad o infidelidad-- no da cuenta de las operaciones significantes que tienen lugar durante la práctica del montaje. Esta es una práctica significante que, en relación con el texto literario, con el espacio, los objetos, la música y otras materias significantes, crea el texto del espectáculo, el cual es el verdadero texto teatral siempre y cuando en él participe el público porque sin ésta participación el texto no existe. En el siglo XVII, en algunos teatros de París o de Londres, se cerraban las cortinas de los palcos al comenzar el espectáculo y las actrices que no actuaban proporcionaban otros entretenimientos a los espectadores. El teatro no era, en ese caso, más que una coartada. En cambio, casos como el conocido con el nombre de "la batalla de Hernani" son ejemplo de una apasionada participación de los espectadores. La batalla entre románticos y clasicistas hizo, en esa ocasión, imposible la representación de la obra de Víctor Hugo.
En el teatro naturalista esa participación fue a menudo muy significativa. En una escena de Antes del amanecer, de Hauptmann, un médico enfurecido arrojó unos fórceps al escenario mientras se suponía que se llevaba a cabo un parto doloroso, interminable entre bastidores. En Bogotá, durante la representación de un dramón español, un personaje masculino increpaba a un femenino llamándole mala madre, mala esposa y mala hija. Un cachaco guasón agregó desde el palco: "¡mala actriz!". De tal manera el texto literario es uno de los dos elementos del espectáculo al que no se le puede concebir fuera de unas convenciones teatrales dadas, fuera de una estructura convencional que comprende la relación con los espectadores, el espacio, el tiempo, el ritmo, el concepto de personaje, de argumento, de verosimilitud, de decorados, de objetos, etc. Es cierto que un texto literario, convencionalmente inscrito en cualquier género, nace también de convenciones establecidas con los lectores y de otros textos, literarios o no. Es lo que llama Julia Kristeva "geno-texto", la matriz compuesta por varios tipos de textos donde se engendra un nuevo texto. Pero la matriz del texto teatral está compuesta por textos específicamente teatrales, como el texto de una gesticulación establecida, de una proxemia dada, de una topología del espacio teatral, tradicional, etcétera.
Un texto literario escrito convencionalmente –repito-- en un género cualquiera, nace de una matriz de texto, bien para sumarse a la tradición y desarrollarla, bien para cuestionarla y transgredirla, engendrando una nueva tradición, unas nuevas convenciones. Un texto teatral, en cambio, reafirma o cuestiona y transgrede unas convenciones teatrales.
Una de las dificultades mayores en la traducción de un texto shakesperiano es la relación orgánica, es decir, de expresión y contenido, que ese texto tiene en el espacio teatral isabelino. Escenas enteras pierden muchísimo de sus imágenes y de su poesía en la traducción porque estaban escritas para ese espacio específico. Las escenas de exteriores, por ejemplo, debían realizarse en la boca del escenario, las de interiores en el segundo plano, abriendo las cortinas, y las de fantasmas y apariciones, en el plano elevado. Las palabras y las imágenes aludían a esa topología especial, pues habían sido engendradas por ellas y al traducirlas sin tener en cuenta ese hecho se perjudican o, sencillamente, se destruyen. En el caso de Valle Inclán ocurre lo contrario. Sus textos violentan, agreden y transgreden las convenciones especiales, la estructura de argumento y personajes, las costumbres de maquinarias y decorados del teatro de su tiempo.
TEXTOS MÁS ORGÁNICOS 
Para terminar quiero plantear, pues, que el Nuevo Teatro --al menos esa parte del Nuevo Teatro en la cual estamos inscritos nosotros-- tuvo que enfrentarse a un nuevo concepto de "dramaturgia", tuvo que llegar --difícil y lentamente-- a entender que la dramaturgia es el texto del espectáculo compuesto de muchos textos, entre ellos el de la relación con los espectadores. Eso incluye, también, aceptar un nuevo concepto de "texto", elaborado por la semiótica contemporánea, es decir, que un texto es, también, un comportamiento o un objeto en la medida en que tiene una estructura orgánica que le otorga una cierta autonomía. De ese modo, un cuadro es un texto para una semiótica de las imágenes icónicas.
En conclusión, la dramaturgia que ha creado el movimiento del Nuevo Teatro con la nueva relación con un nuevo público, con la nueva concepción del espacio escénico y de la escenografía, con sus investigaciones en la actuación, ligada a su concepción del personaje y de la acción teatral, todo lo que constituye la verdadera dramaturgia, está engendrando en esa matriz textos literarios cada vez más orgánicos y cada vez más teatrales en el sentido de estar imbricados, de estar orgánicamente interrelacionados con los textos escénicos. Sobre este proceso teórico-práctico hacen falta todavía teorizaciones más rigurosas, a fin de que se vuelva plenamente consciente, al menos como modo de producción significante.

Enrique Buenaventura (Tomado de la RevistaConjunto, No. 59, ene.- mar. 1984, pp. 32-37.)

Venezuela inagotable para sus artistas

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Edgar Borges (Cortesía Laura Muñoz)
Nueva York desde el siglo XIX es la Meca  de un grueso sector de la intelectualidad y el arte latinoamericanos o el máximo lugar de exhibición para sus variopintas expresiones culturales ¿Por qué? Hay muchas respuestas, pero hay una sola realidad: todos miran a esa Ciudad Mall o ese conglomerado de algo más que rascacielos. Todos esperan lo que ahí suceda .Y es por eso que durante el jueves 6 de marzo, a las 7PM, en la sede del Instituto Cervantes, se realizará un conversatorio sobre música y literatura, protagonizado por el panameño Rubén Blades y el venezolano Edgar Borges.
-¿Cuál es su balance a siete años de su autoexilio en Europa?
- Es un balance donde sale ganando el aprendizaje humano. Este tiempo me ha permitido indagar en mí y en los otros. La distancia tiene sus ventajas. En el lado humano he aprendido que la única salida posible tanto de un individuo como de una sociedad es la ruta espiritual. Eso ya lo pensaba antes, pero ahora lo he vivido. Y es ahí cuando el arte se convierte en un medio público necesario para vincular a las personas con la salida espiritual, con la esencia, con lo que realmente somos. Estamos en un momento histórico donde de nuevo los creadores debemos, con nuestras obras y acciones, mostrar posibilidades cuando la realidad social se presenta cerrada. Hoy la política y casi todas las vías públicas se han deteriorado junto a esta maltrecha realidad, es un tiempo estelar para que el arte se sacuda del simplismo dominante y abra puertas. Debemos renunciar a la estupidez como barbarie social y recuperar nuestra ubicación ante el espacio y el tiempo. El intelecto no está divorciado de lo espiritual pero si de lo estúpido. Por ahí va el balance de mi aprendizaje.
-¿Valió la pena tanto sacrificio?
-Valió la pena este aprendizaje. En términos personales se pierde pero también se gana. No es posible dar un paso sin perder algo del punto que dejas atrás; algo de ese todo que habitaba en el anterior paso. Para ello nos queda la memoria, para hacer balance, reconocer, desechar y caminar.
-¿Qué tiene Europa que no tenga Venezuela para el creador?
- Cada espacio, como cada ser humano, es diferente. Venezuela es mi punto de partida, es mi espacio inagotable. En Europa, y sobre todo con la actual crisis que se ha inventado el poder global para conquistar una forma de dominio superior, he aprendido a darle valor a los recursos propios y ajenos. En Venezuela debemos aprender a administrar con humildad los enormes recursos que nos da la naturaleza. Desde el punto de vista literario lo que más destaco de Europa es la gran cantidad de editoriales pequeñas y medianas que trabajan por la literatura. Y ahí está una historia literaria que siempre pone en alerta a nuestra memoria.
-¿Habría conseguido algo similar si se queda aquí?
 -No, imposible. En Venezuela, por ahora, no hay espacio para la ficción. Ni antes ni ahora se ha educado para la lectura de la ficción. Sin embargo, eso es un proceso lento y necesario para todo país. Sólo a través de la imaginación podemos liberarnos de los problemas que nos hacen peso. Pero esto no sólo ocurre en Venezuela, es justo decir que son pocos los gobiernos o los ministerios de cultura en el mundo que trabajan en beneficio de la imaginación de sus nacionales. La imaginación del electorado no es buena aliada de los políticos tradicionales.
-¿Por qué los artistas e intelectuales venezolanos de todas las épocas han emigrado y son más los que fracasan que los que triunfan?
-Tenemos el caso de dos de los más grandes pensadores del siglo XIX: Simón Rodríguez y Andrés Bello. A ambos se les negó ofrecer su avanzado proyecto educativo dentro de nuestro país. Pero lo mismo ha ocurrido con muchos otros creadores. En Venezuela tenemos una gran deuda con nuestros artistas. Creo que, desde tiempos remotos, se sembró la idea de que el arte es un asunto de vagos a lo que sólo se puede acceder cuando el tiempo sobra. “No tengo tiempo para leer”, se acostumbra a decir, como si la lectura fuera un asunto sin importancia. El único plan educativo o cultural que necesita un país es el incentivo de la imaginación y de la sensibilidad. Lo contrario sería publicar por publicar, ocupar cargos por ocupar. Esta vieja y compleja realidad es lo que ocasiona que nuestro arte, sobre todo la creación literaria, sea poco conocida afuera. Quizá por eso le cueste tanto a nuestros creadores abrirse un espacio en el extranjero. No obstante, hoy somos varios los creadores venezolanos, de diversas disciplinas, que estamos trabajando sin pausa en distintos países. En la literatura, en el teatro, en el cine y en otras artes hay unos cuantos. Ya teníamos importantes representantes en las artes plásticas, pero ahora hay un conjunto más variado.
¿Está contemplado el regreso?
-Seguro, el regreso a casa es una ruta pendiente. Regresaremos y fabularemos con la idea de que la abstracción de convierta en una vía hacia otras realidades.
Balance de un escritor
Cuenta Edgar Borges (Caracas, 1966) que su libro de crónicas Vínculos. Apuntes  sobre Rubén Blades y  la novela La contemplación es lo más reciente, pero antes tiene: Mi novela El hombre no mediático que leía a Peter Handke (Ediciones En Huida) fue publicada en 2012 con buen éxito, de hecho saldrá en mayo de 2015 en italiano por la misma editorial que ha contratado mi obra completa: Lavieri Edizioni. Antes, en 2008, mi novela ¿Quién mató a mi madre? (Ediciones Irreverentes) obtuvo el II lugar en el Premio Internacional de Novela Ciudad Ducal de Loeches de Madrid. En 2011 la editorial MilRazones publica mi libro Crónicas de bar, que es una recopilación de mis crónicas publicadas por el diario asturiano El Comercio. Ahora, en 2014, además de Lavieri Edizioni, con quien firmé la edición al italiano de todas mis novelas; acabo de firmar contrato con Ediciones Carena, de Barcelona, quienes se encargarán de publicar mis novelas anteriores que vayan perdiendo derechos de otras editoriales y las nuevas. Ediciones Carena lanzará en septiembre de 2014 mi nueva novela La ciclista de las soluciones imaginarias   Ediciones Carena llega a varios países de América Latina. Bien, este es un resumen de lo más importante que me han publicado en Europa. Por cierto, con  El hombre no mediático que leía a Peter Handke (diario novelado) obtuve la Beca de Residencia La Rectoría de Barcelona, eso fue en 2011 y la novela salió editada en 2012.Se trabaja”.




