Quantcast
Channel: EL ESPECTADOR venezolano
Viewing all articles
Browse latest Browse all 1437

La justicia venezolana tiene su farra teatral

$
0
0
El cuarteto que repuso el histórico texto  de  Rodolfo Santana
Rodolfo Santana, Fermín Mármol León y Román Chalbaud fueron desconcertados por cuatro sangrientos sucesos que asombraron a Venezuela: la violación y asesinato de la hermana de un sacerdote católico, la extraña muerte en un ascensor de la esposa de un oficial de la aviación, la estatuilla-bomba que mató  a la esposa de un diputado y el secuestro-homicidio de un adolescente, acaecidos entre 1961 y 1973.
De esos sórdidos casos policiales manaron: el texto teatral La farra, estrenado en 1972porSantana y repuesto, durante las temporadas 2014 y  2015, gracias al grupo TSMC para el Teatro Nacional, donde lo vimos el pasado 31 de octubre; el exitoso libro Cuatro crímenes, cuatro poderes (1979)deMármol León, que analiza policialmente ese cuarteto de horrendos delitos y las películas Cangrejo I y Cangrejo II (1982 y 1984) de Chalbaud, las cuales que abordan el secuestro del niño Vegas y el asesinato de la hermana del sacerdote, exitosos films.
 Santana en La farra logra ficcionar, magistralmente, los crímenes del cura, el militar y el político, pero no aborda el secuestro-homicidio (02.03.1973). Recrea un siniestro bar para  plasmar alos simbólicos y farsescos personajes  Bongo, Pongo y Mongo entregados a planificar y ejecutar a la hermana y sus respectivas esposas, mientras beben copiosamente y asumen,  alternadamente, los cuerpos y personalidades de las víctimas de sus desvaríos.
Terrible obra legó Santana para denunciar las flaquezas de la justicia, la corrupción social y las nefastas componendas del Poder. Por eso sus tres personajes están en una especie de infierno, condenados a repetir hasta el infinito sus crímenes. El espectáculo no es fácil por las características de la pieza, pero, en este caso, el director David Villegas y sus comediantes René Dal Farra, Alberto Cairós y Gilberto Polo hacen bien sus tareas y dan desde la escena los elementos básicos para la catarsis.
Esta ficción es educativa y demuestra que a los criminales la historia sí los castiga con sus juicios de valor, aunque, maquiavélicamente, uno de los personajes, sentencia: “Todas las jornadas poseen un héroe. La de mañana me pertenece”.
El teatro venezolano, a pesar de las rémoras  que no lo dejan crecer, es el testimonio reflexivo de la historia de la Patria.Por eso hay que apoyarlo.
       





Viewing all articles
Browse latest Browse all 1437

Trending Articles