Pocas veces en el teatro venezolano se consulta a la audiencia. |
Lars Koch, un piloto de combate alemán, es juzgado por derribar un avión con 164 pasajeros, secuestrado por un terrorista musulmán para estrellarlo contra un estadio con 70 mil espectadores del encuentro futbolístico entre Alemania y el Reino Unido, en Munich.
Este proceso judicial, como argumento central de la pieza teatral Terror, del abogado Ferdinand von Schirach, tendrá un veredicto absolutorio o condenatorio por decisión del público caraqueño que acuda a la sala Trasnocho, donde se presenta de viernes a sábado, con las actuaciones de María José Castro, Eduardo Pinto, Martha Estrada, Juan Vicente Perez, Daniel Rodriguez, María Cristina Lozada, Sócrates Serrano y Héctor Manrique, quien además dirige el montaje, una producción de Carolina Rincón para el grupo GA80.
El espectáculo, cuya duración no supera los 105 minutos, es una joya del sociodrama; permite reflexionar, gracias a las bien controladas habilidades verbales de los comediantes, sobre aspectos importantes como que sin justicia no hay nación, sin justicia no hay democracia y que la justicia está encarnada por seres humanos que deben decidir las diferencias que se plantean en la sociedad, superando el plano de la venganza y evitando el caos que genera la impunidad.
Es un tipo de teatro poco frecuente en Caracas, el cual llega a buena hora y en medio de los desbarajustes sociales que vivimos, en el contexto de una sociedad con profundas grietas en su conformación y cuando la justicia debe ocupar el primer plano que le corresponde como indiscutible instrumento de sanación que nos permita avanzar hacia un mundo mejor, un mundo más justo.
El público lo disfrutará, a pesar de su duración, gracias a las actuaciones ahí logradas y los momentos cumbres del montaje obtenidos con las caracterizaciones perfectas de Lozada y Estrada, además de las patéticas creaciones servidas por Perez, Rodriguez y Serrano, y por la acidez del juez Manrique, una especie de bálsamo para los densos textos del proceso judicial.
Cuando Terrorinicia su segunda semana de presentaciones las tres primeras votaciones daban un récord de 668 votos absolutorios y 244 condenatorios, un dato importante que refleja el criterio de la audiencia caraqueña: aprueban el mal menor,matar a unos 164 para salvar a 70 mil.La segunda semana comenzó con 191 "inocentes" y 93 "culpables".Y cambiará por las funciones de sábado 16 y domingo 17 de julio. Más adelante resultará culturalmente interesante los análisis o las críticas a este comportamiento del público caraqueño, poco acostumbrado a estas manifestaciones de su criterio, no porque a "el crítico de las mil cabezas" no le gusten estos "excesos", sino porque siempre lo discriminan, terrible tara de los teatreros criollos que no se toman en serio su vinculación con la comunidad para la cual trabajan.