La maleta de Adán Cárdenas

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El joven comediante Jonattan Sierraalta
Nada más complicado para los debutantes teatreros que alcanzar un escenario y mostrarse aquí en Caracas, especialmente aquellas agrupaciones integradas por universitarios o aficionados en intenso proceso de capacitación. Pero Venezuela  todavía  alberga oportunidades para ese conglomerado que pretende nutrir al insaciable mundo de la farándula, ese que tiene más de 400 años de históricas actividades.
He aquí  como, durante  los meses febrero y marzo de este inescrutable año 2014, los caraqueños podrán disfrutar de una programación integrada con buena parte de esos elencos emergentes, quienes así lograrán revelar sus talentos y además entretener y educar al público por cuanto las salas teatrales deben ser, precisamente, espacios para la paz. 
 Así piensan  y trabajan los directivos de Fundarte y por eso desde el 15 de febrero están exhibiendo a unas 30 agrupaciones con sendos montajes, para no menos de 15 mil espectadores, en los teatros Nacional, Municipal, Principal, Catia, Cristo Rey y Simón Rodríguez, además del auditorio  Gastón Parra Luzardo del BCV y el Museo del Teclado de Parque Central.
Entre  los  espectáculos que hacen parte de esta muestra,  hemos visto y evaluado al grupo Cenital Teatro, procedente de  Punto Fijo, con su producción De cómo preparar maletas o Manual para una despedida imperfecta, escrita y dirigida por Andrés Gutiérrez López, quien ahora cursa estudios en la Escuela Nacional César Rengifo.
 De cómo preparar maletas o Manual para una despedida imperfectaes un monólogo  sobre las peripecias de un hombre joven, que vive en la provincia venezolana  y debe abandonar el hogar familiar e instalarse en Caracas para desempeñarse en la construcción de un conjunto habitacional. Su protagonista es Adán Cárdenas (encarnado por el  convincente actor Jonattan Sierraalta), quien abandona  sin querer  a la familia, sus amistades, sus amores y se lanza hacia lo desconocido, para instalarse en una ciudad donde no conoce nadie y todo le será ajeno y preñado de misterios. Un desarraigado voluntario, pero doloroso.
La pieza merece que el autor la depure -es su octavo texto- y obtenga así la básica teatralidad, especialmente en sus delicadas etapas de introducción, exposición,  clímax y desenlace, porque tal como  lo exhibe tiene mucha literatura y carece de carne dramática.
El espectáculo es correcto y usa una maleta para auxiliar las tareas escénicas del personaje, especialmente cuando  trata de meterse  en ella, cual símbolo  del viaje hacia lo desconocido que tendrá que emprender.
Toda esta programación, rotulada Circuito Teatral  de Caracas, es parte de una estrategia de “calentamiento de  audiencia” con miras a un evento monumental, porque del 11 al 25 de abril realizarán el Tercer Festival de Teatro de Caracas, con 120 montajes venezolanos  e internacionales, el cual tendrá por lo menos dos docenas de salas, además de las plazas públicas o avenidas, para recibir  por lo menos a 300 mil espectadores, comentan en Fundarte.



Teatro de Guanare en Caracas

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Wilfredo Peraza y Anibal Grunn en sus caracterizaciones  de "Compañeros de viaje"
 Desde Guanare llegaron unos quijotes culturales para presentar durante dos fines de semana su más reciente espectáculo, Compañeros   de  viaje,  en el teatrino del Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, ubicado  en  la Avenida México, entre la estación Metro Bellas Artes y la entrada al estacionamiento del Hotel Alba Caracas.
Este  montaje de Compañeros de viaje, versión libérrima del texto Aeroplanos del argentino Carlos Gorostiza, es una producción de la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa, bajo la dirección de Carlos Arroyo y con las actuaciones de Aníbal Grunn y Wilfredo Peraza, la cual se estará exhibiendo: viernes 21 y viernes 27, sábado 22 y sábado 1 (7 PM), domingo 23, y domingo  2   de marzo (6PM).
La vejez de sus dos únicos personajes, mayores de 60 años, quienes se preguntan sobre los porqué y los para qué de la existencia, con  muy buen humor y sin solemnidades,  quienes se divierten con las palabras y se reconocen tipos de otra época por manejar un vocabulario en desuso, es la temática de este montaje cuyo principal objetivo es proponer una  metáfora sobre   la vida como un viaje, quizá por lo mágico que encierra la experiencia de viajar.  
La  puesta   en  escena  de  Arroyo  está centrada en “Francisco” (Grunn)   y  “Cristóbal” (Peraza),   amigos   que    tienen  más   de  medio siglo conociéndose.   Fanáticos   del béisbol y cómplices  de  diferentes  equipos.   Viudos, con hijos   y  nietos, todos los días,  por  la  mañana y por  la  tarde,  se  encuentran  para jugar  dominó,  tomar   café y comer caramelos. De tanto en tanto la conversación bordea un escepticismo que en estos personajes resulta expresión de sensibilidad e inteligencia.    Por momentos  los diálogos se descompaginan pero vuelven a acomodarse, en cada escena y en cada estado de ánimo. Pero llega un día en que se modificaran esos encuentros y al público se  llenará de emoción poder ser partícipe de ese cambio.
Versión de Aeroplanos
Pero detrás de  Compañeros de viaje hay más saga, porque se trata de la versión venezolana de la pieza  Aeroplanos de Gorostiza, por lo cual Aníbal   Grunn comenta que él es un  lector adicto. “Leo toda obra de teatro, novela o cuento que llegue a mis manos.  Aeroplanos  es una obra que leí hace muchos años, está escrita hacia 1992, y que siempre pensé en dirigir. El año pasado, Carlos Arroyo y yo, planificando el 2013, volvimos a hablar de esta pieza, que a ambos nos resultaba muy interesante y nos decidimos a hacerla con la Compañía Regional de Portuguesa.
 Explica que “la  primera modificación fue el título, ya que para nosotros,   Aeroplanos  no tenía ningún significado más que el sustantivo de  una nave aérea. Yendo a la profundidad del texto de autor, sobre qué habla en esta pieza Gorostiza, descubrimos, porque fue un descubrimiento de todo el equipo que   Compañeros de viaje , era el nombre perfecto. Porque no solo expresaba el concepto dramático del autor sino que además indicaba la razón de vida de esos dos personajes, Francisco y Cristóbal, y  a su vez se transformaba en la realidad del público.
Bodas de oro

Aníbal García Belardinelli (Argentina, Bahía Blanca, 1947), como tantos otros talentosos inmigrantes que llegaron a Venezuela en los años 70, trajo únicamente dos mudas de ropa, cuatro libros y montones de proyectos. A 38 años de su desembarco, Aníbal Grunn (su nombre artístico) tiene ya más libros y mucha ropa, además de una notable saga de labores útiles en pro del desarrollo cultural del país, realizadas desde los escenarios, los estudios de televisión y los platós cinematográficos. En el año 2015  estará celebrando sus bodas de oro con el teatro. Cuenta que se prepara trabajando, escribiendo y, sobre todo, “cuidándome mucho en mi salud ya que espero poder festejarlos con mucha vida, con energía y trabajo. Desde hace varios años estoy escribiendo un relato novelado de mis primeros 50 años que aspiro puedan ser publicados en ese año. Por lo demás, recibiendo todo lo que la vida me dé y abriendo los brazos para que nada se me escape”.

"El pez que fuma" ahora será en catalán

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Roberto Moll finaliza rodaje de "La planta insolente",de Román Chalbaud
Román Chalbaud se lo tenía callado pero ya está listo para viajar a España, el próximo 17 de marzo, donde se concretará el remake de su obra El pez que fuma, la cual ahora será filmada por un director hispano y ambientada en el barrio chino de Barcelona. El dramaturgo y cineasta venezolano no conoce mayores detalles de esa producción catalana, negociación que se viene realizando desde el año pasado.
 FINALIZAN PELICULA
Para continuarelañoconlos dos piesydespuésdelos  premiosobtenidosporelcinevenezolanodentroyfueradenuestrasfronteras- Azul y no tan rosa de Miguel Ferrari  y Pelo malo de Mariana Rondón-laFundaciónVilladelCine ha retomadolasgrabacionesdelasúperproducciónLa plantainsolente,escrita porLuisBrittoGarcíaydirigida  porRománChalbaud.
Con aproximadamente70técnicos,90actoresymásde500extras(deloscualesmásdel50%sondelascomunidadesdeGuarenas-Guatireysinexperienciapreviaenlaactuación), y la dirección de Chalbaud sedioinicioalastressemanasderodajefaltantesparaculminarellargometrajeprotagonizadoporelreconocidoactorRobertoMoll.
Elnuevolargometrajehistóricosegrabará en diferentesescenarios culminantes comolaCasaAmarilla, LaEscuelade EnfermeríadeSebucán,laCasaAnaucoenHoyode LaPuertayenlocacionesfueradelÁreaMetropolitanacomoSanarecapitaldelMunicipioAndrésEloyBlanco,EstadoLara;entreotros.
La   plantainsolentecuentalahistoriadel nacionalistadirigenteliberalCiprianoCastroquientomaelpoderenVenezuelaen1899;yseniegaacederapresionesdeloscaudillosregionales,losbanqueros,lastransnacionalesydelosacreedoresdelaDeudaExterna,porlocualenfrentaunaflotade15acorazadosdeInglaterra,AlemaniaeItaliaquebloqueanybombardeanlascostasporcobrosdeladeudapública;derrotaaunejércitode15.000hombres,desafíaalastransnacionalesdeseisimperiosyesvencidosolamenteporlaenfermedadylatraición en 1908: el general Juan Vicente Gómez le da un Golpe de Estado y gobierna hasta 1935 apuntalado por algunas élites culturales y económicas.
Esta súperproducciónmuestranosóloexcelentesyllamativosescenarios,sinoquecontinúadandoalardedelamagiaycreatividadquepuedelograrunequipodeArteyEscenografía,recreandoenlasinstalacionesdelaVilladelCineunaréplicadeltrenqueusóCiprianoCastrocuandoviajódelsectorCañoAmarillohacialaciudadde LaGuaira,conlafinalidaddetomarelbarcoGuadalupeenlaépocade1900.
PEQUEÑA PAUSA
Durante el2013elequipodeLa plantaInsolentegrabó durante 15semanasestapelícula,peroel pasado 22dejuniotuvonquerealizarunapausadebidoaunagraveenfermedadrespiratoriaquesufriósu  protagonistaRobertoMoll.Luegodesurecuperaciónabsoluta,elequipoinicióel  24defebrero  estasegundaetapadegrabaciónqueesperanconcluirelpróximo25demarzo.

Teatreros piden fin de la violencia

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La gente de teatro también expuso su punto de vista ante los recientes acontecimientos del país. A continuación, el texto completo del comunicado y las firmas que lo suscriben y que han titulado "El teatro, donde todos podemos reencontrarnos: Teatro por V, Teatro por Venezuela":
En momentos tan difíciles para nuestro país, los hacedores de teatro, venezolanos y ciudadanos ante todo, nos sentimos en la obligación de hacer un llamado porque la violencia cese y el respeto a la diversidad y las diferencias se restablezca en nuestra sociedad.
Para nosotros el escenario es el lugar donde celebramos la vida y proponemos un mejor país. Donde expresamos nuestras ideas, nuestros sentimientos, nuestras emociones. Es un lugar, que si bien nos remunera el empeño puesto, es mucho más que un simple medio de subsistencia. El teatro más que profesión es vocación, más que responsabilidad es deber. Entendemos que al levantarse el telón nuestro compromiso es con cada uno de ustedes, los espectadores venezolanos que función a función se ven reflejados, comprendidos, expresados, atendidos y conmovidos por el talento de miles de creadores y artistas que sienten y padecen las mismas dificultades que todos. Por eso nuestro compromiso a seguir allí, sobre las tablas, comunicándonos, expresándonos, hermanándonos con ustedes, siendo reflexión o aliciente, acompañando al que sufre y al que sonríe, al que está solo o al que tiene compañía, supera cualquier dificultad pasada, presente o futura. Cuando el telón se cierra obligatoriamente en los medios de comunicación, el telón del teatro debe mantenerse abierto por la libertad. Igual que los templos religiosos estuvieron abiertos en los instantes más terribles de la humanidad para quien buscara consuelo, los teatros deben tener sus telones arriba sirviendo de lugar de reencuentro, respeto y paz en esta coyuntura crítica.
Todo artista, por ser un creador, impulsa la vida y adversa la muerte. En el teatro se aprende a respetar al que piensa distinto, a aceptar las críticas y las opiniones contrarias. En el teatro la esperanza se renueva en cada función. Eso es lo que podemos aportarle al país en medio de tanta angustia. Nuestra visión de la realidad hecha arte.
Somos solidarios con el que sufre, con el que es víctima de la injusticia. Sembramos valores de tolerancia e inclusión. No hay público de primera ni de segunda. Hay espectadores y todos son iguales. La audiencia es la razón última por la que nos entregamos en cuerpo y alma cada vez que estamos sobre un escenario. Por ello, cuando en Venezuela las bases morales y éticas se resquebrajan, es la cultura y el arte los llamados a servir de puente, de territorio común, de piso donde todos podamos estar de pie, libre y dignamente, sin que se nos persiga por pensar diferente, o se nos violenten nuestros derechos. Hoy consideramos a todos los venezolanos como esos espectadores a los que nos debemos más allá de nuestras propias fuerzas.
En el teatro se nos enseña también que se actúa de acuerdo a un texto. Hoy en Venezuela todos tenemos un texto que debemos honrar y acatar: la constitución nacional. Allí están todos nuestros derechos y deberes, allí está el modelo de conducta que debe regirnos.
Cada día, cada momento, en cada dolor y cada alegría, los hacedores de teatro estaremos junto a ustedes, nuestro público, como artistas, como ciudadanos pero sobre todo, como venezolanos.
Firmas:
Mibelis Acevedo, actriz
Angélica Arteaga, actriz
José Tomás Angola, dramaturgo y director
Miguel Bandres, productor
Marlene Berné, productora
Alexandra Braun, actriz
Enrique Bravo, dramaturgo y músico
Armando Cabrera, actor
Catherina Cardozo, actriz y productora
Luis Carreño, actor
Eduardo Casanova, dramaturgo
Samantha Castillo, actriz
Albi De Abreu, actor
José Roberto Díaz, actor
Angélica Escalona, productora, bailarina y coreógrafa
José Simón Escalona, dramaturgo, productor y director
Nacarid Escalona, actriz
Elba Escobar, actriz
Miguel Ferrari, actor y director
WadidhHadaya, actor
Martin Hahn, dramaturgo
Karl Hoffmann, actor, director y productor
Virginia Lancaster, actriz
José Gregorio Ledezma, actor
Prakriti Maduro, actriz y productora
Héctor Manrique, actor, director y productor
Marialejandra Martin, actriz
Marisa Román, actriz
Nathalia Martínez, actriz y dramaturga
Carlos Medina, director de arte y escenógrafo
Manuel Mendoza, dramaturgo, director y productor
Daniela Morillo, actriz
Marcos Moreno, actor, director y dramaturgo
Alejandra Nalli, productora
Arlenis Olivero, actriz
Indira Páez, dramaturga
Juan Vicente Pérez, actor
Rosario Prieto, actriz
Vilma Ramia, actriz y productora
EbenRenan, actor
Julie Restifo, actriz
Carolina Rincón, productora
Pilar Romero, actriz y dramaturga
Luis Alberto Rosas, actor, director y productor
Enrique Salas, director, productor y dramaturgo
Carlos Scoffio, productor
César Sierra, director y dramaturgo
Jean Carlo Simancas, actor
Elia Schneider, directora y dramaturga
Roberto Stopello, productor y dramaturgo
Arlette Torres, actriz
Judith Vásquez, actriz y productora
Javier Vidal, actor, director y dramaturgo
Jan Vidal-Restifo, actor
Silvia Vidal, productora
José Manuel Vieira, actor
Elizabeth Yrausquín, dramaturga
Jorge Palacios, actor



Viajeros en soledad

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"Compañeros de viaje" o los quijotes que vinieron de Guanare
En estos días, Dios recuerda su existencia y hace lo que está escrito. Y por eso damos fe de como los quijotes teatreros Aníbal Grunn, Wilfredo Peraza, Carlos Arroyo y su hija Karla viajaron desde Guanare, unas 32 horas por carretera, para realizar seis funciones de Compañeros  de viaje -escasos 50 minutos de representación- programadas en la sala del Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, del 21 de febrero al 2 de marzo. Nadie paga ese hermoso regalo de sabiduría para la vida que constituyeron sus estremecedoras performances. No hay oro para cancelar  sus salarios por  tan  hermoso ritual patriótico como es traer desde la provincia a Caracas una muestra de lo que saben hacer muy bien.
Compañeros de viaje, sobria producción de la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa,   es la sencilla y enternecedora historia de los amigos  Francisco y Cristóbal, quienes tienen más de 60 años conociéndose. Fanáticos del béisbol pero  de diferentes equipos, viudos, con hijos y nietos, todos los días por la mañana y por la tarde se encuentran a jugar dominó, a tomar café y comer caramelos. Pero llega un día en que se modifican esos encuentros y el público se  llena de emoción al ser partícipe de ese cambio definitivo, además.
Pero detrás de Compañeros de viaje hay más saga, porque es la versión venezolana de la pieza argentina Aeroplanos del argentino Carlos Gorostiza, escrita hacia 1992. Se trata de una cuidadosa investigación escénica que oscila entre el sainete y el absurdo, la cual Aníbal Grunn adaptó y trocó al contexto venezolano contemporáneo, donde persisten la profundidad del texto original y el concepto dramático existencialista  del autor, cual  es la razón de vida de sus personajes, las dos caras de una moneda.
Compañeros de viaje se centra en la vejez de sus personajes, quienes se preguntan y responden sobre los porqués y los para qué de la existencia, con  buen humor y sin solemnidades,  quienes se divierten con sus palabras y se reconocen tipos de otra época al usar un vocabulario en desuso. La temática de este montaje y su  principal objetivo es proponer la vida como un viaje, quizá por lo mágico que encierra esa experiencia de viajar. Una metáfora fácil de captar y de aceptar en un auditorio de adultos, principalmente. 
La  pulcra puesta   en  escena  de  Arroyo  está bien centrada en las memorables caracterizaciones de Francisco (Grunn)   y  Cristóbal (Peraza),   quienes sí mitigan sus soledades acompañadas e intentan explicarse el insondable misterio de la existencia humana, a la cual nadie quiere abandonar voluntariamente, por lo que esa conversación, en una mañana y una tarde, bordea el escepticismo como expresión de sensibilidad e inteligencia.  Por momentos  los diálogos se descompaginan pero vuelven a acomodarse  en cada escena y estado de ánimo. Pero llega un momento en que se modifican esos encuentros y al público se  llena de emoción al ser partícipe de ese cambio: eligen vivir hasta donde les llegue el aliento.
ENTRE SOLEDADES TE VEAS
Ni Grunn ni Gorostiza hacen teatro sociológico, aunque en Compañeros de viaje o Aeroplanosse aborde la soledad de sus personajes, pero sí es oportuno recordar que la soledad, como lo revela un estudio de la Universidad Remington de Medellín, Colombia, es lo que sienten muchos ancianos en las ciudades pese a estar rodeados de gente, lo llamado, por algunos, soledad acompañada.
Dicen los investigadores que hay cuatro tipos de soledades: la familiar, la conyugal, la social que hace referencia al contacto con el otro y la soledad por la crisis de adaptación, referida a la percepción del individuo frente a sí mismo y a la forma como enfrenta situaciones externas como el envejecimiento.
La soledad conyugal la padecen las mujeres dada su mayor longevidad, mientras que los hombres sufren más la soledad familiar.

Los investigadores colombianos encontraron que a medida que se incrementa el estrato socioeconómico y el nivel de escolaridad se siente menos soledad, y las personas adultas que viven solas tienen un sentimiento más profundo de la soledad, que disminuye mientras viva con un mayor número de personas.

La misa del anticristo colombiano

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Gustavo Álvarez  Gardeazábal, prolífico escritor colombiano
Gustavo Álvarez Gardeazábal (Tuluá, 31 de octubre de 1945) es un escritor colombiano que tiene millones de lectores y otros tantos enemigos. Pero todas sus obras desaparecen de las librerías, no por la siniestra conspiración de falsos compradores, sino por una sociedad que quiere leerlo porque algo tiene de diferente. Para algunos  estetas es “el nuevo Vargas Vila”, y para otros, mucho más moralistas, es “El anticristo”, adjetivo que se hizo más actual desde que publicó La misa ha terminado, donde se mete hasta con el actual papa Francisco y sus antecesores en medio de la rocambolesca saga de una pareja de  sacerdotes gays quienes contrataron a unos sicarios para que los mataran y les evitaran así la tortura de morir a consecuencia del Sida que habían contraído, tal como reseñó la prensa de ese país
La Internet hizo, pues, el contacto con el ya legendario Álvarez Gardeazábal, cuya vasta obra está referida a los temas de la violencia colombiana, el fetichismo de la religión, la corrupción de los gamonales o caciques y en general al conflicto social. La estructura moderna de la novela y el lenguaje depurado le han ganado amplia aceptación.
-¿Cuántas novelas hasta ahora?
-A esta  edad (68) no tengo cuenta. No son muchas. Tampoco he contado los gansos, los patos, los perros y los gatos y hasta los novios que he tenido.
 -¿Satisfecho de su carrera literaria?
-Estoy metido en la literatura y en la vida nacional desde tan temprana edad y tan intensamente que lo que he hecho o lo que he dejado de hacer, lo que he acertado o en lo que me he equivocado no me permiten valorar. Solo sé que me siento feliz en esta última etapa de mi vida.
-¿Premios o reconocimientos?
-Cuando era joven y afortunadamente se me olvidaron. Lo más reciente fue el Doctorado Honoris Causa que me entregó la Universidad del Valle.
-¿Qué pasó con su carrera política? ¿Abandonó eso? ¿Cómo quedó después del carcelazo que le impusieron sus enemigos políticos o sus rivales? 
-Como saqué tantos votos, me cogieron miedo de que pudiera presentarme para presidente y me atajaron con una absurda acusación. Afortunadamente no me mataron, pero me hicieron un gran favor, la Constitución me impide ser candidato o aceptar un puesto público por haber sido condenado así sea por un delito inventado.
 - La temática de sus novelas es variada: desde plasmar historias ficcionadas de los pájaros (abuelos de los actuales paramilitares) o guerrilleros o narcotraficantes y ahora toca  las puertas milenarias de la Iglesia Católica Apostólica Romana. ¿Satisfecho?
-He escrito sobre todas las manifestaciones del poder en Colombia. Como  he conseguido  estar cerca de él con votos o con astucia pude escribir novelas sobre  cada una de ellas. Ahora he salido con la novela sobre esa Iglesia que siempre había querido, sobre las mariqueras o mariconerías de la Iglesia que nadie quería revelar y el poder gay de las mitras vaticanas. Ya me han calificado en los periódicos de la derecha católica como “El anticristo”.
- ¿Lo dejan meterse con tantos temas que pueden afectar prestigios o empresas encubiertas ?
-Como ejerzo diariamente el micrófono en La Luciérnaga de Radio Caracol, el programa radial de más rating en esta Colombia, todas las tardes, y allí se confunden la ficción con la realidad. El poder es mayúsculo y me respetan, pero ya me han asaltado tres veces y ando en carro blindado y con escolta aburridorísima.
-¿Planes o proyectos para los tiempos venideros?
-Terminar mi vida tan feliz como me siento hoy.
-¿Sus libros los vende Amazon o alguna otra empresa por Internet?
-Mi más reciente obra,  La misa ha terminado , está a la venta en Amazon y creo que le venden, puesta en casa, por algo así como 49 dólares.
-¿Por qué no están sus obras  en las librerías venezolanas? 
-Nunca tuve agente literario. Alfaguara le dio miedo publicar  La misa ha terminado  y dijeron que se sentían maniatados. No salgo  de mis  predios sino a Cartagena, no tengo amistades en los mundillos editoriales y aunque me han traducido a varios idiomas jamás me he preocupado por la “bullaca” que vende libros y lo hace salir a uno en carátulas, aunque alguna vez vi una edición de  Cóndores no entierran todos los días ,  la novela que más se vende en Colombia desde hace 44 años,  en  una librería de Monte Ávila.
RARAMENTE ENCARCELADO
Los lectores venezolanos deben saber que Álvarez Gardeazábal comenzó su camino en la política al ser electo como diputado para la Asamblea del Valle del Cauca, fue además concejal y dos veces alcalde de Tulia, y en 1998 llegó a la Gobernación del Valle del Cauca  con la mayor votación registrada hasta el momento en Colombia: 780 mil votos.Insinuó que quería ser candidato presidencial y lo inhabilitaron metiéndolo a la cárcel por varios años, tras condenarlo por venderle una estatuilla de su propiedad a la mujer de un narcotraficante.
OBRAS PARA LEER
Sus obras han sido llevadas a la pantalla como Cóndores no entierran todos los días, y de su novela El bazar de los idiotas hicieron una telenovela. También se encuentran entre sus obras: Piedra Pintada (1965). El gringo del cascajero. La tara del papa. La boba y el buda (Ganadora del Premio Ciudad de Salamanca.) Dabeiba. Los míos. El Titiritero. Pepe Botellas. El divino. El último gamonal. Los sordos ya no hablan. Manual de crítica literaria. El prisionero de la esperanza. Entre la verdad y la mentira.  Comandante Paraíso. Las mujeres de la muerteLa resurrección de los malditos (2007).
ÍCONO GAY
Nunca oculto su homosexualidad y la misma está presente en sus personajes a lo largo y ancho de su obra. Es por eso que en dialogo con el periodista colombiano Camilo Jiménez dijo: El gay más famoso de Colombia soy yo, porque lo he sido toda la vida sin irrespetar a nadie y guardando siempre una distancia para que me respeten a mí. Soy un ícono gay, pero nunca voy a marchar en un desfile, ni defiendo la adopción de parejas homosexuales ni el matrimonio gay. Como cada quien asuma su vida está bien; eso sí, exijo respeto, que no se trate diferente a las personas.




Mujeres sabias

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Una vez mas el travestismo teatral tiene cultores estetas
¿Cuál es la verdadera sabiduría  de las cúpulas universitarias? ¿Cómo se cocinan cargos o ascensos? ¿Cuál es el verdadero talento de docentes y como miran o tratan a los estudiantes? ¿Cuál es la ciencia o la sabiduría o el conocimiento que  emana de  las aulas universitarias? ¿De verdad la vida universitaria es así y por qué otra gente no lo muestra o denuncia?
Son algunas de las preguntas que el público se hará tras ver y disfrutar el espectáculo  Las mujeres sabias de Moliere,  desopilante sátira travesti del grupo ArteÚ,  dirigida por Costa Palamides, quien también actúa, el cual por ahora  hace una breve temporada en el Teatro César Rengifo, para reaparecer con más presentaciones en el Circuito Teatral y  en el Festival de Teatro durante este año. 
Moliere actualizado
Costa Palamides, venezolano de padres griegos y motor del grupo Teatrela, quien lleva largos 25 años de labores auténticamente culturales, se atrevió a versionar este urticante  pieza del genial Moliere (Jean-Baptiste Poquelin, París, 15 de enero de 1622/17 de febrero de 1673) para escenificar una crítica mordaz a las apariencias de sabiduría de un grupo de "académicas", interpretadas todas por actores. Una versión libre inspirada en el mundo de saberes y placeres de los recintos universitarios, por los cuales él y sus comediantes  han transitado, para reiterar  así como el gran dramaturgo descose todos los hilos de un academicismo petulante, muchas veces  caracterizado por el arribismo y la ignorancia. 
Palamides con su  montaje  Las mujeres sabias (escrita originalmente hacia el año 1672) desmonta el aula magna del precario conocimiento y sobre todo se burla de las graduaciones y los actos pseudo intelectuales. Esto da pie, para que ocurran los más enrevesados enredos, producto de amores imposibles, deseos incumplidos y una cocinera muy particular. Estudiantes y profesores se verán retratados en esta disparatada comedia sobre las artes y las ciencias de nuestra cotidianidad premiada con un acto de graduación “in situ” donde todos los espectadores estarán involucrados.
Travestismo  
Esta sátira travesti sobre la vida académica, acentúa su crítica en la ambición seudoliteraria  y el supuesto amor por las artes de algunos de nuestros burócratas culturales. La pluma del genial comediante  francés no deja a ningún “falso culto” bien parado como también descifra todas las artimañas para “escalar” de los paracaidistas de una supuesta intelectualidad, ha dicho el versionista-director-actor, quien insiste como en su espectáculo puede suceder “peligrosamente bajo o entre o al lado de los móviles de Alexander Calder, en el pasillo de letras, en tierra de nadie, en una plaza cubierta del rectorado, en un aula magna cualquiera o en un salón de té y tejemanejes de la casa de una rectora.  Lo terriblemente cómico es que bajo todo eso o entre todo eso, no existe ni una pizca de cultura verdadera. En fin, ya sabemos a qué se puede aspirar: a una especie de  fingido expresionismo abstracto del siglo XXI hecho teatro ¿Será posible? Por lo pronto, una que otra pasión de onnagata, ese milenario teatro japonés donde los roles femeninos jovenes lo hacen hombres, o quizás una pretensión de cabaret literario donde no desdeñamos ni la danza del maquillaje ni el canto del cisne.  Incluso hay hasta un poco de revista política. ¿Por qué no? Todo eso fue, es y será Moliere y aquí en Caracas ya se le conoce bastante, además”.   
Ficha técnica
Es sabido que en la época de Moliere, muchos de sus personajes femeninos  fueron interpretado por actores. Es por eso que  actúan  en este tercer montaje de ArteÚ  (Señora de los ahogados y  Odisimbad ):  Ludwig Pineda (Trissotin) , José Gregorio Martínez (Clitandro/Dra. Vadius/Notario), Domingo Balducci (Belisa),  Oscar Salomón (Martina), Germán Manrique (Filaminta), Carlos Maza (Armanda), Jonell Páez (Enriqueta)  y el propio Palamides (Crísalo)  con nueve personajes aderezados con todos los tips y tics de varias épocas  El diseño de la escenografía es de Oscar Salomón y  la iluminación de Gerónimo Reyes. El diseño de vestuario es de los alumnos del Instituto de Diseño Las Mercedes y el diseño gráfico de Johan Verdi. La producción es de Karla Fermín, con la asistencia de Yordano Marquina. La asistencia de dirección y realización escenográfica es de John Salazar y el concepto, la versión, musicalización y dirección de Costa Palamides. La producción cuenta con el apoyo de la Fundación José Ángel Lamas, el Laboratorio Anna Julia Rojas, la Alianza Francesa, el Teatro de Repertorio Latinoamericano (Teatrela) y el Instituto de Diseño Las Mercedes.
No es misoginia
Moliere no era misógino, sino   que criticaba a los embaucadores,   quienes engañaban a las féminas y las ridiculizaban, lo cual, en este siglo XXI, se sigue haciendo. Costa Palamides advierte que su espectáculo  Las mujeres sabias  no ataca a un grupo  profesoral en especial, sino que advierte si la gente que ha sido nombrada está en su puesto o en su cargo por mérito propio o fue designada a dedo. Ha  buscado, pues, actualizar la saga molieresca con algunos aspectos de la actualidad caraqueña. Ahí está el veneno.
Cortina musical 
Costa Palamides  es un reconocido melómano que utiliza una  multisápida  cortina musical para  Las mujeres sabias, la cual va desde boleros hasta merengues y unos  cuantos  reguetones. Por eso a sus personajes los acompañan temas  como  Así, así,  Amores como el nuestro  y hasta  Darte un beso.  Por supuesto que el público acompaña a los actores-actrices en su rumboso montaje.
Fuera de las aulas
ArteÚ  fue  creado por ex-integrantes del Teatro Universitario UCV después de estar en varios montajes dirigidos por Luigi Sciamanna, Orlando Arocha y el mismo Costa Palamides. Como ArteÚ ha seguido una carrera teatral fuera de las aulas universitarias y son justo ellos los que ahora llevan a cabo esta trepidante comedia sobre los casos y cosas de las máximas casas de estudios. Ocurrencias hilarantes que acto tras acto se van mostrando en un ambiente festivo y lúdico, aderezado de pánicos astrales y lumínicos.  


Los envejecientes

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Vidal y Renán en la última pieza que escribió Chocrón
El teatro caraqueño no ha cesado, en medio de la violencia callejera -cainítica para unos o demostración de  retozos democráticos, según otros- la cual arroja un cruel e ingrato  balance de muertes y pérdidas económicas. Vimos las peripecias de la Compañía Regional de Portuguesa para exhibir  su Compañeros de viaje en la salita del Laboratorio Anna Julia Rojas, las funciones del Circuito Teatral de Caracas en cuatro salas que gerencia Fundarte  y reseñamos el inicio de la temporada de Los navegaosde Isaac Chocrón Serfaty (1930-2011) en el Trasnocho.
A escasos ocho años de haberlo estrenado, repusieron Los navegaoscon los correctos actores Javier Vidal, Armando Cabrera, Eben Renán y Samantha Castillo,  dentro del dispositivo hiperrealista, creado por Edwin Erminy,  la cuidadosa dirección de Michel Hausmann y la pulcra producción de Yair Rosemberg.
Los navegaos  es la saga de dos hombres mayores, Juan (Vidal) y Brauni (Cabrera), quienes llevan varias décadas juntos porque son amantes  y con edades por encima de los 60 años, o sea ya en el proceloso camino de "los envejecientes", cuya paz del retiro en su casa de la isla Margarita es alterada por la repentina visita de un familiar -Parol (Renán), mudo, pero no sordo- y por la materialización del fantasma de la muerte, la cual esperaban para más adelante, pero llegó y sin anunciarse. Esos personajes crean situaciones cómicas por lo que hacen, más no por lo que dicen, y le dan un ritmo entretenido al espectáculo, especialmente por los intentos del mudo de hacerse comprender por los otros.
Hay además en el espectáculo un símbolo que advierte sobre el final de sus vidas, como es el corte de unas trinitarias que amenazan los muros del refugio de la pareja de amantes, ahora convertidos en amigos hasta el final, y está además la presencia de la cachifa Luz (Castillo).
Con respecto a Los navegaos hay que advertir que  Chocrón Serfaty de nuevo recurre a todas sus tradiciones estilísticas, desarrolladas a lo largo de su veintena de piezas, en cuanto a temática, conflictos, pureza del lenguaje y, fundamentalmente, el mensaje que lanza al público por intermedio de interrogantes que el mismo debe responderse.
El público, para el cual siempre se trabaja, ríe a mandíbula batiente de las tragedias de la pareja de gays "envejecientes" y el drama del mudo. ¿Por qué? ¿Será que eso nos le pasará o es que nunca vio a un mudo con su peculiar ballet de manos y sonidos guturales haciéndose comprender de sus iguales y captando las miradas de los curiosos?
¿Es frívola esta obra de Isaac Chocrón Serfaty? No, su teatro  está envenenado, tiene contenidos duros para que el público los descubra, los saboree y termine aceptándolos. La vida dura con la familia sanguínea, la pasión y el amor con la familia elegida, la resistencia para seguir viviendo y la muerte como conclusión de todo lo hecho y de lo no realizado, fueron siempre sus fantasmas. Y él los llevó, sin miedo alguno,  a la escena.



Literatura venezolana sobre Blades en NY

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El escritor venezolano Edgar Borges y el cantautor panameño Rubén Blades
En Nueva York, el pasado jueves, a una temperatura bajo cero grados centígrados, los periodistas de la Editorial Lleer-e  cuentan como las expectativas eran muchas y que las entradas se agotaron con una semana de anticipación. No sólo se trataba de la primera presentación pública del cantautor panameño Rubén Blades, sino que esta vez lo haría para conversar de literatura con el escritor venezolano Edgar Borges.
Todo ocurrió más allá de lo previsto, el pasado 6 de marzo, quedó público afuera de la sala principal del Instituto Cervantes de Nueva York (211 East, 49th Street). Personas de diversas nacionalidades se dieron cita para escuchar un conversatorio que despertó la emoción y los aplausos del público.
En la introducción, Ignacio Olmos, director del Cervantes, destacó las trayectorias de los participantes. De Rubén Blades dijo que dividió la historia de la salsa en un antes y después de su obra; de Edgar Borges destacó su apuesta por la ficción como vía transformadora de realidades. Después le correspondió el turno a Ignacio Latasa, editor del libro  Vínculos. Apuntes con Rubén Blades (Leer-e), motivo de este encuentro. Latasa expresó su emoción por la concreción del Foro. El editor reveló que había propuesto la fecha del evento porque ese día cumplía años Gabriel García Márquez, uno de los principales referentes literarios en la obra de Rubén Blades, hasta el punto de que en el año 1987 grabó la producción “Agua de luna”, basada en los relatos del Premio Nobel colombiano.
Un poco más tarde, el escritor Edgar Borges reconoció “la importancia de que el Instituto Cervantes abriera sus puertas a la música popular como expresión literaria, con un creador global como Rubén Blades”. Luego relató algunos de los motivos que inspiraron la realización de su obra.  “Me acerqué a tu obra desde una ventana-le dijo a Blades-; una ventana como una mirada. El libro contiene siete ventanas que son como distintas perspectivas que observan la ruta, esa ruta que en tu obra has denominado Maestra Vida”.
El autor nacido en Caracas y residenciado en España le dijo al creador panameño que si bien el argumento de su obra es la ruta por la Maestra Vida, observa que todo el proceso de creación se divide en dos ciclos, dos tiempos. Un ciclo callejero, cuestionador de la sociedad, irónico, que va desde las primeras grabaciones en Panamá con El Conjunto Latino, Los Salvajes del ritmo y Bush y sus magníficos, hasta la incursión en el sonido de Nueva York con bandas como Pete Rodríguez,  Ray Barreto, Louie Ramírez, Luis Perico Ortiz, Fania All Star y Willie Colón. Y otro tiempo que nace a partir de la obra Maestra Vida y se desarrolla con la creación de grupos como Seis del Solar y Son del Solar, grabaciones con Editus y la orquesta de Robert o Delgado, participaciones con músicos del rock como Sting, Lou Reed, Elvis Costello, Bod Dylan y colaboraciones con bandas como Maná, Fabulosos Cadillacs, Son Miserables y Calle 13. Si para Edgar Borges el primer ciclo de Blades tiene un “color callejero”, el segundo adquiere una dimensión existencial y un tono claroscuro. El compositor de “Pedro Navaja”,“Buscando América” y “Amor y control”, compartió la visión de Borges, aunque admitió que “nunca lo había pensado de esa manera”.
Rubén Blades contó que su gusto por la lectura le venía de su abuela, una mujer vanguardista para la época; recordó que en una ocasión el García Márquez y Carlos Fuentes fueron a verlo en un concierto en México y le dijeron que “su obra es literatura que llega a los sectores populares”. Uno de los momentos cumbres del Foro fue cuando Edgar Borges le dijo a Rubén Blades que “tu obra ha pasado de la crítica social a historias que piden la responsabilidad del individuo. Ejemplo: la canción Decisiones”, a lo que el artista afirmó que eso se debía a la madurez. “Las cosas no las va a cambiar un líder ni la va a cambiar un sistema; las cosas las va a cambiar la gente. Pero tiene que haber un argumento que oriente, que defina y que motive a la gente para que se dé el cambio”, puntualizó. A partir de ese momento el conversatorio giró en torno al compromiso del individuo como única vía para cambiar los problemas generales.
 Blades anunció que participará en las elecciones de Panamá en el año 2019 y para ello lanzará una serie de propuestas para transformar direcciones tan importantes como la educación.  Rubén Blades se puso de pie y le dijo a los presentes que “la única posibilidad de cambio la tenía cada individuo desde su acción personal y colectiva”. Advirtió que no daba declaraciones para quedar bien con todo el mundo, que lo movía la honestidad de sus pensamientos y que eso molestaba a alguna gente. Fueron muchos los temas que abordaron los participantes: la deuda internacional con África; los recursos de América Latina y la educación; posibilidades y debilidades en Internet para la música; un próximo disco de tangos que lanzará en junio; la eterna lucha de Pablo Pueblo; la ingenuidad del personaje Adán García; la música popular como expresión literaria (citaron nombres como Chico Buarque, Gilberto Gil, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Silvio Rodríguez y Camarón de la Isla) y otros aspectos de la realidad mundial.
El Foro transcurrió entre anécdotas y gustos tanto literarios como musicales. En más de una ocasión el público rio ante los cuentos de Blades, en otros momentos la atención era total, por esa noche los fanáticos no fueron a ver cantar a su ídolo sino a atender su pasión por la literatura. Al final se le dio paso a las preguntas de los presentes.

La falsa autoría de la carta de Silvio Rodríguez; la posible candidatura presidencial y otras tantas inquietudes hicieron difícil ponerle conclusión al evento. Uno de los momentos más aplaudidos fue cuando una maestra estadounidense intervino para decir que “mis alumnos estudian la música de Rubén Blades como literatura, porque su obra es literatura”. El panameño se comprometió a visitar la escuela. Tras la prolongada despedida, Rubén Blades y Edgar Borges firmaron ejemplares del libro que dio lugar a este encuentro inolvidable.  Por algo el público no quería irse del auditorio del Cervantes.

Festival caraqueño para reconciliación

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El Festival de Teatro de Caracas, que se realizará en la ciudad capital entre el 11 y 27 de abril, estará dedicado al fortalecimiento de las artes escénicas en el país. Esta edición no contará con la presencia de compañías internacionales, como se tenía previsto. “Teníamos la expectativa de compartir con el Festival Iberoamericano de Bogotá cerca de 20 espectáculos acordados desde el año pasado y ratificados en reuniones de trabajo permanentes en una propuesta de cooperación, sin embargo en el último mes su propuesta económica se elevó demasiado y no fue posible llegar a un acuerdo justo para Caracas. La oferta final no nos beneficiaba lamentablemente”, explicó Freddy Ñáñez, presidente de la Fundación para la Cultura y las Artes de la Alcaldía de Caracas, para el diario Ciudad Caracas.
El entrevistado agregó que, ante esto, “nosotros consideramos que toda nuestra inversión en la materia debe favorecer en primer lugar a la escena nacional. Ya este festival ha demostrado en dos ediciones que el teatro venezolano tiene público propio y atributos suficientes para sostener este evento con el esplendor que el gran teatro exige. Creo que esta tercera edición superará a las anteriores”, dijo.
Con el lema Nos estamos viendo, el Festival ofrecerá al público 127 agrupaciones teatrales de todo el país, 63 de Distrito Capital y 64 de otros estados, 27 salas en óptimas condiciones y 100 actividades académicas y conciertos en Ciudad Teatro, que se ubicará nuevamente en la plaza Diego Ibarra.
Cinco franjas de acción
Todas estas iniciativas se desarrollarán en cinco franjas que buscan satisfacer a todos e incentivar a los nuevos talentos.
Según Ñáñez, la primera franja de actividades es la de las salas, que contarán con 27 espacios dispuestos para las artes escénicas. Dentro de esta cifra están incluidos los teatros Bolívar, Alameda y La Vega que serán inaugurados durante el festival.
El Teatro de Calle es el segundo aspecto que abarca este evento. Se realizarán diversas presentaciones gratuitas en bulevares, plazas, avenidas y parques recuperados por la Revolución Bolivariana.
La posibilidad de que los jóvenes se unan al movimiento escénico y los trabajadores del teatro amplíen sus conocimientos a través de talleres, conversatorios y foros, forma parte de la tercera franja que está orientada a las actividades académicas. “Esto es muy importante, porque la idea de nuestro festival es que quede en la cotidianidad el impacto para el público y también para nuestra escena teatral. Esto se logra con el intercambio de saberes, el intercambio de experiencias y con el desarrollo de un pensamiento teatral hacia adentro para mejorar”, señaló.
La franja comunitaria se renovó dentro de este gran evento, pues las 22 parroquias de Caracas participarán con sus propias obras de teatro y mostrarán sus piezas en otros sectores. “Con esto queremos un teatro que venga de las propias comunidades, que dialogue con otras parroquias sobre sus realidades y acondicionen los espacios comunes que tienen dentro del barrio para dejarlos como espacios fijos de arte”.
Los pequeños de la casa integran la quinta franja de la programación del festival que busca educar a los niños dentro del mundo de las obras escénicas, a través de un encuentro de titiriteros, demostraciones circenses y presentaciones de teatro infantil. Esta área se desarrollará en la Plaza de los Museos y se extenderá hasta el parque Los Caobos, según contó Freddy Ñáñez.
Después de salir de las funciones, los caraqueños podrán disfrutar de la Ciudad Teatro, que contará con cafés, disc jockeys, grupos musicales y áreas para el sano esparcimiento. Este lugar servirá “para comentar las obras que vimos, compartir, relacionarnos e intercambiar ideas. Esto forma parte de la idea que tiene el alcalde de Caracas para humanizar la ciudad y fortalecer el vínculo ciudad-identidad”.
Quienes deseen visitar los teatros más alejados de las estaciones de Metro, contarán con trasporte gratuito desde Ciudad Teatro.
Talento penitenciario
La inclusión de los sectores menos favorecidos dentro del quehacer cultural del país es una de las medidas que ha caracterizado al proceso revolucionario iniciado por el Comandante Hugo Chávez Es por ello que el Festival de Teatro de Caracas sumará tres agrupaciones actorales conformadas por personas privadas de libertad.
“Esta es una fiesta de la pluralidad, es una fiesta que tiene sentido porque existen diferencias, porque existen matices, porque existe una universalidad en el sentido de que el teatro se puede hacer en los distintos espacios. Dentro del teatro penitenciario se encuentran quizás las grandes sorpresas en aportes de lenguajes estéticos y el sentido del teatro como herramienta que recompone al sujeto para la comunidad”, acotó.
Por otra parte manifestó que van a habilitar más taquillas para adquirir las entradas de las obras en el Teatro Teresa Carreño, además, se mantienen las de la plaza Diego Ibarra, y se abrirán otras en los teatros Nacional, Municipal y Catia.
Igualmente, comentó que habrá una preventa que comenzará el 25 de marzo y existirá la opción de comprar los boletos por Internet. La página será anunciada próximamente por el alcalde Jorge Rodríguez. Explicó que en cada taquilla habrá una guía para que la gente pueda ver la hora y el lugar de la función, para agilizar el proceso de venta.
“Creemos que este festival va a ser de reconciliación afirmación y celebración de la diferencia puesto que ésta es la esencia de la democracia y la cultura, por eso nuestra invitación es para que todos los vecinos de Caracas puedan acceder a este maravilloso evento que, año tras año, nos pone de cara a nosotros mismos porque eso es el teatro: un gran espejo”, puntualizó.






Culminó rodaje de "La planta insolente" de Chalbaud

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Roberto Moll encarnó al legendario Cipriano Castro.
La Fundación Villa del Cine, de la mano del director Román Chalbaud, culminó exitosamente el rodaje de La planta insolente, basado en el guión escrito por Luis Britto García, el cual recorre parte de la historia del mandato de Cipriano Castro (Capacho,Táchira,12 de octubre de 1958/Santurce, Puerto Rico, 4 de diciembre de 1924) y su lucha contra las presiones de los caudillos regionales, banqueros, transnacionales y acreedores de la Deuda Externa.
La escena final se grabó en las instalaciones de la Villa del Cine y participó el primer actor Roberto Moll, quien protagoniza como Cipriano Castro, acompañado de la actriz Juliana Cuervos interpretando a Doña Zoila de Castro, Pedro Pineda como Juan Vicente Gómez, Luis Pérez Pons (Gumersindo Rivas), entre otros actores. Allí se recreó el tren que usó Cipriano Castro cuando viajó del sector Caño Amarillo hacia La Guaira, con la finalidad de tomar el barco Guadalupe en la época de 1908; por lo cual se desplegó todo un equipo técnico especializado para producir los efectos especiales que requerían esos fotogramas.
El cineasta Román Chalbaud, haciendo referencia al significado del último día de grabación, afirmó que, “es una gran alegría por una parte, porque has culminado y logrado por fin terminar la película, pero por otra parte una gran tristeza porque los equipos de trabajo se convierten en una gran familia, donde compartimos sinsabores y cosas maravillosas al mismo tiempo, es una mezcla entre alegría y dolor”.
El proyecto La planta insolente se desarrolló desde el 2007, tiempo en que el director, actores y equipo de artes, estudiaron a profundidad la figura del nacionalista dirigente liberal, Cipriano Castro, a través de libros a favor y en contra escritos sobre él; “y desde que leí el guión me encantó pues no es una película solamente biográfica, sino que Britto la recrea con realismo mágico (...) es un guión muy bello y hermoso que tiene escenas que te pueden recordar cosas que suceden hoy en día, y es muy importante para la gente que conozca su historia, para que conozca mejor a su país y a nosotros mismos”, contó el director.
La saga de La planta insolente comenzó, cuando el Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, durante el estreno del film Zamora, tierra y hombres libres, en el Teatro Teresa Carreño, le preguntó al escritor Luis Britto García, si le gustaría hacer un guión para una película sobre Cipriano Castro, a lo cual Britto respondió que sí, contó Chalbaud.
“Luego Chávez se dirigió a míy me dijo, a usted le gustaría dirigir una película sobre Cipriano Castro, a lo cual también dije que sí; tres meses después Britto me envía el guión de La planta insolente”, agregó.
Roberto Moll, protagonista de La planta insolente, personificando a Cipriano Castro, comentó que da gracias a Dios por entrar por la puerta grande de la Fundación Villa del Cine y con el pie derecho, “me encantó conocer tanta gente que labora en esta institución que son amantes del arte y del hacer cine”.
“La culminación de La planta insolente, es un día histórico para nosotros, después de la etapa que se tuvo que detener la grabación por un problema gravísimo de salud que tuve y por la cual casi muero, aún conservo el hueco de la traqueotomíaquetuvieronquepracticarme,indicóMoll.
ElprotagonistadellargometrajeagradecióalaFundaciónVilladelCine,enespecialalanteriorpresidente,JoséAntonioVarela,quienestuvoalpiedelcañónvelandopormiestadodesalud,aligualqueatodoslostrabajadoresdeestamaravillosainstitución.
 “Llegar al último día de grabación, es un milagro de Dios, creo que fue su voluntad que no me fuera y que terminara la película, pues tengo una misión aquí en la tierra, y a mis 65 años agradecerle a Venezuela por haberme hecho el hombre más feliz de la tierra, tengo el privilegio de estar viviendo la Revolución Bolivariana histórica en Latinoamericana y en el mundo, y estar inmersa en ella viendo su evolución”, resaltó Roberto Moll.
La producción del film contó con la participación de aproximadamente 70 técnicos, 90 actores y más de 500 extras, de los cuales más del 50% son de Guarenas y Guatire y sin experiencia previa en la actuación, grabando en diferentes escenarios, tales como La Casa Amarilla, la Escuela de enfermería de Sebucán, la Casa Anauco en Hoyo de La Puerta, en Sanarecapital del Municipio Andrés Eloy Blanco, Edo. Lara, y en los estudios de la Fundación Villa del Cine.
Aunque hoy culmina esta gran producción, la Villa del Cine continúa su labor de fortalecer la memoria histórica del país, por lo que el próximo 1 de abril arranca la pre-producción de El último hombre a caballo, nombre tentativo del próximo largometraje histórico de esta casa productora del Estado, que será dirigido por laureado César Bolívar. Asimismo, en el mes de abril iniciará el nuevo ciclo de talleres formativos de la Unidad de Capacitación Cinematográfica; para mayor información de los talleres pueden escribir a correo capacitacion.villacine@gmail.com, o síganos a través de la cuenta en Twitter: @VILLADELCINE, y en el Facebook: VillaDelCine.


El fantasma de Sade en Rajatabla

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Una gran muestra del  versátil talento histriónico femenino
El grupo teatral Rajatabla celebra sus 43 años de vida útil para la cultura venezolana con el espectáculo  Madame de Sade , versión escénica de Vladimir Vera sobre el texto original de Yukio Mishima (Tokio,1925-1970), el cual hace temporada en su sede -entre los espacios de Unearte y el Teatro Teresa Carreño- con las actrices Francis Rueda, Fedora Freites, Eliana Terán, Adriana Bustamante, Tatiana Mabo y Graziella Mazzone; la musicalización está a cargo de Eduardo Bolívar, el diseño de iluminación de David Blanco y la producción general va de la mano de William López, actual presidente de la institución.
Vladimir Vera, actual director artístico de la institución, explica que representan  Madame de Sade porque Mishima es uno de los dramaturgos más importante del territorio japonés. “Y el porqué de mi respuesta está enmarcada en el tema de la obra, que es un reflejo de la vida del autor. Mishima fue un dramaturgo plagado de contradicciones: era militar, homosexual y un hombre de letras. Y esas contradicciones se sienten en la obra; una obra difícil, violenta, pero sobretodo humana.  Sentimos las pulsiones de seis mujeres rondando alrededor del Marqués de Sade, justo en el medio de la Revolución Francesa, donde el pueblo con hambre, vocifera contra la monarquía. Pero Mishima, como gran dramaturgo que fue, no cierra, no moraliza. A través de una fuerte contención, se pasea por esas pulsiones para invitarnos a aceptar que quizás seamos el resultado de todas estas contradicciones”. 
-¿Cuál es su importancia o valor?
-En una sociedad que pareciera dividida entre la racionalidad y las bajas pasiones, entre lo espiritual y lo material, entre la moral y el pecado, esta  Madame de Sade  levanta su voz para ayudarnos a asumir nuestras dicotomías. He allí el valor de esta dramaturgia clásica. Por eso la escenificamos.
-¿Cuáles son los ejes conceptuales del montaje?
-Es un montaje anacrónico que sale del teatro antropológico de época. Tiene una estética muy industrial, que se pasea por códigos visuales contemporáneos. La musicalización nos lleva por espacios sonoros muy actuales; y las luces nos muestran a un Sade lumínico, vivo. La obra tiene códigos muy sexuales, que comulgan con la noción de Sade. Nos ha unido el amor por el proyecto, esa pasión que se desprende por las letras de Mishima. Una vez con ese norte, he unido diferentes formaciones actorales, en un código común, homogéneo. Desde Francis (con su talento y experiencia) hasta las más jóvenes, quienes  están dejando su alma en la escena, que es la meta de todo director.
-¿Cómo se seleccionó al elenco?
-Esta es el montaje  que conmemora los 43 años de vida de la Fundación Rajatabla. En concordancia con William López, decidimos que sólo una figura con la fuerza de Francis Rueda, podía encabezar este elenco; Francis, que hace 43 años fundó este grupo, junto con Carlos Giménez. Fedora Freites es mi musa, pienso en ella para cada proyecto. Invite a Graziella Mazzone (con quien ya había trabajado) y tuve la suerte de contar con tres de las mejores actrices de este nuevo Rajatabla: Eliana Terán, Adriana Bustamante y Tatiana Mabo. Tres estudiantes del TNT (Candice Wilcox, Deborah de Freitas y Rosángela Ingallina) representan las pulsiones del Marques de Sade  y cuento además con Natalia Katrina Serra en la danza aérea. 
Seis mujeres
Tras una vida de lealtad y entrega, Madame de Sade (Renné de Sade) decide abandonar a su marido cuando éste consigue definitivamente su libertad. Este interrogante, que ha permanecido irresoluto, sirve de pretexto para que Yukio Mishima escriba su pieza Madame de Sade hacia 1965, donde refleja la convulsión de una sociedad que transita radicales cambios políticos y sociales, por lo cual fue ambientada en la Francia de la Revolución. Es, en su más profundo sentido, un canto a la heterodoxia, una oda al “espíritu más libre del mundo, según diría Apollinaire, en su momento del Marques de Sade. Ahí el dramaturgo trata de responder a un enigma histórico: por qué tras largos años de espera y fidelidad, Madame de Sade se encierra en un convento. Ahí el Marqués de Sade es mostrado a través de la mirada de seis mujeres: su esposa, la hermana de esta y la madre, además de tres señoras más. Son mujeres que expresan su propio mundo de contradicciones: el feudal que ve cómo se derrumba su escala de valores, el místico que busca la luz, el apegado de la tierra, el amoral que rompe la norma como conducta de vida, el populista demagogo, el revolucionario individual que persigue un ideal de belleza, y al final, la inmolación como meta final de todos ellos.
Estreno en Caracas
Yukio Mishima,  cuyo verdadero nombre era Kimitake Hiraoka,  es considerado como uno de los más grandes escritores de la historia del Japón. Escribió 40 novelas, 18 obras de teatro, 20 libros de relatos, y, al menos, 20 libros de ensayos, así como un guión fílmico.  Una gran porción de su obra se compone de libros escritos rápidamente sólo por los beneficios monetarios. Su Madame de Sadefue estrenada hacia el 2009 en Londres, dirigida por  Michael Grandage y tuvo en su elenco a figuras como  Rosamund Pike, Judi Bench, Frances Barber, Deborah Findlay, Jenny Galloway y Fiona Button, entre otras. Pero mucho antes, en 1995, se montó  en Nueva York, bajo la dirección de Ingmar Bergman. Ahora, por primera vez se representa en Caracas.
Sadismo
Gracias a Horacio Peterson, en el siglo XX, e Ibrahim Guerra, durante la temporada de 208, el teatro venezolano ha disfrutado  sendos montajes  de la pieza Persecución y asesinato de Jean Paul Marat, tal y como fue representada en el sanatorio de Charenton por el Marqués de Sade, de Peter Weiss. Así se ha conocido teatralmente a  Donatien Alphonse Francois de Sade, el Marqués de Sade (París, 1740/ Charenton, 1814), un legendario escritor francés perseguido y encarcelado no solo por la revolución francesa, sino también por el viejo régimen y finalmente el Imperio de Bonaparte. Su nombre ha pasado a la historia convertido en sustantivo y desde 1843 la palabra “sadismo” aparece en los diccionarios para describir la propia excitación sexual  producida al cometer actos de crueldad, físicos o psicológicos, sobre otra persona: mujer, varón, niños o animales.



Una Lírica para la paz venezolana

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Las primeras actrices Carolina Torres, María Brito y Verónica Arellano
Por esos avatares o vicisitudes de la vida, ese periodista debutó como dramaturgo con  Evangélicas, divorciadas y vegetarianas (1989) y ahora tiene en su webside (http://www.gustavoott.com.ar) nada menos que 35 obras disponibles en español y 54 en 14 idiomas diferentes, varias exhibidas en escenarios foráneos, con éxito además.
Aludimos a Gustavo Ott Ramírez (Caracas,1963) porque hemos llorado, de tristeza y felicidad, al volver a ver en el  Teatro San Martin de Caracas (TSMC), su estremecedora y utópica obra Lírica(2011), plasmada magistralmente gracias al conmovedor despliegue histriónico de María Brito, Verónica Arellano y Carolina Torres, con la cómplice conducción magistral de Luis Domingo González y la cuidadosa producción  de David Villegas.
 Lírica, en segunda temporada, recrea hechos ocurridos durante el 2006 en una escuela de la zona de San Martín, apenas a unos pasos del TSMC en al suroeste caraqueño, entre dos niños de nueve años. Ahí aborda las relaciones de los temas del odio, la venganza y el perdón  y las imbrica  con la poesía, la música y el amor. Las armas nobles de la utopía humanista contra la irracionalidad del poder y los extremismos ideológicos, como algunas religiones. Utopía que predica el cultivo de la sensibilidad humana a partir de las artes e incluso el amor o la amistad para lograr ese mundo mejor en el cual soñamos todos los seres humanos sensatos.
Ott Ramírez poetiza la situación en la que se vieron involucradas esas dos familias y la propone como una metáfora del país y sueña en la capacidad  de nuestra sociedad si de una vez termina por confiar en la fuerza poderosa de su sensibilidad.
Es la obra más hiperrealista que hayamos visto jamás en el TSMC. Una escenografía compuesta por un vetusto piano y el banco del intérprete, un escritorio con unas carpetas, tres sillas y el tricolor venezolano y una litografía con el Libertador en un rincón, reciben a tres mujeres empeñadas en resolver sus problemas y salir victoriosas, mientras que los verdaderos protagonistas están afuera, en el patio de una escuela. Ellos son los alumnos David López y Lennon González, empeñados en conocer y comerse al mundo, divertirse, estudiar y enamorar con sus poemas a la niña más linda de su clase, Francesca. Mientras en la oficina de la directora del plantel, Abril López y Norway González insisten en retirar a sus hijos del claustro, porque el papá de Lennon mató al padre de David… y ninguna de ellas puede aceptar tal tragedia, no les parece sano ni correcto que sigan juntos y además fraternicen. Mientras que la utopista educadora lucha para convencerlas de que si hay una sana convivencia entre los muchachitos, quienes se ayudan mutuamente en sus estudios y además poetizan la realidad para enamorar a la damita que los tiene locos. 
El final es abierto: las conflictuadas madres se conmueven ante la interpretación de la pieza Gnossienne No. 5 de Erik Satie, e intentan romper el hielo de sus tragedias familiares y hacer felices a sus vástagos.
Rara didascalia
Desde hace 21 años, en la avenida San Martín, donde antes funcionaba la sala de sorteos de la Lotería de Caracas, vive el Teatro San Martín de Caracas, planificado y dirigido por Gustavo Ott Ramírez  y un puñado de artistas quienes habitan en ese sector suroeste de la capital venezolana.Ahí hemos visto de todo. Y en especial el crecimiento de una comunidad en torno a un proyecto sociocultural que es eminentemente popular.
Hemos discrepado del acabado de varios de sus espectáculos, es lógico, pero con respecto a Lirica, que consideramos la obra más perfecta de Ott Ramírez , debemos subrayar que el montaje se realiza con una cortina sonora o soundtrakc de temblores sísmicos de diversa  intensidad. ¿Por qué? El autor no ha precisado esa  didascalia, pero es presumible que debe ser  para  aludir al terreno sísmico que es Venezuela y porque además pretende dar una lectura sociopolítica al espacio donde se desarrolla la saga. Nosotros no estamos de acuerdo con ese efecto sonoro, el cual provoca lo mismo que cuando al buen vino se le echa agua. Más nada. Sobra y crea un ruido innecesario al público.




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